El Valencia vuela ante Sabonis

El revolucionado conjunto de Pesic impone su defensa ante el Zalguiris Kaunas (73-59)

La imponente figura de Arvydas Sabonis apareció en la grada de la Fonteta. Vestido de manera informal, con el gesto tan serio que parecía que iba a saltar a la cancha, el mito lituano observó con sus ojos de tigre cómo su equipo doblaba la rodilla ante el Valencia en el primer partido del top 16 de la Euroliga (73-59). Sabonis dejó unas horas su retiro de Málaga para viajar a la costa y ver a sus chicos de Kaunas. Pero lo que vio fue una versión mejorada de aquel Valencia que estuvo con un pie fuera de la Euroliga. Hasta que llegó Pesic al banquillo. Ahora es otro Valencia, más aguerrido, un c...

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La imponente figura de Arvydas Sabonis apareció en la grada de la Fonteta. Vestido de manera informal, con el gesto tan serio que parecía que iba a saltar a la cancha, el mito lituano observó con sus ojos de tigre cómo su equipo doblaba la rodilla ante el Valencia en el primer partido del top 16 de la Euroliga (73-59). Sabonis dejó unas horas su retiro de Málaga para viajar a la costa y ver a sus chicos de Kaunas. Pero lo que vio fue una versión mejorada de aquel Valencia que estuvo con un pie fuera de la Euroliga. Hasta que llegó Pesic al banquillo. Ahora es otro Valencia, más aguerrido, un conjunto con un plan, con una defensa férrea y muchos recursos. El conjunto ahora se tiene fe y ha cogido velocidad: nueve victorias en las 10 últimas citas en la ACB, cinco victorias seguidas en la Euroliga. Mimbres siempre los hubo, así que parece que era cuestión de cabeza.

POWER ELECTRONICS, 73 - ZALGIRIS, 59

POWER ELECTRONICS: Cook (6), Martínez (9), Claver (14), Savanovic (20) y Javtokas (6) -cinco inicial- De Colo (9), Augustine (-), Lishchuk (9) y Pietrus (-).

ZALGIRIS: Collins (7), Milaknis (3), Pocius (9), Klimavicius (6) y Samhan (2) -cinco inicial- Watson (8), Delininkaitis (6), Kuzminskas (5), Marjanovic (-) y Brown (3).

PARCIALES: 20-21, 19-10, 15-19, 19-9.

ÁRBITROS: Recep Ankarali (TUR), Paolo Taurino (ITA) y Fernando Rocha (POR). Sin eliminados.

PABELLÓN: Fuente de San Luis. Alrededor de 8.500 espectadores.

Siete años, nada menos, hacía que el Valencia no se colaba entre los 16 mejores equipos de la Euroliga. Siete años, tantos que entonces el equipo era el Pamesa, el nombre con el que todavía se conoce al conjunto en la calle, entre los aficionados, por más que la marca Power Electronics ponga ahora los duros. Este Valencia no tiene nada de aquel nuevo rico que quiso ser el Pamesa y que se quedó a mitad camino en sus aires de grandeza. Ahora el equipo no tiene grandes estrellas, pero sí mucho jugador con buena pinta. Al frente de todos estuvieron anoche Claver (14 puntos) y Savanovic (20), un tipo que suma por dentro y por fuera, con muñeca y con músculo. Entre Claver y él llevaron las riendas.

El caso del ala-pívot español es de diván. Claver parece un jugador con el Valencia, agresivo, duro, luchador, muchas veces omnipresente, un líder que levanta los brazos para jalear a la grada, y otro con la selección, en la que ha pasado de puntillas. Un misterio. El Valencia disfruta de la versión buena y lo aprovecha. En la posición de tres es un filón porque se mueve con ligereza y tiene empuje. Es rápido, fuerte y tiene buen tiro, así que del chico siempre se espera más.

Entre Claver, Savanovic y los brazos de Javtokas dieron cuenta de un Zalguiris con un guión mucho más plano. Kaunas está asociado a grandes nombres, y aunque los apellidos son ahora menos ilustres, en la genética de los lituanos siempre se esconden tiradores letales. El Zalguiris percutió por fuera, pero el acierto se fue difuminando y el Valencia comenzó a caminar con pequeñas ventajas. Con un entrenador llegado al club hace tres días, el grupo de Kaunas echó de menos al tallo de Begic, la torre de 2,20m que acaba de fichar el Madrid. Un gigante como Sabonis.

El mítico pívot de Kaunas siguió en su asiento, sin moverse, si acaso regalando alguna sonrisa cuando alguien le pedía un autógrafo o una foto a su lado. Al final no le quedaron muchos motivos. Entre la garra en defensa que ha imprimido Pesic y la velocidad de piernas, el Valencia bajó la persiana al choque. El técnico ha conseguido un equipo más solidario. Este Valencia tiene hambre.

Pesic charla con De Colo durante el partidoAFP

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