El Valencia se desinfla

El Valencia se desinfla. Hundido en la segunda parte frente al Barça, espeso en Glasgow ante el Rangers e impotente anoche ante el Mallorca, dirigido por un espléndido De Guzman. Se pasó de frenada Unai Emery en las rotaciones, regaló la primera parte con una alineación sin sentido y el Mallorca ganó con solvencia en Mestalla. Gracias a un enorme trabajo colectivo. El equipo se le ha ido de las manos a Emery, que no le ha dado bola a su único campeón del mundo, Mata, en los dos últimos partidos de Liga: apenas jugó unos minutos en el Camp Nou y no participó ante el Mallorca.

Emery montó...

El Valencia se desinfla. Hundido en la segunda parte frente al Barça, espeso en Glasgow ante el Rangers e impotente anoche ante el Mallorca, dirigido por un espléndido De Guzman. Se pasó de frenada Unai Emery en las rotaciones, regaló la primera parte con una alineación sin sentido y el Mallorca ganó con solvencia en Mestalla. Gracias a un enorme trabajo colectivo. El equipo se le ha ido de las manos a Emery, que no le ha dado bola a su único campeón del mundo, Mata, en los dos últimos partidos de Liga: apenas jugó unos minutos en el Camp Nou y no participó ante el Mallorca.

Emery montó un híbrido de equipo en el que el principal error volvió a ser colocar a Ever Banega de media punta, una posición de la que él mismo reniega. Ahí se pierden todas las virtudes del mediocentro argentino, que no es rápido ni sabe jugar entre líneas. Es un maestro, en cambio, para dirigir y marcar los tiempos de su equipo desde el centro del campo. Pero para esa posición, Emery prefirió a Fernandes, muy mal avenido ayer con Albelda, en un medio del campo sin pies ni cabeza.

Lo aprovechó el Mallorca para poner tierra de por medio. Se impuso en la medular y salió muy rápido a la contra, con todo tipo de facilidades para encarar a Moyà. Stankevicius, por ejemplo, marcaba a distancia a Chori Castro, dándole un mínimo de cinco metros: del jugador más incisivo del Mallorca se encargaba un debutante con el Valencia que, como se vio en el Lituania-España de hace unas semanas, no es precisamente un marcador implacable. Lo disfrutó entonces Villa y lo agradeció anoche Chori Castro para marcar el 0-2. De cabeza, tras el rechace con el pie de Moyà a un disparo desde la frontal de Ratinho.

Así llegaba el Mallorca al área valencianista, con el lateral derecho ajustando el gatillo. El partido se le puso muy claro al conjunto de Laudrup desde que, en el minuto tres, Webó se tropezara en su intento de remate y el árbitro entendiera que había sido trabado por Ricardo Costa. El penalti, muy mal tirado por Chori Castro -despacio y por el centro-, le pasó por entre los muslos en su estirada a Moyà, desafortunado en su regreso a la portería de Mestalla por la lesión de César. Y precisamente contra su ex equipo.

Dentro del desbarajuste del Valencia, sólo Vicente insinuó cierta profundidad por el costado izquierdo. Y cuando se marchó de Ratinho, el lateral derecho brasileño le atizó por detrás en una falta tan innecesaria para el Mallorca como revitalizante para el Valencia, que no llegaba ante Aouate de ninguna manera. La pena máxima, esta vez muy bien lanzada por Soldado -fuerte, raso y ajustado al palo izquierdo- le permitía al Valencia marcharse al descanso con la esperanza de remontar.

Emery advirtió la avería en su lateral derecho y suplió a Stankevicius en el descanso por Bruno. Reconocía uno de sus numerosos errores. Otro fue el de los tres mediocentros defensivos, aligerado con la marcha de Banega también en el descanso. Entró Aduriz y el Valencia volvió a jugar con dos delanteros, una fórmula en la que se siente mucho más cómodo.

Al contrario que en su partido en el Camp Nou, el Mallorca no se conformó con la ventaja y se fue a abrir brecha. El Valencia atacó por oleadas, sin fútbol en el centro del campo, pero con cierta intensidad por las bandas. Más por la novedosa incorporación de Jordi Alba que por la previsible aparición de Pablo, muy cansado en los últimos encuentros, que los ha jugado todos. Albelda y Fernandes siguieron sin funcionar.

El Valencia necesitaba profundidad y lo más natural hubiese sido apostar por Mata, que había estado calentando en la banda, pero Emery prefirió a Tino Costa en lugar de Albelda. El Mallorca perdió, ahora sí, todo el tiempo del mundo, pero el conjunto de Emery chocó contra Ramis y Nunes, una pareja de centrales muy engrasada y muy bien acompañada por Aouate.