La moneda es injusta

Lanzar el primer penalti o jugar la partida inaugural al ajedrez con blancas es estadísticamente decisivo para la victoria, según un estudio de la London School of Economics

Lanzar el primer penalti de una tanda o jugar con blancas la partida inaugural en un duelo de ajedrez son hechos estadísticamente decisivos, por la carga psicológica que conllevan. Lo ha demostrado el economista español Ignacio Palacios-Huerta, y probablemente obligará a cambiar los reglamentos del fútbol, el ajedrez y tal vez otros deportes, así como los criterios de las casas de apuestas.

Como Newton con su manzana, el bilbaíno Palacios-Huerta, catedrático de la London School of Economics y doctor por la Universidad de Chicago, quiere investigar con los pies bien pegados al suelo, sob...

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Lanzar el primer penalti de una tanda o jugar con blancas la partida inaugural en un duelo de ajedrez son hechos estadísticamente decisivos, por la carga psicológica que conllevan. Lo ha demostrado el economista español Ignacio Palacios-Huerta, y probablemente obligará a cambiar los reglamentos del fútbol, el ajedrez y tal vez otros deportes, así como los criterios de las casas de apuestas.

Como Newton con su manzana, el bilbaíno Palacios-Huerta, catedrático de la London School of Economics y doctor por la Universidad de Chicago, quiere investigar con los pies bien pegados al suelo, sobre hechos de la vida real. Y así descubrió, junto al profesor José Apesteguía, de la Universidad Pompeu Fabra, que los penaltis no son una lotería al 50% sino más bien al 60-40%, con clara ventaja para quien lanza el primero. Para ello, ambos analizaron 269 tandas y unos 3.000 penaltis en total, lanzados en Mundiales, Eurocopas, y las principales competiciones de clubes durante varias décadas. Los resultados serán publicados en diciembre por la prestigiosa revista estadounidense American Economic Review.

Tras el sorprendente descubrimiento, los investigadores pensaron que repetir el trabajo en el peculiar campo del ajedrez sería una buena manera de reforzarlo: "En general, se supone que los ajedrecistas son más inteligentes que los futbolistas, y menos influenciables por el factor psicológico de quién juega la primera partida con blancas. Además, entre un penalti y otro apenas pasa un minuto, mientras que el ajedrecista dispone de un día entero antes de la siguiente partida, y así tiene mucho más tiempo para analizar la realidad", explica Palacios-Huerta, que desmenuzó los resultados de los duelos disputados en las últimas cuatro décadas.

Pero esas 24 horas pueden ser largas y duras tras una derrota el primer día, lo que restará energía e ímpetu para el segundo. Tal vez sea eso lo que explique la distribución de victorias en duelos por el Campeonato del Mundo, aún más desproporcionada que en los penaltis: quien tuvo la iniciativa de las piezas blancas (similar al saque en el tenis) en el asalto inaugural fue el vencedor final en el 67% de los casos; es decir, el doble de probabilidades de ganar el encuentro que su rival (33%). Aunque el estudio se ha hecho exclusivamente sobre enfrentamientos de dos jugadores a varias partidas, y no ha incluido por tanto los torneos de varios participantes por sistema de liga a doble vuelta, es muy probable que pueda aplicarse la misma teoría. Por ejemplo, en la Final de Maestros del Grand Slam, que terminó el viernes en Bilbao, ganó el ruso Vladímir Krámnik, que jugó la primera con blancas, superando al indio Viswanathan Anand (campeón del mundo) y al noruego Magnus Carlsen (número uno).

La solución ideal desde el punto de vista estadístico tiene algunos inconvenientes, tanto en fútbol como en ajedrez. Que los dos equipos lancen al mismo tiempo, uno en cada portería, no sería un inconveniente grave para los telespectadores porque el realizador podría dividir la pantalla verticalmente en dos mitades, pero sí resultaría incómodo para los presentes en el estadio. Y que los ajedrecistas disputen dos partidas a la vez, una con blancas y otra con negras, con dos relojes, sería una contribución al espectáculo, pero en detrimento de la calidad.

Hay sin embargo, una razonable solución paliativa: el equipo que tira primero el penalti inicial lanza en segundo lugar los dos siguientes, para compensar la ventaja adquirida en el lanzamiento de la moneda. Y el ajedrecista que juegue con blancas la primera partida lo hará con negras en la segunda y tercera, en lugar de alternar como ahora. "Esos cambios no tendrían inconveniente alguno, y así se conseguiría que la moneda sea realmente neutral, y no un factor estadísticamente decisivo", remacha Palacios-Huerta.