Pleno de España

España y Portugal se enfrentan por primera vez en un Mundial. En las cuatro ocasiones que lo han hecho en las fases de clasificación, en 1934 y 1950, la selección española apeó a los portugueses. Una similitud entre aquellos encuentros y el que se disputa hoy es la calidad de los futbolistas que conformaban el equipo nacional. En 1934, la selección, en la que sólo jugaban dos defensas, tres centro campistas y nada menos que cinco delanteros, era joven y de mucho talento, según las crónicas. La proyección de un equipo en el que jugaban Zamora, Zabalo, Luis Regueiro, Gorostiza o Lángara (que con...

España y Portugal se enfrentan por primera vez en un Mundial. En las cuatro ocasiones que lo han hecho en las fases de clasificación, en 1934 y 1950, la selección española apeó a los portugueses. Una similitud entre aquellos encuentros y el que se disputa hoy es la calidad de los futbolistas que conformaban el equipo nacional. En 1934, la selección, en la que sólo jugaban dos defensas, tres centro campistas y nada menos que cinco delanteros, era joven y de mucho talento, según las crónicas. La proyección de un equipo en el que jugaban Zamora, Zabalo, Luis Regueiro, Gorostiza o Lángara (que con 17 goles en 12 participaciones internacionales es uno de los máximos goleadores de la historia de España) quedó truncada por la Guerra Civil, que empezó dos años después.

En 1934, España resolvió la ida en el estadio Chamartín con facilidad: venció por 9-0. (Lángara, cinco goles, Luis Regueiro dos, y Chacho y Ventolrá uno). El campo estaba abarrotado pese al precio, "caro", de las entradas: 6 pesetas la más barata. Los portugueses, en el viaje de regreso, tuvieron que apearse del tren antes de llegar a Lisboa para evitar la ira de sus compatriotas que los esperaban en la estación. Ni siquiera el buen juego desplegado por España, hizo disipar las dudas, y muchos daban por seguro un tercer partido de desempate en Vigo. Máxime con la lluvia que cayó antes del segundo encuentro. Se temía que las condiciones del campo Do Lumpiar de Lisboa, perjudicaran el juego de la selección. Se fletaron trenes especiales desde Extremadura y Galicia para que los aficionados españoles pudieran ir a ver el encuentro. El partido de vuelta fue muy distinto, pese a que España se impuso por 1-3. Los portugueses repartieron "leña" desde el principio, con "entradas escalofriantes de puro valientes y duras en las situaciones de extremo peligro", según cuentan las crónicas de la época. "Zamora no era Zamora y estuvo más nervioso de lo habitual".

En 1950 el equipo integrado, entre otros, por Zarra, Panizo, Molowny, Gainza, Basora y Eizaguirre en la portería, no ofrecía dudas a la prensa, aunque se seguía recelando de la reacción de los lusos en su campo. En el partido de ida, España venció ante 80.000 espectadores en Chamartín por 5-1. (dos goles de Zarra y uno de Basora, Panizo y Molowny). Los tres primeros se marcaron en cuatro minutos, "minutos de bellísimo fútbol, que habla de temple, clase, decisión, remate y furia, cosas viejas imperecederas de nuestro temperamento", según el diario Mundo Deportivo. Ese día estaba en el palco el dictador Francisco Franco. En 1934, el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora.

Un dato para los supersticiosos: Salvo en el partido de vuelta de 1934 en Portugal, en donde los lusos vestían de rojo, en el resto de las ocasiones llevaron, como harán hoy, su segunda equipación, verde en 1934 y azul en 1950. España siempre ha ganado, tanto con la casaca oficial, roja, como con la de recambio. En 1934 los periodistas definieron el juego de la selección española como "un espectáculo". Antes de comenzar este Mundial, también. Tanto en 1934 y 1950, las crónicas cuentan que venció "el equipo con más temple, más serenidad y más clase". Se presupone que la selección también tiene más clase que los portugueses, Cristiano Ronaldo aparte.