LIGA | REAL MADRID 3 - SPORTING 1

Barral despierta al Madrid

Un gol del delantero del Sporting entre los pitidos de la grada activa al equipo de Pellegrini

Un trallazo de Barral despertó al Madrid de una siesta que preocupó a la hinchada en la primera parte y puso en problemas al equipo en la segunda. Obligado a remontar, estimulado por el desafío de la competición, el Madrid salió del embrollo con entereza. Y con Guti al frente de las operaciones, otra vez, asombrosamente imprescindible en un proyecto que anunciaba con renovar el equipo hasta los cimientos. Los 270 millones que empleó Florentino Pérez en fichar jugadores no han logrado reemplaza...

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Un trallazo de Barral despertó al Madrid de una siesta que preocupó a la hinchada en la primera parte y puso en problemas al equipo en la segunda. Obligado a remontar, estimulado por el desafío de la competición, el Madrid salió del embrollo con entereza. Y con Guti al frente de las operaciones, otra vez, asombrosamente imprescindible en un proyecto que anunciaba con renovar el equipo hasta los cimientos. Los 270 millones que empleó Florentino Pérez en fichar jugadores no han logrado reemplazar a Guti.

El Madrid salió al campo confortablemente seguro de que su destino, fuese el que fuese, no estaría condicionado por un adversario como el Sporting. Algunos jugadores dieron la impresión de dejarse llevar, lánguidos, como si la sangre que les recorría el cuerpo se hubiese cambiado por leche templada. Debió resultarles incómodo encontrarse con dos centrales tan aplicados. Boitía y Gregory no cedieron ni un centímetro. Sólo Higuaín y Cristiano se movieron con un poco de fiereza cuando recibieron el balón, o cuando lo buscaron tirando el desmarque, atacando los espacios, procurando armar un poco de ruido en la noche tranquila. Para los grandes equipos, desde hace años, la Liga española amenaza con convertirse en un proceso engorroso. Sobre todo, cuando están en la situación del Madrid, recién eliminados de la Liga de Campeones y sin más alicientes entre semana. Ayer el Madrid pareció aburrido de sí mismo y el público no tardó en percibirlo. A la media hora, la gente empezó a pitar. Pitó a Lass, cuya presencia en el equipo titular resulta cada día más incomprensible. Ni da ni quita nada.

Real Madrid 3 - Sporting 1

Real Madrid: Iker Casillas; Arbeloa, Garay, Sergio Ramos, Marcelo; ''Lass'' (Guti, m.46), Xabi Alonso, Granero (Gago, m.69); Van der Vaart (Raúl, m.73); Cristiano Ronaldo e Higuaín.

Sporting: Juan Pablo; Lora, Botía, Gregory, Canella; Diego Camacho, Rivera; Luis Morán (Carmelo, m.70), De las Cuevas (Kike Mateo, 70), Diego Castro; y Barral (Bilic, m.73).

Goles: 0-1, m.53: Barral. 1-1, m.54: Van der Vaart. 2-1, 56: Xabi Alonso. 3-1, m.68: Higuaín.

Árbitro: Fernández Borbalán (colegio andaluz). Amonestó a Higuaín (76) y Garay (89) por el Real Madrid, y a Juan Pablo (55) por el Sporting.

Incidencias: encuentro correspondiente a la vigésima séptima jornada de Primera división, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 75.000 espectadores, 2.500 de ellos seguidores del Sporting.

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El esquema que siguió el partido contra el Sporting obedeció al de toda la temporada. El Madrid ha ganado más partidos por atropellamiento que por buen juego. Derriba a sus rivales impactando con el poderío de sus delanteros, pero no consigue imponerse en el medio campo. Con lo que tiene le basta para transitar por la Liga, pero si las cosas se complican carece de la inventiva y la sutileza necesarias. Precisa un media punta. Ayer Guti pudo ser una solución, pero Pellegrini, de entrada, lo volvió a dejar sentado. Sin Guti, el Madrid carburó mal. Sin un jugador para inventar pases entre líneas, los delanteros no consiguieron activarse en toda la primera mitad. No se les hizo fácil ganar profundidad porque el Sporting adelantó las líneas y achicó los espacios alrededor de Rivera. La versatilidad de Rivera merece una monografía. Empezó en el Castilla como delantero y ahora ejerce de medio centro con maestría. Ayer fue inteligente para quitar y organizó con criterio para abundar en las dudas del Madrid. Cuando los dos equipos marcharon a los vestuarios la producción ofensiva del Madrid se resumió en un tiro de Cristiano a las manos de Juan Pablo y un remate de Higuaín desde fuera del área. Para remediar las cosas, Pellegrini hizo lo que clamaba la grada: quitó a Lass y puso a Guti.

La deriva del encuentro se concretó en el gol del Sporting. Un pase en profundidad de Camacho fue interceptado por Barral a la espalda de los centrales. El gaditano fulminó a Casillas por el primer palo y el Madrid se vio en un aprieto. La respuesta fue inmediata. Empezó por una falta al borde del área. Cristiano lanzó un misil y Juan Pablo lo despejó al punto de penalti. Allí apareció Van der Vaart, que controló ayudándose con las manos y remachó a bocajarro. El holandés lo celebró con una carrera desaforada que está a punto de patentar. Como el día del Sevilla, su aportación volvía a ser decisiva en una remontada. La hinchada se lo agradeció con una ovación y el partido entró en la vía rápida, para desazón de Gregory y Juan Pablo que le pidieron al árbitro un poco más de ojo.

Con Guti en la cancha el Madrid no sólo tuvo más la pelota. Además, la distribuyó con sentido. Proliferaron las asociaciones y el Sporting empezó a retroceder. El Madrid se adelantó a la salida de un córner. Lo botó Granero, lo cabeceó Cristiano, elevándose como un helicóptero, y lo volvió a cabecear Xabi en el segundo palo, para corregir la trayectoria y mandar la pelota a la red. En diez minutos, la velada cambió por completo. El Sporting, valiente de punta a punta, tuvo ocasión de dar guerra. En pleno jaleo, De las Cuevas se quedó solo ante Casillas. El portero hizo bien el achique y dejó a su oponente sin ángulo para embocar el tiro. En la siguiente jugada, Higuaín dejó su marca. Van der Vaart le dio un pase desde la derecha y, pudiendo continuar con un pase a Cristiano, se la jugó con un zurdazo bien dirigido a la cepa del palo derecho de Juan Pablo. Fue un gran gol. Higuaín lo celebró abrazándose a Cristiano, que lo recibió con una sonrisa, para la foto.

Van der Vaart celebra su gol ante las quejas de los jugadores del Sporting.

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