BALONCESTO | EUROLIGA

Cuando lo importante es ganar

El Madrid pasa demasiadas apreturas para doblegar al Efes Pilsen

Llegados a estas alturas de la Euroliga, ya sólo cuenta ganar . Sobre todo en casa, donde una derrota te manda al infierno casi definitivamente. Teniendo en cuenta estas circunstancias, el Madrid puede sentirse contento. Salvó los muebles y puede viajar en las dos próximas semanas a Tel Aviv y Siena con relativa tranquilidad en busca de una victoria que le deje muy cerca de los dos primeros lugares del grupo. El juego fue otra cosa. Ante un adversario con no muchos argumentos, sufrió de...

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Llegados a estas alturas de la Euroliga, ya sólo cuenta ganar . Sobre todo en casa, donde una derrota te manda al infierno casi definitivamente. Teniendo en cuenta estas circunstancias, el Madrid puede sentirse contento. Salvó los muebles y puede viajar en las dos próximas semanas a Tel Aviv y Siena con relativa tranquilidad en busca de una victoria que le deje muy cerca de los dos primeros lugares del grupo. El juego fue otra cosa. Ante un adversario con no muchos argumentos, sufrió de lo lindo, incluso demasiado. Eso sí, dejó lo mejor para el final, donde fue todo lo contundente y preciso que requería la ocasión. Aún así, volvió a trasmitir la sensación de que tiene muchos problemas para darle continuidad a su juego y a sus jugadores. Un arreón por aquí, Bullock, Garbajosa o Jaric que meten un par de canastas seguidas para luego desaparecer, dos defensas poderosas seguidas de incompresibles pérdidas de balón o un contraataque que despierta al público y que no se vuelve a repetir en unos cuantos minutos. Carrusel infinito de cambios en busca de una cuadratura que no llega. Todo demasiado intermitente, excesivamente inconstante. Ante los turcos solucionó los problemas provocados por esa arritmia apretando algo más los dientes en defensa durante el último cuarto y teniendo un buen manejo de las últimas jugadas ofensivas, pero las metas de este equipo son bastante más altas, por lo que deberá ofrecer un rendimiento más consistente si quiere alcanzarlas.

REAL MADRID 77 - EFES PILSEN 70

Real Madrid (13+17+26+21): Prigioni (7), Jaric (9), Kaukénas (11), Velickovic (6) y Lavrinovic (11) -quinteto inicial- Bullock (12), Reyes (9), Vidal (0), Garbajosa (6) y Llull (6)

Efes Pilsen (19+14+20+17): Arslan (6), Charles Smith (18), Thorton (14), Peker (6) y Kasun (8) -quinteto inicial-, Popovic (1), Kuqo (6), Shumpert (8), Tunçeri (3), Rakocevic (0) y Santiago (0).

Árbitros: Cerebuch (ITA), Belosevic (SRB) y Chambon (FRA). Eliminados: Smith, m.27;

Incidencias: Primera jornada de la segunda fase de la Euroliga, "Top 16". Palacio Vistalegre de Madrid. Tres cuartos de entrada. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terremoto de Haití y los jugadores de ambos conjuntos portaron una pancarta solicitando ayuda para ese país.

Durante más de 30 minutos, el Madrid fue a remolque. Sin perder de vista al rival, pero siempre detrás. A base de la constante movilidad de sus dos referencias, Thornton y sobre todo Smith, el Efes no tenía grandes problemas para encontrar formas de fastidiar a los blancos. A diferencia de Messina, su entrenador ha decidido limitar al máximo las rotaciones y confiar en sólo siete jugadores, lo que ha convertido en carne casi perenne de banquillo a ilustres conocidos. Tunceri, Rakocevic y Santiago tuvieron una presencia tan testimonial que una decisión tan radical sobre gente de talento contrastado deja entrever algo más que cuestiones puramente baloncestísticas. En esta ocasión los elegidos para jugar correspondieron a su entrenador con buenos rendimientos, sobre todo por parte de "la araña" Smith. Jugador muy querido entre la afición madridista y cuya salida no fue ni explicada ni comprendida del todo, el estadounidense hizo todo lo posible para reivindicarse. A fe que lo consiguió, pues llevó de cabeza a todos sus defensores y colaboró en otras facetas hasta completar una estadística ejemplar. 18 puntos, siete rebotes, cinco robos y cuatro asistencias. Dos triples suyos consecutivos provocaron la última ventaja turca (60-61, siete minutos por jugar). A partir de ahí, el partido entró en su mejor fase. A más presión, los jugadores rindieron mucho mejor que en los minutos de tanteo. El intercambio de canastas se prolongó hasta que a falta de 2.40, Smith cometió su quinta falta. A veces, los partidos suelen tener dos finales. Uno, el oficial, cuando el marcador se queda a cero. Otro, el virtual, cuando ocurre algo que provoca de manera tácita el fin de las hostilidades. La salida de Smith y un dos más uno posterior de Llull terminaron con el debate colocando al Madrid donde quería. Sin mucho juego, sin ningún jugador especialmente destacable, pero con una victoria en la mochila antes de irse de viaje. En el Top-16 esto resulta más que suficiente.

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