Caja Laboral, Bizkaia BB y Lagun Aro cumplen con lo previsto

El Baskonia sufre ante el Fuelabrada, el equipo bilbaíno se asoma al descenso y los guipuzcoanos pierden ante un gran Barça

Nadie trastocó las previsiones en una jornada más oscura que convincente de los equipos vascos de la ACB. Todos tropezaron con la piedra prevista. Sólo ganó el Caja Laboral (76-68), pero otra vez con más sufrimiento del que cabía esperar en la plantilla baskonista ante un Fuenlabrada que le discutió el triunfo hasta que Batista, el mejor hombre del equipo madrileño, se disparó al pie con una técnica que le sacó del partido en el último minuto y le metió a English, otra vez bombero de los habituales incendios del equipo de Ivanovic. Pero sufrió el Caja Laboral que, además, padeció la lesión pos...

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Nadie trastocó las previsiones en una jornada más oscura que convincente de los equipos vascos de la ACB. Todos tropezaron con la piedra prevista. Sólo ganó el Caja Laboral (76-68), pero otra vez con más sufrimiento del que cabía esperar en la plantilla baskonista ante un Fuenlabrada que le discutió el triunfo hasta que Batista, el mejor hombre del equipo madrileño, se disparó al pie con una técnica que le sacó del partido en el último minuto y le metió a English, otra vez bombero de los habituales incendios del equipo de Ivanovic. Pero sufrió el Caja Laboral que, además, padeció la lesión postrera de Splitter, en un equipo lastrado por los padecimientos físicos que le están produciendo los mayores sinsabores de los últimos años. A falta de cuatro minutos, a pesar del acierto anotador de English -otra vez al rescate-, el Fuenlabada dominaba el marcador (62-64), gracias al poderío de Batista en el juego interior, mientras los de Ivanovic tiraban del perímetro para sostener el encuentro. Y llegó la técnica a Batista, el cambio de planes que acabó por ratificar una victoria maquillada de forma exagerada (8 puntos de diferencia eran demasiados), pero que le permiten al Caja Laboral mantener un ritmo de triunfos que le acercan más en resultados de la distancia deportiva que le separa de los dos dominadores de la tabla, Real Madrid y Barcelona.

CAJA LABORAL, 76; FUENLABRADA, 68

Caja Laboral: Ribas (14), San Emeterio (11), English (21), Teletovic (10), Splitter (11) -cinco inicial-, Singletary (4), Eliyahu, Barac (2), Micov, Oleson (3).

Fuenlabrada: Thomas (15), Burnstein (11), Kortaberria (3), Sandes (16), Batista (20) -cinco inicial-, Colom (1), Antelo, Laviña (2), Vega.

GRAN CANARIA, 98; BIZKAIA BB, 78

Gran Canaria: Norris (5), Carroll (25), Savané (8), Augustine (6), Moran (12), equipo inicial, McDonald (10), Bellas (4), Fisher (19), Sanders (9) y Kickert (-).

Bizkaia BB: Blums (7), Markota (-), Mumbrú (20), Banic (16), Vázquez (-), equipo inicial, Seibutis (6), Rodríguez (3), Guardia (9), Salgado (6), Moiso (7) y Conley (4).

REGAL BARCELONA, 83; LAGUN ARO, 54

Regal Barcelona: Rubio (15), Navarro (17), Lorbek (8), Mickeal (4), Ndong (8) -cinco inicial-, Vázquez (9), Sada (5), Grimau (2), Lakovic (6), Morris (3), Trias (5) y Rabaseda (1).

Lagun Aro: Sánchez (1), Doblas (8), Panko (8), Ignerski (3), Barbour (4) -cinco inicial-, López Vinuesa(7), Detrick (2), Uriz (4), Miralles (5), Hopkins (12) y San Epifanio (-).

Más preocupante fue la derrota del Bizkaia BB en Gran Canaria, aunque nada sorprendente, salvo por lo abultado de la diferencia (98-78). Nunca ha ganado el equipo bilbaíno en La Roca y su momento actual de forma no era el más apropiado para invertir la estadística. La derrota, por contundente, afecta a la autoestima de un equipo tocado, y por ser la sexta, le acerca a los puestos de descenso en el año del anunciado estirón en la ACB. Sólo Salva Guardia fue capaz de apoyar el acierto anotador de Mumbrú (20) y Banic (16). Pero en cualquier caso el parcial del primer cuarto (30-17) fue demoledor. Encajar 30 puntos en 10 minutos explica mejor que ningún otro dato la falta de motivación con la que accedió al partido.

El Lagun Aro tenía un trámite negativo en Barcelona. Las posibilidades de ganar eran escasísimas, aunque ya estuvo a punto de sorprender al Madrid en su cancha. Y ocurrió lo previsto. Cuando Ricky Rubio y Navarro (que apenas jugó medio partido) afinaron la muñeca, la misión resultó imposible hasta conducir al Barça a una victoria aplastante (83-54). Era un trámite y se cumplió.

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