FÓRMULA 1 | GRAN PREMIO DE TURQUÍA

Button no perdona a los desafortunados

El piloto británico aprovecha un error inicial de Vettel y consigue su sexta victoria de la temporada.- Fernando Alonso, décimo

Un parpadeo a destiempo, un leve titubeo al volante, le costó a Sebastian Vettel la primera plaza y el gran premio de Turquía . El piloto alemán, autor de la pole del sábado, defendió el honor en la salida y aguantó con brío el empuje de un Jenson Button insaciable, a quien la insistencia y la fiabilidad de su monoplaza le bastaron para robarle el liderato sin haber completado una sola vuelta. Aguantó nueve curvas el teutón. Hasta que intentó el ataque por la hierba artificial. Fue un solo instante, suficiente para que el ...

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Un parpadeo a destiempo, un leve titubeo al volante, le costó a Sebastian Vettel la primera plaza y el gran premio de Turquía . El piloto alemán, autor de la pole del sábado, defendió el honor en la salida y aguantó con brío el empuje de un Jenson Button insaciable, a quien la insistencia y la fiabilidad de su monoplaza le bastaron para robarle el liderato sin haber completado una sola vuelta. Aguantó nueve curvas el teutón. Hasta que intentó el ataque por la hierba artificial. Fue un solo instante, suficiente para que el dictador del Mundial se colocara líder y se despidiera de todos hasta la meta. El inglés completó una carrera limpia, de británicas maneras y estrategia perfecta, y llegó puntual a su sexta cita con el podio, logrando ventajas de casi 25 segundos sobre su perseguidor en los compases medios de la carrera. Vettel, el único capaz de hacer sombra al trono de Button con permiso de Rubens Barrichello, acabó tercero, agotados todos sus recursos para asaltar al de Somerset y superado al final por su compañero Mark Webber. La magia de Adrian Newey no dio resultado, pero mantiene el interés en la tabla. Si no fuera por él, el campeonato estaría prácticamente definido.

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Hubo un dato hasta ahora inédito en Istanbul Park: Brawn GP también es capaz de perder. Al menos, hacerlo a medias. Mientras Jenson Button corría hasta la victoria, preparando gritos y celebraciones, Barrichello vivía una pesadilla interminable. El brasileño partió tercero, por detrás de Vettel y su compañero, pero su coche se quedó clavado en la primera arrancada y se vio invadido por la parte media de la parrilla. En lugar de hacer la guerra desde la tranquilidad lejana del liderato, al suramericano le tocó luchar hoy cuerpo a cuerpo, y perdió. La facha risueña de Ross Brawn en el paddock se volvió hierática, quizá por la sorpresa de verse tan atrás.

Impaciente por recuperar el tiempo perdido, Barrichello protagonizó un mano a mano espectacular con Heikki Kovalainen, perfección (la de su Brawn) frente al frenesí del KERS (de McLaren), durante tres vueltas de rabia y ataques. La tensión le llevó al error. En un intento de rebasar al finés, acabó trompeando y relegado a la decimoséptima plaza, donde le esperaba Lewis Hamilton, decimotercero al término del gran premio. El infortunio del vigente campeón después de varias carreras en las que parecía renacer, sorprendió tanto como el fiasco de Barrichello, que firmó su primera retirada de la temporada. En Turquía, el colíder solo ha cosechado un punto desde 2005.

Para Fernando Alonso, la carrera se presentaba como un reto de 58 vueltas de calificación. Los tiempos de reacción se agotan en el garaje de la escudería francesa, anclados en la rutina del octavo y noveno puesto, y los resultados siguen sin mejorar. La décima posición en carrera supone un nuevo fracaso para Renault, que ni con menos combustible que el resto de rivales consiguió hacer sonar la flauta. Como el asturiano, en la misma tónica inalterable de la parte media de la carrera, se movían cuatro equipos: Webber (Red Bull), Rosberg y Nakajima (Williams), Trulli (Toyota), Felipe Massa (Ferrari). Una procesión distendida, como viene siendo habitual, a la espera de algún error o un adelanto desde la calle de boxes.

El coraje de Vettel

Pese al dominio evidente de Jenson Button y el acierto de sus ingenieros en la elección de la estrategia, Sebastian Vettel no cejó en su empeño de lograr la épica. Obstinado, el piloto alemán insistió lo que pudo tras el alerón del líder, dispuesto a defender su pole y repetir el doblete de China, pero ni eso ni las decisiones desde el pit-lane dieron resultado. Lo intentó con una táctica de tres paradas y menos combustible para arañar décimas al Brawn, pero la velocidad extra no dio resultados, pese a que Button mantuvo su planning de dos repostajes.

La carrera estaba definida. El Brawn se deslizaba sereno hacia la victoria, ahorrando motor y rebajando el régimen de vueltas, Button completaba el trámite relajado, casi a una mano, casi saludando al público a falta de cinco vueltas, y la incógnita del segundo y tercer puesto quedó resuelta a falta de cinco vueltas. Sebastian Vettel, que dejó caer los brazos por entonces, corría a 15 segundos de Button y a tres de su compañero, Mark Webber. El australiano tuvo a tiro al germano, quizá más ritmo, y alteró el orden final de la carrera. Al final, cuarta carrera consecutiva para Button, algo inédito desde la era Alonso en 2006, y caras serias para el espigado piloto de Red Bull, más contento que satisfecho, y que, seguro, soñará esta noche con su error inicial en la primera vuelta.

Dos preguntas recorren el paddock. La primera, si conseguirá Jenson Button superar el récord de 13 victorias de Michael Schumacher en una sola temporada (Button tiene seis y quedan todavía 11 grandes premios). La segunda, si conseguirán los equipos medios evolucionar lo suficiente para hacer un poco de sombra a la tiranía británica antes de llegar a Silverstone; un territorio que, sin querer, ya se pinta del blanco de Brawn.

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