Crónica:LIGA | SPORTING 3 - NUMANCIA 1

Cuarta victoria consecutiva del Sporting

En estos momentos, el Sporting sabe mejor que nadie que el fútbol es un estado de ánimo. Superado su penoso inicio liguero, goleada tras goleada, el equipo gijonés ha encadenado cuatro triunfos consecutivos. Hay que remontarse a la temporada 1993-94, con Mariano García Remón en el banquillo, para encontrar un Sporting tan enrachado.

A los cuatro triunfos ligueros hay que sumar el de Copa logrado el miércoles en Soria, frente a un Numancia que tiene todas las papeletas para convertirse en el nuevo saco de los golpes. Durante un tiempo, el equipo soriano fue una especie de bestia negra sp...

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En estos momentos, el Sporting sabe mejor que nadie que el fútbol es un estado de ánimo. Superado su penoso inicio liguero, goleada tras goleada, el equipo gijonés ha encadenado cuatro triunfos consecutivos. Hay que remontarse a la temporada 1993-94, con Mariano García Remón en el banquillo, para encontrar un Sporting tan enrachado.

A los cuatro triunfos ligueros hay que sumar el de Copa logrado el miércoles en Soria, frente a un Numancia que tiene todas las papeletas para convertirse en el nuevo saco de los golpes. Durante un tiempo, el equipo soriano fue una especie de bestia negra sportinguista. Ahora es un chollo. Tan fuerte se ve el Sporting que ni siquiera se inmutó cuando Goiría puso por delante al Numancia. Fue un lapsus, una rareza, en un partido dominado por el equipo de Preciado. A su manera, basándose en un gran despliegue físico, pero el Sporting desactivó el intento soriano de dormir el partido con el ramillete de jugadores pequeños que pueblan el centro del campo.

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El 0-1 enrabietó de tal manera al Sporting que el empate llegó por aplastamiento. Luis Morán, otro producto de Mareo, se estrenó como goleador en Primera después de un par de minutos de bombardeo del área soriana. Una falta lanzada al larguero por Bilic pudo reflejar antes del descanso el hambre de victoria del delantero croata y del Sporting.

Los goles de Bilic llegaron en el segundo tiempo, tras un tímido intento de reacción del Numancia. En realidad, el equipo de Kresic se quedó cortó en todas las facetas. No fue contundente en defensa, sus centrocampistas no utilizaron el balón para hacer daño y le faltó un hombre de referencia en ataque.

El Sporting sí lo tiene. Bilic lo demostró muchas veces ayer y tuvo premio dos veces. Primero, para adelantarse al portero en un balón en el área pequeña. Y poco después, para sentenciar con un penalti. Bilic largó uno de sus típicos trallazos por toda la escuadra. El árbitro mandó repetir y el croata ni se inmutó. Optó por un disparo raso, ajustado al poste derecho. Imposible para Juan Pablo.

Antón y Camacho pelean por el balónEFE