El Betis no se creyó la remontada
El Sevilla acompaña a Deportivo, Barcelona y Getafe en semifinales
El derbi más vergonzoso que se recuerda entre Betis y Sevilla, suspendido hace más de mes y medio por un botellazo a Juande Ramos, ha tenido una prolongación tan innecesaria como aburrida. Los esfuerzos del Betis porque los diferentes comités no dieran por ganador al Sevilla después del botellazo no se reflejó en los jugadores, que han afrontado los 33 minutos de partido como una obligación incómoda, un trámite al que les empujó el club pero en el que nunca tuvieron la cabeza.
El Sevilla fue el único equipo que ha salido con la idea sentenciar la eliminatoria y ha buscado con insistenci...
El derbi más vergonzoso que se recuerda entre Betis y Sevilla, suspendido hace más de mes y medio por un botellazo a Juande Ramos, ha tenido una prolongación tan innecesaria como aburrida. Los esfuerzos del Betis porque los diferentes comités no dieran por ganador al Sevilla después del botellazo no se reflejó en los jugadores, que han afrontado los 33 minutos de partido como una obligación incómoda, un trámite al que les empujó el club pero en el que nunca tuvieron la cabeza.
El Sevilla fue el único equipo que ha salido con la idea sentenciar la eliminatoria y ha buscado con insistencia la portería de Contreras. El hiperactivo Daniel Alvés, Alfaro, Chevantón y Luis Fabiano han probado al portero, que fue uno de los pocos que se olvidó de la frialdad del ambiente, provocada por esas gradas huérfanas de público. Al menos esta vez nadie ha silbado al árbitro, ni ha censurado la actitud de los futbolistas, aunque claro, tampoco nadie ha podido festejar en las gradas el pase a semifinales, donde el Sevilla se encontrará con el Deportivo, el Barcelona y el Getafe.
Aunque para que no faltase nada en este minipartido, los entrenadores no han dudado en agotar los cambios. El técnico del Sevilla, Juande Ramos, para perder tiempo, y el del Betis, Luis Fernández, por intentar lo imposible. Porque imposible pareció que su equipo se metiera en el choque. Se reanudó el encuentro 50 días después para que el Betis apenas disparara una vez a portería. Robert fue el atrevido. Incluso de haber marcado no hubiera servido para nada, porque el empate clasificaba al Sevilla. El tiro no fue ni entre los tres palos. Y así terminó un sopor de 33 minutos.