El Celta arranca un valioso empate en Moscú

El Celta de Vigo, en horas bajas en la liga española, arrancó hoy en la gélida Moscú un valioso empate (1-1) frente al Spartak, con un magnífico gol de Núñez al final de la primera parte. A pesar de jugar con numerosos reservas y sin delanteros puros, el Celta controló el partido de principio a fin, a excepción de los primeros minutos del segundo tiempo, y se hubiera llevado la victoria de no ser por la clamorosa falta de puntería de Baiano en el último minuto del partido.

Como era de esperar, Fernando Vázquez dejó en el banquillo a varios de sus titulares habituales -Oubiña, Baiano, Ne...

El Celta de Vigo, en horas bajas en la liga española, arrancó hoy en la gélida Moscú un valioso empate (1-1) frente al Spartak, con un magnífico gol de Núñez al final de la primera parte. A pesar de jugar con numerosos reservas y sin delanteros puros, el Celta controló el partido de principio a fin, a excepción de los primeros minutos del segundo tiempo, y se hubiera llevado la victoria de no ser por la clamorosa falta de puntería de Baiano en el último minuto del partido.

Como era de esperar, Fernando Vázquez dejó en el banquillo a varios de sus titulares habituales -Oubiña, Baiano, Nené-, con la vista puesta en el crucial partido que enfrentará al equipo gallego con el Osasuna en Pamplona. Los jugadores españoles célticos se adaptaron bien al terreno artificial del estadio olímpico Luzhnikí y a las bajas temperaturas, que rondaron los 7 grados bajo cero. Mención especial merece la defensa céltica, que se mostró implacable con todos los ataques del equipo local, con la ayuda inestimable del uruguayo Pablo García. El Spartak comenzó empujando y Esteban tuvo que intervenir en varias ocasiones para despejar los peligrosos centros al corazón del área de los alas rusos.

No obstante, la mejor ocasión del partido en los primeros 20 minutos la tuvo en sus botas Núñez, cuyo disparo desde el suelo en el área pequeña salió lamiendo el poste de la portería defendida por el ruso Khomich. El momento más peligroso de la primera parte para el Celta llegó a balón parado, cuando un centro lejano no fue despejado por la defensa española y Pavlyuchenko sólo tuvo que empujar el balón al fondo de las redes (m.37). Felizmente para el Celta, el gol fue anulado por el árbitro chipriota por supuesto fuera de juego. Esa jugada despertó al Celta que cinco minutos después inauguró el marcador en una magnífica pared entre el argentino Gustavo López y su compatriota Canobbio, cuyo pase de tacón le dejó sólo en el área grande del equipo local. El pase de la muerte de López desde la izquierda lo recibió Núñez, que se acomodó el balón y superó al portero local de un duro disparo raso (m.42).

Escaso premio

En la segunda parte, los cambios introducidos por el Spartak le dotaron de una mayor agresividad, mientras el Celta optó por esperar un contraataque para matar el partido. El joven Bazhénov tuvo el empate en sus botas cuando en una salida en falso de Esteban a la salida de un córner disparó desde el área pequeña a puerta vacía, pero un providencial Canobbio salvó bajo los palos. El gol del empate del Spartak llegó, como era de esperar, a balón parado, cuando una falta lanzada por Kalynichenko rebotó en la cabeza de un defensa de la barrera céltica despistando a Esteban, que sólo alcanzó a rozar el esférico (m.65). Los cambios hechos por Vázquez aplacaron los ánimos del Spartak, que se dedicó durante el resto del partido a colgar balones al área española.

En el último minuto del partido, Baiano, que entró mediada la segunda parte al terreno de juego, pudo desnivelar el marcador a favor del Celta con un disparo raso desde fuera del área, que fue despejado ágilmente por el portero local. El rebote tampoco fue aprovechado por el delantero de Sao Paulo, que envió el balón de cabeza por encima del larguero.