OSASUNA 0 - BARCELONA 0 | FÚTBOL

El Barça también sufre la sequía

Un Barça poco brillante se lleva un empate del Reyno de Navarra ante un Osasuna que mereció mejor suerte

Prometía el partido mucho brío y revoluciones y así arrancó, con los dos equipos empleándose sin reservas, disputando cada balón como si fuera el último que fueran a tocar en su carrera; tiene algo el Reyno de Navarra, en fin, el terreno de Osasuna, que impregna a los equipos de cierto estilo “punk”, como si la única coreografía permitida fuera la de saltos, cabezazos y empellones rebosantes de sudor. El Barça no fue menos y se empeñó desde el principio en jugar como si fueran los Sex Pistols, y no lo son.

Dispuso Rijkaard un once inédito, o casi, y muy físico, consciente ...

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Prometía el partido mucho brío y revoluciones y así arrancó, con los dos equipos empleándose sin reservas, disputando cada balón como si fuera el último que fueran a tocar en su carrera; tiene algo el Reyno de Navarra, en fin, el terreno de Osasuna, que impregna a los equipos de cierto estilo “punk”, como si la única coreografía permitida fuera la de saltos, cabezazos y empellones rebosantes de sudor. El Barça no fue menos y se empeñó desde el principio en jugar como si fueran los Sex Pistols, y no lo son.

Dispuso Rijkaard un once inédito, o casi, y muy físico, consciente quizá del tipo de partido que iban a disputar, con una línea defensiva muy conservadora, con Oleguer y Zambrotta en los laterales y Márquez y Puyol en el centro; Edmilson, incrustado en la medular, acompañando a Deco y Xavi. Delante, Ezquerro como delantero centro, flanqueado por Giuly y Saviola, los más chiquitos del once. Eto’o, listo en el banquillo.

Avisó pronto Osasuna con un estupendo cabezazo de Milosevic al que respondió Víctor Valdés con solvencia. Los de Ziganda apretaban los dientes como siempre los aprietan en casa y el Barça no terminaba de hilar su juego, así, eran los navarros los que más y mejor llegaban a zonas de peligro, los que tenían una mayor vocación ofensiva.

El Barça estaba perdiendo el duelo, no todavía en el marcador, por utilizar las mismas armas que su rival, esto es, garra y empuje, porque a pesar de la indudable calidad de los futbolistas que puso Rijkaard en juego, las ausencias, sobre todo la de Ronaldinho, restaban mucha calidad e ingenio al combinado azulgrana. Además, Iniesta, estaba viendo la primera mitad desde el banquillo. Y se notaba.

Inoperencia ofensiva

No quiso hacer cambios Rijkaard y mantuvo esa versión militarizada del Barça, no en vano, la segunda mitad arrancó bajo las mismas premisas que la primera, bajo el mismo ir y venir de patadas y tacos a ras de hierba. El número de tarjetas amarillas aumentaba sin cesar y algún jugador ya corría serio riesgo de ver la roja de no calmarse.

El Barça estaba consiguiendo equilibrar el partido, al menos en la posesión y en la iniciativa, y tuvo una muy buena ocasión por medio de Saviola, que mandó fuera, sólo ante Ricardo, un bonito balón nacido de una jugada entre Xavi y Márquez. A renglón seguido, el “conejo” dejó paso a Iniesta y Eto’o comenzó a calentar.

La entrada de Iniesta, y del iraní Nekounam por Osasuna, le dio más calidad y precisión al juego, sobre todo al del Barça, que con el de Albacete en el campo ofreció los mejores minutos y llegó con más claridad al área navarra. A falta de cinco minutos para el final y tras cuatro meses de baja, salió Samuel Eto’o, que regresó por fin a los terrenos de juego entre los aplausos pamplonicas.

No tuvo apenas tiempo el camerunés para hacer lo que mejor sabe hacer, en un partido, como tantos otros en la Liga durante las últimas jornadas, en los que el fútbol defensivo se está terminando por imponer al de ataque. Y si no, hay están los goles de los grandes favoritos; Sevilla cero, Real Madrid cero y Barça cero. Un cero para todos.

El Barcelona no aprovecha frente al Osasuna el pinchazo del Sevilla y del Real MadridVídeo: ELPAIS.com