Crónica:FÚTBOL | Mallorca 1 - Barcelona 4

El Barcelona gana sin despeinarse

El equipo azulgrana vence 1-4 a un Mallorca que terminó con diez por expulsión de Varela

Venció el Barcelona. Una vez más, sin un juego brillante, pero con gran eficacia y autoridad. El Mallorca terminó con diez por expulsión de Varela, mientras que Gudjohnsen firmó dos goles que le otorgan crédito.

Al Barcelona se le presentaba una verdadera reválida en Mallorca. La plaga de lesiones que azota al equipo azulgrana y las victorias de Sevilla y Real Madrid hacían imprescindible la victoria. Con Eto'o, Messi y Saviola lesionados, Frank Rijkaard se vio obligado a alinear una delantera prácticamente inédita: Ronaldinho, Giuly y Gudjohnsen debían guiar el juego ofensivo de los ca...

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Venció el Barcelona. Una vez más, sin un juego brillante, pero con gran eficacia y autoridad. El Mallorca terminó con diez por expulsión de Varela, mientras que Gudjohnsen firmó dos goles que le otorgan crédito.

Al Barcelona se le presentaba una verdadera reválida en Mallorca. La plaga de lesiones que azota al equipo azulgrana y las victorias de Sevilla y Real Madrid hacían imprescindible la victoria. Con Eto'o, Messi y Saviola lesionados, Frank Rijkaard se vio obligado a alinear una delantera prácticamente inédita: Ronaldinho, Giuly y Gudjohnsen debían guiar el juego ofensivo de los catalanes. Con el brasileño entonado, fue el delantero islandés el que logró perforar la meta de Toni Prats y sembrar el camino del triunfo blaugrana.

Sin embargo, el cuadro de Gregorio Manzano no puso las cosas nada fáciles. Comenzó el partido haciendo una fuerte presión sobre los centrales azulgranas, que no conseguían conectar con Deco e Iniesta. Maxi López, cedido por el club catalán, fijó el marcaje de Puyol y Márquez gracias a su corpulencia. Gracias a ello, permitió entrar más en juego a Ibagaza, que lideró el ataque de los locales.

Maniatado Deco, el Barcelona tuvo que recurrir en más de una ocasión a balones largos. Le costaba mucho llegar al conjunto de Rijkaard, que con la ausencia de Messi ha perdido capacidad de improvisación. Mientras, el Mallorca jugó sus bazas: contundencia y transiciones rápidas para aprovechar el más mínimo despiste de la zaga visitante. Después de un par de sustos bien resueltos por Puyol, el Barcelona comenzó a tomar el dominio del encuentro, que ganó en intensidad. Avisó primero el Barça en el 33' con un remate a bocajarro de Motta al que respondió muy bien Prats. Poco después, el equipo balear replicó con un potentísimo lanzamiento de Basinas que fue repelido por un acertado Víctor Valdés, que día a día se consolida como un gran portero.

Antes de llegar al descanso, emergió la magia de Ronaldinho. Después de su gran actuación frente al Zaragoza, el brasileño volvió a demostrar que es un jugador muy decisivo. El astro carioca se alió a su mejor socio, Deco, para dejar a Gudjohnsen solo frente a Prats. El islandés, frío como un bloque de hielo, levantó sutilmente el balón para dejar sentado al cancerbero y batirle. Sin duda, un gran premio para los azulgranas, que sin mostrar el juego 'autoriario' de la pasada campaña, se iban al descanso con ventaja.

El golpe definitivo

En la reanudación, el Mallorca saltó al césped con la intención de conseguir el empate. De nuevo, intensidad, presión y ritmo para bloquear el juego de toque del Barcelona. Manzano apostó por Jordi y Víctor y sentó a un laborioso -pero poco brillante- Maxi. Mientras tanto, Rijkaard dio descanso a Puyol e introdujo a Zambrotta, reubicando a Oleguer como central.

Tras eludir el acoso inicial de los locales, el Barcelona asestó el golpe definitivo al partido con un nuevo gol de Gudjohnsen. El delantero, afanado en demostrar que puede ser el '9' goleador que busca el equipo, batió por raso a Prats después de aprovechar un excelente servicio de Iniesta. Eto'o, desde la grada, aplaudía respetuoso el tanto de su compañero.

Con el 2-0, el partido se enfrió y perdió revoluciones. El Barça se limitó a congelar el balón, mientras que el Mallorca buscaba alguna acción aislada que le diese algo de oxígeno. Y en estas, surgió la figura de Víctor, que, aprovechándose de la pasividad de la defensa azulgrana, batió por bajo a Valdés. Un gol que hizo reaccionar a Rijkaard, pero en sentido inesperado. El holandés, desconcertante, sustituyó a su hombre decisivo de la noche, Gudjohnsen, para dar una oportunidad a Ezquerro. Quizá, en un gesto de confianza hacia el delantero riojano.

En el lado contrario, Manzano quemó todos sus cartuchos introduciendo a Diego Tristán. No obstante, la entrada del andaluz no hizo variar el rumbo del partido, que dejó la expulsión de Varela en su tramo final y los goles de Iniesta y Ezquerro que certificaban el triunfo catalán. El Barcelona lograba una valiosa victoria y mantiene el liderato. Sin duda, un buen estímulo para afrontar con garantías el decisivo partido de Liga de Campeones frente al Levski.