LIGA

El Atlético comienza con una cómoda victoria ante el Málaga

Los rojiblancos ofrecen buen juego ante su afición para lograr el primer inicio victorioso en ocho años

El Atlético ha comenzado la temporada de fútbol jugando al fútbol, aspecto éste muy novedoso a la vista de lo realizado en la campaña que acabó apenas hace dos meses. Jugando al fútbol ha doblegado al Málaga con dos goles, uno de ellos, irónicamente, de chiste, más propio de la pasada Liga que del fútbol desplegado hoy, ordenado y hasta vistoso por momentos. Jugando al fútbol ha dejado buena imagen a su afición para iniciar el campeonato con una victoria necesaria -no lo hacía desde hace ocho años- para un equipo con la moral frágil, que debe convencerse de sus propias posibilidades, que las t...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Atlético ha comenzado la temporada de fútbol jugando al fútbol, aspecto éste muy novedoso a la vista de lo realizado en la campaña que acabó apenas hace dos meses. Jugando al fútbol ha doblegado al Málaga con dos goles, uno de ellos, irónicamente, de chiste, más propio de la pasada Liga que del fútbol desplegado hoy, ordenado y hasta vistoso por momentos. Jugando al fútbol ha dejado buena imagen a su afición para iniciar el campeonato con una victoria necesaria -no lo hacía desde hace ocho años- para un equipo con la moral frágil, que debe convencerse de sus propias posibilidades, que las tiene. Y tiene que hacerlo jugando al fútbol.

Se nota la mano de Ferrando en el nuevo Atlético, que no se entrega al pelotazo inmisericorde a ver qué inventa el Niño Torres, un recurso que se convirtió en la piedra angular de la pasada temporada. Ahora el Atleta toca. Y toca con fundamento, de un lado a otro, de la defensa a la media y de ésta a los extremos, para que busquen a los delanteros. Alternando una y otra banda, e incluso algún desplazamiento más largo, pero con el objetivo de que Torres reciba de cara a puerta, y no de espaldas, en espera de algún rechace. Mención aparte merece el recuperado Colsa, que abarca más campo que De los Santos, su antecesor en el puesto. Corre además, y lucha, y llega y reparte con criterio.

Así ha ametrallado al Málaga en la primera mitad, con ocasiones de todos los colores. De Torres, de Colsa, de Ibagaza. El Niño podía haber inaugurado el pichichi con un gol de bandera, después de recibir un regalo de Simeone, transmutado en la acción en Zidane. Torres ha pinchado el envío, pero se le ha quedado atrás y, sin más opción, ha inventado un taconazo elevado que, de entrar, habría sido el primer gol de la Liga y el mejor, casi sin duda. No ha entrado, sin embargo, ni tampoco otra a bocajarro del Niño, ni otra de Colsa, ni otra de Musampa, ni otros dos palos. Tenía que llegar, y lo ha hecho en una acción de circo, tras un disparo de Ibagaza que ha rechazado el palo y, tras él, la cabeza de Calatayud, hacia dentro.

Era el final de la primera mitad, momento especialmente sensible. Y también lo ha sido el segundo, nada más comenzar la segunda, otra vez con Simeone en plan estilista. Ha robado el argentino en la línea defensiva del rival y ha cedido suave al Niño en el punto de penalti, letal el chico al primer toque para poner el segundo.

A partir de ahí, el Málaga ha intentado sin fe irse adelante, pero no tiene mucho que ofrecer. De hecho, no ha ofrecido ni pelotazos, tan frecuentes en el Atlético el pasado año con Manzano, ahora en el banco malaguista. En el otro lado, el Atlético, tranquilo ya, se ha dedicado a contemporizar, ha dado entrada a Salva, idolatrado por la afición, y a Luccin, llamado a jubilar a Simeone y que no ha tenido ocasión de lucirse demasiado. Buen estreno el de los rojiblancos, en general, con el único pero de las bandas, Jorge inoperante en la derecha y Musampa, luchador pero poco acertado, en la izquierda.

Archivado En