Un proyecto deIberia

“Tuve valentía para profesionalizarme y eso ha servido a las que han venido luego”

Tras 55 años de carrera, Carmen Linares es mucho más que una cantaora profesional. Estudiosa del flamenco y siempre defensora de dar a las mujeres el lugar que se merecen en el cante, hoy es uno de los principales referentes para las nuevas generaciones de cantaores

Carmen Linares

Cantaora

Carmen Pacheco (Linares, Jaén, 72 años) tiembla “como un flan” minutos antes de salir a los tablaos, como confiesa: “Es una responsabilidad muy grande”. Le intimida el público, aunque lleva desde los 17 años dedicada profesionalmente al flamenco. Conocida en todo el mundo como Carmen Linares, ha cantado en lugares tan emblemáticos como el Lincoln Center de Nueva York —invitada por la Orquesta Filarmónica de la ciudad—, la Ópera de Sídney o el Shinjuku Bunka Center de Tokio. “El flamenco es universal, ya no internacional”, explica para el proyecto Talento a bordo de Iberia: “Y todo el mundo tiene el corazón en el mismo sitio”.

Carmen Linares en su infancia cantando para un concurso de la radio con su padre, Antonio Pacheco, a la guitarra. Foto: Cedida por CARMEN LINARES

La cantante intrepreta junto a Juan Habichuela su segundo trabajo en solitario, 'Carmen Linares', en 1978. Foto: Cedida por CL

Linares celebra 40 años de carrera con un concierto en Madrid acompañada por Joan Manuel Serrat en 2022. Foto: HÉCTOR BENÍTEZ

Carmen Linares en la ceremonia del Premio Princesa de Asturias de las Artes 2022. Foto: DANIEL MORA/FPA

La artista, tras ser investida Doctora Honoris Causa, junto a sus compañeros de profesión Miguel Poveda y Francisco José Arcángel. Foto: UNIVERSIDAD DE SEVILLA

Carmen Linares posa junto a su Premio a la Excelencia Musical de los Grammy Latinos 2023. Foto: MANUEL ALVITE WAISMAN

Linares ha trasladado al flamenco los versos de poetas patrios como Federico García Lorca, Miguel Hernández o Juan Ramón Jiménez. “El cante, sin la poesía, sería solo lamento y quejío”, explica. Mientras le retocan el maquillaje antes de la grabación, charla sobre su tierra y recuerda el poema Andalucía, de Manuel Machado: “Cádiz, salada claridad; Granada, / agua oculta que llora. / Romana y mora, Córdoba callada. / Málaga cantaora. / Almería dorada. / Plateado Jaén. / Huelva, la orilla / de las Tres Carabelas… / y Sevilla”. Lo recita como si lo estuviera leyendo, sin vaciles. Reconoce que, si no se acuerda de algún verso, los canta.

Su talento lo avivaron en casa. Su primer gran apoyo fue su padre, Antonio Pacheco, al que miraba fascinada cuando tocaba la guitarra y quien se mostró siempre “orgulloso” de que a su hija le gustara cantar. El segundo fue su marido, Miguel Espín, periodista e investigador del flamenco, quien la acompaña en la entrevista. “Es muy importante tener una pareja que te hace avanzar y crecer”, se enorgullece. Pero el impulso mayor ha sido ella misma. Por su trabajo, Linares ha sido reconocida con galardones de toda índole, desde el Premio Princesa de Asturias de las Artes (2022), el Premio Leyenda del Flamenco (2017) o el Grammy Latino a la Excelencia Musical (2023). Considera que la estela que deja es el coraje: “He tenido valentía para profesionalizarme y eso le ha servido mucho a las jóvenes que han venido luego”. De hecho, la cantante Rosalía mencionó a Linares como una de las mujeres más visibles del sector en una entrevista en 2016, cuando la catalana presentaba su disco flamenco Los Ángeles.

Carmen Linares se ha convertido en referencia de artistas dedicados al cante, como Miguel Poveda o Estrella Morente; pero también ha compartido escenario con compañeros de otros estilos musicales, como Joan Manuel Serrat o Luz Casal. A los que siguen sus pasos les recomienda que revisiten a los clásicos, que se empapen de las raíces. “El flamenco es muy extenso, tiene muchísimas melodías, muchos cantes, y cuanto más lo conozcan, mejor. Van a ir más seguros”, reflexiona. Un consejo que ella misma siguió con su disco de 1996 Antología. La mujer en el cante: “Fue un homenaje a todos los cantes que habían creado o recreado las mujeres. Fue un trabajo de investigación con mi marido y con José Manuel Gamboa [el productor] y aprendí muchísimo”, rememora.

La artista apoya la dualidad de que el flamenco está más vivo en los tablaos (“más caliente”, describe), pero que con el estudio todo talento se mejora. De hecho, el pasado marzo fue investida Doctora Honoris Causa por la Universidad de Sevilla. En 500 años de historia ha sido la segunda mujer que ha logrado ese nombramiento por esta institución: “Cuanto más sepas de tu arte, mejor”, defiende.

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