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La Ruta Norteamericana
Por Fernando Navarro

El deslumbrante disco que tiene que sonar estas Navidades: Bruno Mars & Anderson .Paak

La estrella del pop y el rapero se alían para dar forma un álbum que bien podría firmar Marvin Gaye en el siglo XXI

Anderson .Paak y Bruno Mars, en una imagen promocional.

Con las Navidades ya aquí, quizá sea momento propicio para reivindicar cierta música celebrativa. A pesar del desgaste de la pandemia y toda la nueva ola de contagios, habría que saber encontrar rendijas para el posicionamiento de cierta alegría, o, al menos, de cierto sosiego. La música, siempre presente y sonando incluso con el mundo en contra, ayuda a inventar esas rendijas. Despeja hasta los momentos más oscuros. Por eso, traigo el que podría ser el gran disco para estas Navidades. Un álbum que invita hallar luz casi a cada segundo.

Se trata del trabajo de Silk Sonic, o lo que es lo...

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Con las Navidades ya aquí, quizá sea momento propicio para reivindicar cierta música celebrativa. A pesar del desgaste de la pandemia y toda la nueva ola de contagios, habría que saber encontrar rendijas para el posicionamiento de cierta alegría, o, al menos, de cierto sosiego. La música, siempre presente y sonando incluso con el mundo en contra, ayuda a inventar esas rendijas. Despeja hasta los momentos más oscuros. Por eso, traigo el que podría ser el gran disco para estas Navidades. Un álbum que invita hallar luz casi a cada segundo.

Se trata del trabajo de Silk Sonic, o lo que es lo mismo: el álbum de Bruno Mars en colaboración con Anderson .Paak. Cuando el rapero Anderson .Paak hizo de telonero Bruno Mars en su gira europea en 2017, hicieron un pacto: juntarse para experimentar en estudio. Cuatro años después, el resultado es grandioso. Ambos forman una alianza perfectamente sincronizada entregada a la causa del funk en todo su esplendor. Un viaje sideral de profundad admiración retro hacia los sonidos negros bailables de los setenta, pero repletos de detalles y ganchos actuales impulsados por la brillante voz de Bruno Mars y la juerga de R&B contemporáneo de Anderson .Paak.

Este es el disco que bien podría firmar Marvin Gaye en el siglo XXI, aunque entre las nueve exuberantes pistas planee el espíritu de Parlamient/Funkadelic en ‘Silk Sonic Intro’ o en la trepidante ‘Fly as Me’, salten recuerdos del soul sofisticado de Filadelfia con nombres como The O’Jays en temas como ‘After Last Night’ o ‘Put on a Smile’ y haya florituras de la paleta de Sly & the Family Stone en composiciones como ‘Skate’. Se cuenta además con el apoyo en varias canciones del bajista Bootsy Collins, perteneciente a Parlamient/Funkadelic, dotando de una riqueza rítmica mayor a este trabajo, que se eleva hacia una fiesta de luces sonoras propia del teatro musical, resultado del pop de brillantina de Mars y la poderosa estética del rapero. Quizá, a veces, todo es demasiado desmedido, pero siempre funciona.

Es una obra sin comparación en la escena actual, por lo bastardo y extraño del experimento, pero también porque es difícil encontrar una sociedad tan bien encajada y con tanta virtud por la sutileza. Dos cabezas creativas sumando en una única visión. El disco centellea con personalidad propia por la diversión imperante, ese hilo conductor que parece moverlo como un bailarín portentoso en una pista de baile. Diversión y colorido al servicio de un álbum distinto y deslumbrante.

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