Columna

En los 10 años de ‘Mujeres y hombres y viceversa’...

Aterrizar como espectador por primera vez en el concurso de citas puede hacerte sentir como un extraterrestre

Un programa de 'Mujeres y hombres y viceversa'

Tal vez no hayas visto nunca el programa. O no entero. A lo mejor un rato, aquel día que no fuiste a trabajar porque tenías fiebre y te quedaste enganchado haciendo zapping delante de la tele. Aún así, es posible que hayas usado la expresión “tronista” en alguna ocasión. Y casi seguro que has apostillado alguna frase con la expresión “y viceversa”, aunque haya sido un poco forzado. Mujeres y hombres y viceversa cumple diez años en antena en España en Mediaset (aún lejos de los 22 que lleva en Italia) y, en este tiempo, ha creado un universo propio y, para muchos, paralelo. Porque ater...

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Tal vez no hayas visto nunca el programa. O no entero. A lo mejor un rato, aquel día que no fuiste a trabajar porque tenías fiebre y te quedaste enganchado haciendo zapping delante de la tele. Aún así, es posible que hayas usado la expresión “tronista” en alguna ocasión. Y casi seguro que has apostillado alguna frase con la expresión “y viceversa”, aunque haya sido un poco forzado. Mujeres y hombres y viceversa cumple diez años en antena en España en Mediaset (aún lejos de los 22 que lleva en Italia) y, en este tiempo, ha creado un universo propio y, para muchos, paralelo. Porque aterrizar como espectador por primera vez en el concurso de citas puede hacerte sentir como un extraterrestre.

Nació como un programa de verano, después se quedó años en la parrilla de Telecinco y ahora vive en las mañanas de Cuatro. MYHYV - tiene incluso acrónimo- es uno de los espacios más veteranos de la televisión actual. Y una máquina de famosos para el universo Mediaset (el grupo al que pertenecen Cuatro y Telecinco). A veces, después de pasar por el programa de Emma García, los tronistas acaban en otros platós, como el de Sálvame contando cómo es su vida post-MYHYV. Algunos han pasado hasta un año seguido sentados en el trono del programa, día tras día, lo que les ha legitimado para subir al estatus de VIP y participar en otros realitys como Gran Hermano y Supervivientes. Y así sigue alimentándose la parrilla.

La clave es su audiencia fiel y, lo más importante para la cadena, joven. Muchas veces menor de edad, algo casi imposible de encontrar para las televisiones, que ven cómo los chavales se han ido a YouTube. Niños que crecen queriendo parecerse a esos jóvenes guapos, musculados, ligones, apretados, teñidos, tatuados buscando el amor. La encarnación del metrosexual, aunque eso ya no se lleve. Ellos y ellas. Y viceversa.

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