‘Outlander’ lucha contra los prejuicios

En los pasados Globos de Oro, Outlander se coló como una de las series más nominadas. Entre los premios a los que optaba se encontraba el de mejor drama, algo que a muchos posiblemente sorprendió teniendo en cuenta que la serie que adapta las novelas de Diana Gabaldon tiene altas dosis de romance, viajes en el tiempo y un enfoque bastante femenino (y feminista). Pero sus seguidores sí entienden las razones por las que ...

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En los pasados Globos de Oro, Outlander se coló como una de las series más nominadas. Entre los premios a los que optaba se encontraba el de mejor drama, algo que a muchos posiblemente sorprendió teniendo en cuenta que la serie que adapta las novelas de Diana Gabaldon tiene altas dosis de romance, viajes en el tiempo y un enfoque bastante femenino (y feminista). Pero sus seguidores sí entienden las razones por las que Outlander se coló entre las favoritas —no se llevó ningún premio; pero ya solo estar ahí fue suficiente reconocimiento—.

La historia protagonizada por una enfermera del siglo XX que se despierta de repente en la Escocia del XVIII era mucho más que una historia de amor y sexo para señoras. Los últimos capítulos de su primera temporada vieron cómo la trama se volvía más oscura para mostrar escenas de torturas y sadismo que darían para hablar durante días si ocurrieran en series más mediáticas como Juego de tronos. Outlander se había vuelto una cosa seria y se atrevía a dar pasos más allá.

En su segunda temporada, la serie sigue reivindicándose como algo más. Aun siendo consciente de a qué público se dirige, y al que no parece dispuesta a renunciar, la historia entra en un terreno diferente al trasladar a los protagonistas a la corte francesa, donde tratarán de evitar que la historia sea como fue para los clanes escoceses en su lucha contra el ejército inglés. Más política, más refinamiento, un entorno diferente y una vestimenta muy distinta a la que lucían en Escocia. Cambios respecto a la entrega anterior y también ligeras variaciones respecto al material original que da las novelas, donde el segundo tomo arranca de una forma diferente a la serie que no desvelaremos para no hacer spoilers.

Outlander sigue siendo igual de disfrutable y entretenida. No es para todos los públicos, ni quiere serlo. Eso no lo va a ocultar. Es lo que es y a mucha honra. Pero tampoco es solo lo que parece. Es mucho más. Sobre todo, es una serie que se atreve y que no se conforma, que va más allá. Ahora abre nuevos caminos para explorar y para tratar de seguir luchando contra los prejuicios.

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