Rompiendo tabúes sexuales en los 60

William H. Masters quería investigar algo que nunca antes se había tratado científicamente, el sexo y la respuesta físíca que las personas experimentan mientras que lo practican. Para ello, necesitaba el punto de vista de una mujer, y ahí apareció Virginia Johnson. Los dos llevaron a cabo unos estudios que revolucionaron la forma de entender el sexo (y que en el ...

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William H. Masters quería investigar algo que nunca antes se había tratado científicamente, el sexo y la respuesta físíca que las personas experimentan mientras que lo practican. Para ello, necesitaba el punto de vista de una mujer, y ahí apareció Virginia Johnson. Los dos llevaron a cabo unos estudios que revolucionaron la forma de entender el sexo (y que en el blog Eros explican más detalladamente). Ahora, la historia de estos pioneros en el estudio científico del sexo ha llegado a la televisión en forma de adaptación de la biografía escrita por Thomas Maier en el que, hasta el momento, es el mejor estreno estadounidense de la temporada, Masters of sex.

"El estudio del sexo es el estudio del comienzo de todas nuestras vidas"

La serie (que en Estados Unidos emite Showtime acompañando a Homeland y que en España se puede ver en Canal Plus un día después de su emisión original) arranca a finales de los 50, cuando el ginecólogo Bill Masters (interpretado por el británico Michael Sheen tras el rechazo de Paul Bettany) empezaba su investigación haciendo frente a las trabas que se encontraba y buscando una ayudante femenina. La encontrará en la joven Gini Johnson (la actriz Lizzy Caplan), madre de dos hijos, dos veces divorciada, sin nada que perder y llena de curiosidad.

"Esto nunca será visto como una ciencia y tú serás visto como un pervertido"

Será por el tema, será por las buenas actuaciones o por esa ambientación tan cuidada que recuerda a Mad Men o a la británica The Hour, pero los capítulos que rozan la hora de duración se pasan volando y dejan siempre al espectador con ganas de más. Con buen ritmo desde el primer momento, la serie está salpicada de toques cómicos (los justos y bien encajados) mientras los científicos se dedican a sortear los problemas que supone el que su estudio no haya sido aprobado y tengan que buscarse la vida para encontrar conejillos de indias dispuestos a ceder su cuerpo a una ciencia en pañales.

Masters y Johnson, en la ficción y en la vida real

Además de las cuestiones relacionadas puramente con el estudio del sexo, la trama de la serie se centra también en los problemas personales de los dos protagonistas: él, casado (no muy felizmente, por lo que se ve en los primeros pasos de la serie) y con problemas para tener hijos con su mujer; ella, madre soltera y con una incipiente relación con un ginecólogo compañero de Masters. También promete ser interesante el el seguimiento de la evolución de la relación de Bill y Gini.

"Estamos descubriendo un mundo nuevo"

Masters of sex va más allá del morbo que provoca el tema del sexo y ya se ha situado como el estreno más prometedor (en cuanto a calidad) de lo que va de temporada en Estados Unidos. Una historia sin superhéroes, sin intrigas enrevesadas y centrada solo en dos personas peculiares y en sus inquietudes más peculiares todavía. Hay esperanza en el panorama televisivo.

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