“Soy fan del diccionario, me gusta rebuscar en sus páginas”

Paz Herrera ha aguantado 54 programas en ‘Pasapalabra’

Paz Herrera en 'Pasapalabra'

Paz Herrera se sentaba de lunes a viernes frente a la pantalla de su televisión para ver Pasapalabra. “Empieza por la...” Armonía, banco, constelación. Una a una Herrera iba adivinando las palabras del rosco con las 25 letras del alfabeto. No lo hacía nada mal. Incluso llegaba a dar más respuestas que muchos de los concursantes del programa. Así que se preguntó: ¿Y si lo intento, a ver qué pasa?

Su curiosidad la llevó a convertirse en la participante más resistente de Pasapalabra. Fueron 54 programas consecutivos en los que esta cántabra de 53 años acumuló 62.400 euros. No se llevó el b...

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Paz Herrera se sentaba de lunes a viernes frente a la pantalla de su televisión para ver Pasapalabra. “Empieza por la...” Armonía, banco, constelación. Una a una Herrera iba adivinando las palabras del rosco con las 25 letras del alfabeto. No lo hacía nada mal. Incluso llegaba a dar más respuestas que muchos de los concursantes del programa. Así que se preguntó: ¿Y si lo intento, a ver qué pasa?

Su curiosidad la llevó a convertirse en la participante más resistente de Pasapalabra. Fueron 54 programas consecutivos en los que esta cántabra de 53 años acumuló 62.400 euros. No se llevó el bote de más de un millón de euros, pero se siente bastante satisfecha.

“Perdí con tres fallos. Pero el que me hizo caer fue la sexta sinfonía de Beethoven”. Herrera conocía la respuesta. Fueron los nervios, la velocidad y el poco tiempo para responder quienes la llevaron a decir otra cosa. “Empezaba por la p. En ese momento, la cabeza piensa en un segundo y dije lo primero que me vino a la mente con esa letra. Me precipité. Pero sabía que La Pastoral era la sonata correcta”.

Herrera es arquitecta autónoma y no le sorprende que alguien de ciencias, como ella, sea tan buena con las palabras. “Soy fan del diccionario. Siempre me ha gustado consultar en sus páginas y buscar significados”, comenta. “Además, me gusta escribir relatos”, añade. La preparación lingüística no le llevó mucho tiempo, pero en materia de geografía se lo tuvo que trabajar más: “Las capitales de los países eran algo que tenía obsoleto y me lo tuve que repasar muy bien”.

No se dio cuenta de que era su último programa hasta que un montón de personas corrió a abrazarla. “En ese momento no me lo creía, no sabía ni lo que había dicho”, cuenta risueña.

Desde que entró al programa tuvo bien claro que con el dinero se iría a hacer el Camino de Machu Picchu a Perú. Aunque no ganó el premio gordo, se siente feliz porque su padre le ha regalado ese viaje. “En septiembre nos vamos todos en familia” dice entusiasmada. Y su optimismo por haber pasado por Pasapalabra es humilde. Herrera tiene como uno de sus mejores recuerdos el dibujo de una niña de Moaña (Pontevedra) de ocho años. “Es un dibujo donde estaba yo con el rosco y me deseaba que ganara el programa. Es de las cosas que más ilusión me ha hecho”, concluye.

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