Monjas y niñeras, fórmula de éxito en la BBC

¡Llama a la comadrona!’, ambientada en el Londres de posguerra, bate récords de audencia en la cadena pública británica y reta a ‘Downton Abbey’

Un fotograma de la serie '¡Llama a la comadrona!'.

En un campo a las afueras de Londres juegan niños disfrazados de Robin Hood, sirven té mujeres con rulos y vestidos de flores y la tómbola que sortea latas de sopa y bolsas de agua caliente está a punto de comenzar. Si no fuera por las cámaras, uno creería que ha retrocedido en el tiempo. La realidad es que estamos en una jornada de rodaje de ¡Llama a la comadrona!, serie de la BBC ambientada en el Londres de posguerra. El drama, que se estrenará en AXN White (dial 28 de canal +) el 6 de noviembre a las 21. 20, ha alcanzad...

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En un campo a las afueras de Londres juegan niños disfrazados de Robin Hood, sirven té mujeres con rulos y vestidos de flores y la tómbola que sortea latas de sopa y bolsas de agua caliente está a punto de comenzar. Si no fuera por las cámaras, uno creería que ha retrocedido en el tiempo. La realidad es que estamos en una jornada de rodaje de ¡Llama a la comadrona!, serie de la BBC ambientada en el Londres de posguerra. El drama, que se estrenará en AXN White (dial 28 de canal +) el 6 de noviembre a las 21. 20, ha alcanzado el mayor éxito de audiencia de una nueva ficción dramática de la BBC en una década.

En papel nadie lo hubiera previsto. Pocos hubieran apostado por la historia de una joven comadrona que empieza a trabajar para una congregación de monjas anglicanas en el east end de los años 50. Pero Pippa Harris, de la productora Neal Street Productions lo tuvo claro desde el principio: “Hace cinco años el agente de Jennifer Worth nos mandó un manuscrito con los primeros capítulos de sus memorias. Por su carácter episódico y mezcla de historias divertidas y descorazonadoras supe que tenía que ser una serie. Hicimos una oferta por los libros y en 6 meses, gracias al fenómeno boca-oreja lograron status de best sellers en Gran Bretaña. Entonces llamé a la guionista Heidi Thomas y a la BBC”.

Hace una década que Harris dejó su puesto de directiva en la BBC para fundar Neal Street Productions junto a su amigo de la infancia el cineasta Sam Mendes y la productora teatral Caro Newling. Después de producir títulos como Revolutionary Road o Cometas en el cielo, considera la televisión como el medio cada vez más idóneo para llevar a cabo los proyectos que le interesan: “En la industria cinematográfica ya no se hacen producciones medianas y en televisión se pueden tocar temas polémicos que nunca llegarían a la gran pantalla” ¡Llama a la Comadrona! va por su segunda temporada, cuenta con un equipo de 1.700 personas y es la apuesta de la BBC para hacerse con el liderazgo de las series de época: “No puedo confirmar nuestro presupuesto pero te puedo asegurar que gastamos mucho menos dinero que Downton Abbey” comenta Harris entre risas.

El rodaje tiene lugar en un antiguo seminario en Mill Hill, la periferia norte londinense. Dentro del edificio se han montado las estancias de los personajes, los espacios comunes del convento y la unidad de maternidad, donde conviven casas de muñecas, tarros viejos de medicinas, cartillas de racionamiento y panfletos originales que avisan de los peligros del alcohol para las embarazadas. En el patio hay un huerto en pleno funcionamiento. “Los detalles son esenciales”, opina el productor Hugh Warren, “hacemos historia social y eso requiere autenticidad. Y es una época que pertenece a los recuerdos de muchos telespectadores británicos, ellos avisan si nos equivocamos”. La veracidad se complica en exteriores ya que las calles de Poplar, donde se desarrolló originalmente la historia, han cambiado radicalmente. El que fuera un barrio de arrabales y escombros de bombardeos es hoy el distrito financiero londinense de Canary Wharf dominado por rascacielos: “Estamos retratando un mundo que ya no existe” afirma Warren.

En un programa dedicado a los partos, los bebés son imprescindibles. Por cada episodio se convocan a 10 o 20 niños. Sus horarios de trabajo son muy estrictos, las madres siempre están presentes y los niños no permanecen más de 15 minutos en el plató. El criterio para elegir pequeños actores se centra en una actitud tranquila. Un buen ejemplo es Benjamin, de siete meses. Vestido con un pelele de punto antiguo, va pasando imperturbable por brazos de extraños. Otro pilar es la matrona Terri Coats aconseja en la parte médica, ayuda a cambiar pañales y entra en contacto con madres que estén dispuestas a llevar a sus hijos recién nacidos al plató. La serie ha provocado un aumento del 17% en las solicitudes para formarse como comadrona en Gran Bretaña.

Con 9,8 millones de espectadores en su debut '¡Llama a la comadrona!', es la única producción que puede competir con Downton Abbey. Una rivalidad que reafirma el triunfo de la nostalgia en televisión. “Celebramos un tipo de vida que reconforta”, opina Jenny Agutter la actriz que interpreta a la Hermana Julienne, vestida con hábito y sin trazas visibles de maquillaje. “Las series de época tienen éxito porque al espectador le gusta mirar fuera de sus propias circunstancias. No entiendes tu mundo hasta que no lo ves desde fuera”.

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