Goleada a los audímetros

El Croacia-España alcanza el minuto de oro de la historia: 18.136.000 seguidores

Andrés Iniesta, en el centro, durante uno de los lances del partido de la Eurocopa que jugaron España y Croacia.JASPER JUINEN (GETTY)

Si hay un valor seguro y estable en televisión ese es el fútbol. En la batalla de la audiencia, el deporte rey triunfa por goleada, como se ha puesto de manifiesto en el Croacia-España de la Eurocopa, que el lunes registró el minuto de oro más brillante de la historia de la televisión. Al menos de la historia de las audiencias, que se remonta a 1992, cuando comenzó a medirse de manera exhaustiva el número de telespectadores. A las 22.37, cuando todo el equipo croata, incluido el ...

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Si hay un valor seguro y estable en televisión ese es el fútbol. En la batalla de la audiencia, el deporte rey triunfa por goleada, como se ha puesto de manifiesto en el Croacia-España de la Eurocopa, que el lunes registró el minuto de oro más brillante de la historia de la televisión. Al menos de la historia de las audiencias, que se remonta a 1992, cuando comenzó a medirse de manera exhaustiva el número de telespectadores. A las 22.37, cuando todo el equipo croata, incluido el portero, se disponía a rematar una falta, contenían el aliento ante la pantalla 18.136.000 almas. Faltaban ya pocos segundos para el pitido final.

El aumento del consumo televisivo en 2012 (efecto colateral de la crisis), el hecho de que el partido se disputara en lunes (un día muy televisivo) y el incremento demográfico (44 millones de habitantes) son elementos que explican la millonaria audiencia de un partido que partía con una discreta dosis de intriga.

Para España, supuso el pase a cuartos de final de la Eurocopa. Para Telecinco, su mejor dato de todos los tiempos. En las casi tres décadas de vida de esta cadena, nunca alcanzó una cota tan espectacular como el 72,2% de cuota de pantalla del lunes. Los 90 minutos del Croacia-España fueron seguidos por una media de 14.265.000 hinchas (70,4%), que hicieron de esta emisión, la quinta más vista desde hace 30 años, cuando los programas de televisión comenzaron a ser examinado con lupa por los audímetros, unos artilugios instalados en un puñado de hogares que representaban a toda la sociedad. Hasta entonces, las audiencias se contabilizaban a mano. Se llamaba a los espectadores por teléfono y se apuntaban sus respuestas en los conocidos Cuadernos de escucha.

‘Minutos de oro’ en la televisión española

En aquellos tiempos, los del monopolio de TVE, la audiencia no tenía la trascendencia de ahora y la precisión no era una exigencia. Al fin y al cabo, todo el mundo veía el concurso Un, dos, tres. Pero la llegada de las cadenas privadas cambió las tornas. Ahora se exige un control minucioso porque los operadores pelean por los espectadores uno a uno. De la exactitud depende no solo la vida de los programas sino también los ingresos de las empresas televisivas. Un punto de diferencia en la cuota de pantalla se traduce en millones de euros de facturación publicitaria. A más público ante el televisor, más caros son los anuncios.

El minuto de oro tiene un valor simbólico, de referencia, dice Ricardo Vaca, presidente de la consultora Barlovento Comunicación. “Indica cuál es el pico más alto del programa que ha tenido la audiencia más alta. Es un dato curioso, pero valioso pada las cadenas. En el caso del partido Croacia-España, es una cifra verdaderamente excepcional”, afirma.

Vaca estima que la audiencia del partido, el quinto más seguido todos los tiempos, es superior a la que oficialmente ha facilitado Kantar Media, la empresa que mide las audiencias. “El dato de los 14 millones”, explica el analista, “no incluye el público que ha visto el partido en los bares, en las segundas residencias o en las pantallas gigantes desplegadas, por ejemplo, en la explanada del Bernabéu”.

Históricamente, los minutos de oro se los ha apuntado la selección española en dos momentos clave: la Eurocopa de 2008 y el Mundial de Sudáfrica de 2010. Solo ha habido una excepción de un Madrid-Barça correspondiente a las semifinales de la Champions del año pasado. En este monocultivo futbolístico se cuela una emisión musical: el festival de Eurovisión de 2005, celebrado en Estonia, una edición que le reportó a TVE su minuto de oro rutilante (15.465.000 espectadores) y a Rosa un decepcionante séptimo puesto.

Aquello fue una anécdota, porque el fútbol sigue goleando a los audímetros. El presidente de Barlovento augura que Telecinco puede batir su propia marca en lo que queda de Eurocopa. “La publicidad no cubre el coste de los derechos pero a Mediaset le reporta un gran beneficio desde el punto de vista de marca, imagen e identidad”, dice.

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