_
_
_
_
Fútbol chileno
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El cacique de la bolsa, en jaque por la violencia

Leonidas Vial, el empresario bursátil más influente de Chile, luchó otra vez para mantener el poder en el directorio de Colo Colo, el equipo de fútbol más popular del país. Eso a pesar de que la violencia, las sanciones y los cada vez más evidentes vínculos con las barras bravas deterioraron significativamente el negocio

El defensor panameño de Monagas, Harold Cummings, y el defensor de Colo Colo, Jeyson Rojas, compiten por el balón durante el partido de ida de la fase de grupos de la Copa Libertadores en el estadio Monumental, el pasado 19 de abril en Santiago de Chile
El defensor panameño de Monagas, Harold Cummings, y el defensor de Colo Colo, Jeyson Rojas, compiten por el balón durante el partido de ida de la fase de grupos de la Copa Libertadores en el estadio Monumental, el pasado 19 de abril en Santiago de ChileMARTIN BERNETTI (AFP)

Este domingo, Carlos la joya Palacios marcó dos goles en la victoria de Colo Colo ante Palestino. En el festejo, se llevó el dedo a los labios para callar a los hinchas más críticos. Un gesto vano, pues las tribunas del Estadio Monumental, que pueden albergar a más de 40.000 personas, estaban vacías. El club fue sancionado por la violencia desatada de sus parciales en el superclásico frente a la Universidad de Chile, la U. Serán tres fechas a gradas desnudas, pero las sanciones podrían llegar también desde la Conmebol, por la inconducta en el partido de Copa Libertadores frente a Monagas. Justo en el día en que la institución celebraba 98 años.

Al día siguiente del festejo de La joya, las puertas del Estadio Monumental se abrieron para dar paso al cotejo fúnebre de un hincha, conocido como el guatón Carlos [el panzón Carlos]. La carroza y sus acompañantes ingresaron a la fuerza al lugar para rendir homenaje con fuegos artificiales y amenazas a los guardias, aumentando la sensación de impunidad y la evidente ligazón de algunos barristas con el crimen organizado.

Fue el mismo día en que los accionistas de Blanco y Negro, la concesionaria que administra el club, debían elegir presidente, en una tendencia que impide planear a largo plazo. Pese a que los directorios son electos por tres años, en cada junta general vuelven a enfrentarse las facciones que controlan financieramente al Cacique, como es conocido el cuadro más popular del país.

En la junta volvió a prevalecer el grupo encabezado por el empresario bursátil Leonidas Vial Echeverría, que está en el directorio desde la creación de las sociedades anónimas deportivas, en 2005. Recién en el 2013 y tras una agresiva compra de acciones, sin embargo, pudo hacerse del poder del club gracias a su patrimonio, pero también a la representación de terceros gracias a su corredora, Larraín Vial, la más grande del país.

Desde entonces, la lucha de León, como es conocido por sus amigos, contra Aníbal Mosa, un empresario de origen libanés con negocios inmobiliarios en el sur de Chile, ha sido sin treguas. Han llegado incluso a ser investigados y sancionados por la Comisión de Mercados Financieros. Colo Colo fue el trampolín político para el expresidente Sebastián Piñera –un acérrimo hincha de la Universidad Católica–, que utilizando la fórmula Berlusconi buscó el éxito deportivo para ampliar su base electoral, modelo que también replicó Mauricio Macri en Boca Juniors.

Leonidas Vial ha perseverado en mantener su participación mayoritaria en el directorio de Blanco y Negro no sólo porque sea un buen negocio, sino porque es uno de los impulsores de la ley que permitió a grupos empresariales cotizar en bolsa a los clubes profesionales, mayoritariamente endeudados o quebrados a comienzos de siglo. Sin embargo, jamás ha querido asumir la presidencia –hoy delegada en Alfredo Stohwing–, porque rehúye la figuración pública. La industria del fútbol no goza, además, de buen prestigio en la última década.

Liliana Solari –de la familia controladora de Falabell– en la Universidad Católica y el grupo de empresarios encabezados por Carlos Alberto Délano y José Yuraszeck en la Universidad de Chile gozaron de los últimos éxitos deportivos de los clubes chilenos, ahora tempranamente eliminados de los certámenes internacionales. En Colo Colo, Piñera y el empresario Gabriel Ruiz Tagle (que luego se convertiría en su ministro) ganaron cuatro títulos consecutivos y llegaron a la final de la Copa Sudamericana, pero abrieron una puerta que ya no pudo cerrarse: la relación impropia con las barras bravas.

Como señala Alberto Arellano en su libro ¿De quién es Chile?, las redes tejidas entre Blanco y Negro y la temida Garra Blanca fueron imposibles de deshacer, por mucho que los sucesivos gobiernos intentaran frenar la violencia creando el fracasado plan Estadio Seguro. Arellano es nieto de los fundadores del club e investigó documentadamente los nexos entre los líderes de la barra y los propietarios. Uno de los caciques más reconocidos de los grupos violentos de fanáticos, Francisco Muñoz –conocido como Pancho Malo–, hoy es un activo organizador de marchas del Partido Republicano, ubicado en la extrema derecha del espectro político.

Lo que era un gran negocio para Leonidas Vial se fue transformando en un calvario debido a las sanciones, que disminuyen drásticamente los ingresos por recaudación. También la posibilidad de nuevos negocios, debido a que la experiencia estadio está marcada por la violencia. El club no ha producido jugadores que sean negociables en el mercado internacional y los ingresos disminuyen de manera creciente. En ese escenario, sin embargo, Vial puso toda su energía para mantener el control de la concesionaria. Los que lo conocen aseguran que es por amor a la insignia, aunque para el mundo financiero, frío e insensible a las pasiones, el interés sea cada vez más inexplicable.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_