CULTURA

Un bosque invernal en pleno verano madrileño

El Círculo de Bellas Artes acoge la presentación de una propuesta de realidad virtual interactiva

Una escena de la propuesta de realidad virtual interactiva.

En plena temporada veraniega, una sala del Círculo de Bellas Artes continúa su vocación de promocionar el arte y las propuestas de realidad virtual y ofreció este martes la posibilidad de trasladarse durante unos minutos a un bosque de los Hayedos primigenios de los Cárpatos en pleno invierno. Vale que la temperatura y la humedad no eran exactamente las mismas, pero los 20 grados y el aroma que envolvía el ambiente en un habitáculo habilitado en pleno centro de la ciudad resultaban suficientemente evocadores como para escapar de la realidad y v...

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En plena temporada veraniega, una sala del Círculo de Bellas Artes continúa su vocación de promocionar el arte y las propuestas de realidad virtual y ofreció este martes la posibilidad de trasladarse durante unos minutos a un bosque de los Hayedos primigenios de los Cárpatos en pleno invierno. Vale que la temperatura y la humedad no eran exactamente las mismas, pero los 20 grados y el aroma que envolvía el ambiente en un habitáculo habilitado en pleno centro de la ciudad resultaban suficientemente evocadores como para escapar de la realidad y viajar en el espacio sin moverte del sitio.

El proyecto de OPEN THIS END, llamado ON, Bosque Templado, es una obra de arte portal —así se llama el grado máximo de realidad virtual— que inaugura un nuevo tipo de expresión artística. Un arte digital, fotorrealista, realizado en 3D en una experiencia inmersiva, multisensorial e interactiva que pretende trasladar al público desde la sala expositiva a una nueva dimensión.

Una experiencia en la que la ficción parece superar a la realidad. Uno se pone las gafas y, de repente, se topa en medio de un bosque en pleno invierno. Tal cual. En un perímetro de acción limitado, se puede pasear, girar para observar un campo de visión de 360 grados, tumbarse sobre la hierba y la nieve e, incluso, interactuar con el entorno animal. De los movimientos de la persona que participe en la actividad, que suele prolongarse entre dos y cinco minutos, depende el comportamiento de los animales presentes en la escena, que en el invierno se trata de diferentes pájaros y un ciervo, los mismos que se encontraron los responsables del proyecto durante su investigación y a los que han dotado de inteligencia artificial. “Si una persona va muy rápido, el ciervo se asusta y sale corriendo, como ocurre en la vida real. Hemos puesto distintas variables, hemos hecho una investigación enorme, hablando hasta con cazadores, y el ciervo decide. No responde a unas pautas”, cuenta Cristina García-Lasuen, directora del proyecto.

“El arte portal es una democratización y un arte inclusivo. Aquí puede participar y trasladarse a un bosque salvaje una persona que esté en silla de ruedas o alguien sin recursos que nunca se plantearía este tipo de viaje”, defiende Cristina, que denuncia la escasa apuesta de los museos por un tipo de arte que, afirma, se identifica a la perfección con lo que reclaman los jóvenes.

“Te dicen que es algo muy moderno y que no quieren arriesgar. Tenemos que hacer normal en el mundo del arte lo que es normal en la calle y, hoy en día, todo el mundo utiliza la tecnología. Pedimos que se incorpore de la misma manera que la fotografía no desplazó a la pintura”, reclama.

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Después de esta primera muestra en España, la idea es presentar el resto de estaciones: otoño, primavera y verano. “De momento hemos presentado invierno porque queremos que las otras sean más sorpresa. Hay muchos más animales. En verano, por ejemplo, aparecen moscas y vas a tener que quitártelas de la cara como en la vida real”.

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