La zona del incendio entre Toledo y Madrid es de altísimo valor ecológico

El área devastada por el fuego en Cenicientos acoge especies protegidas como el águila imperial y continúa sin extinguirse en la zona suroeste

Uno de los efectivos trabajando en las tareas de extinción del incendio en Cenicientos, Madrid. En vídeo, imágenes de las labores de extinción.Foto: atlas
Madrid -

La zona devastada por el incendio registrado al suroeste de la región de Madrid, entre Cenicientos y Cadalso de los Vidrios, es de “altísimo valor ecológico” y alberga especies protegidas como el águila imperial. La descripción es fruto de José Emilio Pacios, un vecino de la zona y exagente forestal que se conoce la fauna y la flora al detalle. A las 8.00 de esta mañana continúa sin extinguirse.

Alrededor de 450 efectivos trabajaban en las tareas de extinción al término de la jornada del domingo, ...

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La zona devastada por el incendio registrado al suroeste de la región de Madrid, entre Cenicientos y Cadalso de los Vidrios, es de “altísimo valor ecológico” y alberga especies protegidas como el águila imperial. La descripción es fruto de José Emilio Pacios, un vecino de la zona y exagente forestal que se conoce la fauna y la flora al detalle. A las 8.00 de esta mañana continúa sin extinguirse.

Alrededor de 450 efectivos trabajaban en las tareas de extinción al término de la jornada del domingo, dos días después de declararse el fuego. El incendio ha calcinado 3.000 hectáreas.

Justo en Cenicientos se juntan el valle del Tiétar y la sierra de Gredos con la sierra de Guadarrama. El clima tiene dos condiciones muy diferentes. Por un lado, altas precipitaciones en invierno. Por otro, gran sequedad en verano, según Pacios. Esto hace que la vegetación crezca muy fuerte, lo que se convierte en un gran combustible en caso de que se produzca un incendio como el registrado desde el pasado viernes. “Es un clima húmedo, en el que la disposición de las montañas frena los vientos del norte y no hay fríos extremos en invierno”, reconoce el exagente, que además es muy aficionado a la meteorología.

Toda esta área se caracteriza por contar con castañares y cerezos silvestres. De hecho, hace años se utilizaron plantas de esta zona para injertar todo el valle del Jerte, en Extremadura. Entre sus especies singulares se encuentra la Genista falcata, una planta que solo se da en las zonas próximas a los litorales.

La joya de la corona es el águila imperial, cuyo nido se encontraba ayer por la tarde muy próximo a ser devorado por las llamas, según este naturalista. “Es una especie muy protegida porque está a punto de desaparecer”, recuerda Pacios. Lo que sí arrasó el fuego es la zona en la que se crían diversos anfibios y culebras herradura. “Muchos biólogos se quedan sorprendidos de que haya este ecosistema tan cerca de Madrid, ya que para muchos de ellos es desconocido”, concluyó el ecologista.

Los cazadores de Cenicientos se quejaron de que no se les dejase entrar en el monte y que pudieran abrir un cortafuegos para evitar que las llamas entraran en el municipio. Pidieron permiso al director de la extinción, Carlos Novillo, pero este se lo denegó ante el riesgo de que el aire cambiante pudiera atraparles, con las graves consecuencias que ellos supondría. Hubo quejas de los afectados, pero la Guardia Civil se lo dejó muy claro. Si iban al monte, serían detenidos.

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La alcaldesa de Cenicientos, Natalia Núñez (PSOE), no entendía cómo un fuego iniciado en Almorox (Toledo) podía haber llegado hasta su municipio y haber causado tanto destrozo. “Cuando acabe la extinción, habrá que investigar muy bien las causas”, concluyó Núñez.

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