Madrid: oportunidad sin exclusiones

'La ciudad inacabada', de Lucio Muñoz preside el hemiciclo de la Asamblea de Madrid, símbolo de una tarea pendiente, la de procurar una Comunidad más plena y justa

Presidencia, tribuna de oradores y mural 'La obra inacabada', de Lucio Muñoz. Álvaro García



Nuestra región es motivo de orgullo por algunas buenas razones. Genera más del 18% del PIB español y su PIB per cápita es un 35% superior a la media nacional. Ello gracias al esfuerzo y al talento compartido. Negar la realidad puede ser el recurso de algunos en tiempos de política inclinada más a la interpelación personal que a la sensata argumentación racional, pero no es nuestra elección.

Sin embargo, no es adecuado que quienes ponen el acento en estos datos oscurezcan al tiempo una verdad incontestable. Baste recordar el incremento de la deuda de la Comunida...

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Nuestra región es motivo de orgullo por algunas buenas razones. Genera más del 18% del PIB español y su PIB per cápita es un 35% superior a la media nacional. Ello gracias al esfuerzo y al talento compartido. Negar la realidad puede ser el recurso de algunos en tiempos de política inclinada más a la interpelación personal que a la sensata argumentación racional, pero no es nuestra elección.

Sin embargo, no es adecuado que quienes ponen el acento en estos datos oscurezcan al tiempo una verdad incontestable. Baste recordar el incremento de la deuda de la Comunidad en esta Legislatura de un 34%, 8.595 millones, hasta alcanzar los 33.489. Y esa brecha, abierta con políticas de diverso alcance, no pocas veces en beneficio de intereses particulares, deberá ser sufragada por todos. ¿Ha servido tal endeudamiento para aliviar el dolor de las desigualdades sin excusa que tanto abundan en nuestra región? No lo parece, si atendemos a datos como los 343.948 niños y niñas, un 29%, en riesgo de pobreza y/o exclusión social (UNICEF, 2018).

 Es cierto que hay razones para considerarnos una Comunidad de gran importancia y un referente global en muchos sentidos. Pero hemos de comparar lo que realmente somos y hacemos con lo que podríamos ser. Y la Comunidad de Madrid parece retenida en una cierta inercia. Hemos de impulsar y dignificar el Gobierno de esta región, recuperar el prestigio deteriorado por varios lustros de no pocos comportamientos reprobables, cambiar la autocomplacencia de quienes llevan demasiado tiempo ejerciendo el poder lejos de los intereses comunes, y decidir situarnos a la altura de nuestros equivalentes europeos.

Madrid necesita la gestión eficaz de un nuevo Gobierno que atraiga a los emprendedores y a la inversión productiva y aleje a especuladores y oportunistas. Cuando las instituciones y sus máximos responsables son noticia constante por comportamientos irregulares, se paraliza la acción de Gobierno y también la buena economía y, por tanto, el bienestar y la prosperidad individual y colectiva.

Nuestra región tiene un potencial aún inexplorado. Dispone de ideas, personas, conocimiento, conciencia y recursos para no resignarse, un talento creativo extraordinario, con una gran capacidad de acogida y aceptación de la diversidad. Y requiere impulso político, y no simple conformismo. Necesitamos y queremos un proyecto que no se reduzca a mantener una situación, cuando no un poder. Debemos crear las condiciones de innovación, también social, emprendimiento, ciencia, investigación, nuevas tecnologías…, para que Madrid pueda ser líder en España y en Europa, gracias al enorme caudal cultural, económico, social y solidario de los que la construimos con nuestro trabajo, nuestros sueños y nuestros impuestos. Una Comunidad de Madrid con oportunidades para sus hombres y mujeres. Sin exclusiones.

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