Mario Soria se sirve del bufé libre del arte

El artista renueva las creaciones de Botticelli, Velázquez o Rubens en su disparatada muestra 'Entelequias', en el Ceart

"¿Qué voy a inventar yo si ya está todo inventado? Por eso, como si estuviera en un bufé libre voy cogiendo las ideas que me apetecen y con eso me apaño", afirma Mario Soria (barcelonés de 53 años), un artista que, como él mismo dice, es cualquier cosa menos minimalista. "Me nutro de todo: barroco, rococó, ciencia ficción, cómic, publicidad...". Y para comprobarlo no hay más que echar un vistazo a Entelequias, su primera exposición individual en Madrid, en el ...

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"¿Qué voy a inventar yo si ya está todo inventado? Por eso, como si estuviera en un bufé libre voy cogiendo las ideas que me apetecen y con eso me apaño", afirma Mario Soria (barcelonés de 53 años), un artista que, como él mismo dice, es cualquier cosa menos minimalista. "Me nutro de todo: barroco, rococó, ciencia ficción, cómic, publicidad...". Y para comprobarlo no hay más que echar un vistazo a Entelequias, su primera exposición individual en Madrid, en el Centro de Arte Tomás y Valiente (Ceart) de Fuenlabrada.

El nacimiento de Venus, de Botticelli, se transforma en manos del abigarrado artista en Venus the Rocktres y en la concha sobre la que se alza la diosa aparecen amontonados Super Mario Bros., el pokémon Pikachu, el robot Bender, de la serie Futurama, el cohete del cómic Tintín en la luna, platillos volantes, peluches... Esta obra, de 2017, es una de las 13 que el artista presenta en la exposición, que podrá verse hasta el 12 de mayo, y que reúne piezas realizadas en los últimos ocho años."Yo entiendo el arte como un espacio para el disfrute, me gusta lo que hago y meto referencias de las cosas que me llaman la atención, no le doy muchas vueltas", apunta Soria recordando que alguien ha visto "símbolos fálicos" en sus cohetes. "Los pinto porque me divierte Tintín, no hay segundas intenciones".

El artista con su obra 'La tele de Superman. Episodio 1'.

"Hay dos obras que yo quería mostrar también pero que no han podido llegar a tiempo para la inauguración, El tren de Noé y Hombres puente, así que las he pintado con tiza sobre la pared. Mi trabajo es muy lento y produzco poco", explica el artista que presenta sus obras, pinturas de distintos formatos con marcos construidos a base de juguetes de plástico y muchas capas de cromo dorado, en medio de un mar de bolas de plástico, las mismas en las se zambullen los niños en los parques infantiles.

La historia del arte y el humor son también elementos claves en su obra, presente en ferias de Estados Unidos y en numerosas colectivas europeas, siempre en formatos poco habituales en las que el soporte está alterado y el marco, como hace su admirado Mark Ryden, forma parte de la obra. "Antes apuntaba las ideas, pero ahora he descubierto que la memoria me sirve de filtro para desechar lo que no me interesa. Ya no apunto nada, de forma que si olvido una idea pienso que no sería tan buena", dice el artista mientras le da a la manivela de La tele de Superman. Episodio 1, un artefacto móvil en el que las tres Gracias de Rubens se han refugiado en un barquito de papel para sortear el oleaje. La nave la sostiene un fornido Superman con el traje a medio poner y un cigarrillo en la boca.

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El color, los juguetes y los símbolos de la sociedad de consumo y los iconos colonizan sus pinturas como ocurre en Menina Barcelona, una obra inspirada en Velázquez en la que los dinosaurios se mezclan con algunos de los símbolos de la ciudad, o en Aztecañol, donde fusiona las culturas mexicana y española y los galones del descubridor se convierten en apetitosos tacos.

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