Tribuna

Madrid no se vende

El autor defiende la gestión de Ahora Madrid frente al modelo urbano implantado por los gobiernos anteriores del PP

Decíamos a nuestra llegada al gobierno municipal que para cambiar el modelo urbano del Partido Popular había que poner en marcha un programa de rehabilitación de edificios y espacios públicos para avanzar en el reequilibrio social y territorial de nuestra ciudad, donde han aumentado las desigualdades durante la crisis. Ahí está el Plan Mad-Re (Madrid Regenera).

También era imprescindible cambiar el modelo de movilidad para superar la prevalencia del automóvil, apostando por el transporte público y los modos verdes (bicicleta y peatón) para reducir la contaminación y los atascos. Además,...

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Decíamos a nuestra llegada al gobierno municipal que para cambiar el modelo urbano del Partido Popular había que poner en marcha un programa de rehabilitación de edificios y espacios públicos para avanzar en el reequilibrio social y territorial de nuestra ciudad, donde han aumentado las desigualdades durante la crisis. Ahí está el Plan Mad-Re (Madrid Regenera).

También era imprescindible cambiar el modelo de movilidad para superar la prevalencia del automóvil, apostando por el transporte público y los modos verdes (bicicleta y peatón) para reducir la contaminación y los atascos. Además, había que revisar las grandes operaciones urbanísticas que han configurado el “modelo Gallardón” y que hoy son un lastre para el desarrollo de nuestra ciudad.

Por último, y quizá lo más importante, debíamos recuperar una política pública de vivienda orientada a garantizar este derecho a las familias más vulnerables. Contaremos con 4.500 nuevas viviendas destinadas a alquiler social al final de este mandato. En aquel momento —y no han transcurrido ni dos años— apenas se hablaba de un fenómeno que constituye hoy uno de los ejes centrales del debate urbano: la gentrificación y su derivada vinculada a la creciente demanda de alojamiento temporal, la turistificación.

El creciente atractivo de Madrid como destino turístico y la escasa, por no decir inexistente, regulación de esta nueva modalidad de residencia estacional que es la vivienda turística han abierto la veda. Los vecinos de barrios como Cortes, Embajadores o Lavapiés ven cómo sus buzones se llenan de anuncios que ofrecen comprarles sus casas. Al precio que sea. Los pisos turísticos son cada vez más rentables. El Gobierno de Cifuentes, que ostenta las competencias en materia de turismo, evita pronunciarse. Como si los problemas de Madrid no fueran con él. Pero el Ayuntamiento está decidido a afrontar esta situación en toda su complejidad. No vamos a permitir que Madrid se convierta en un parque temático. El turismo es una fuente de riqueza y empleo, pero si no garantizamos un modelo sostenible terminará por convertirse en un problema, como ya sucede en Barcelona, Lisboa o Palma, donde está generando graves conflictos urbanos.

En los últimos meses se han producido movilizaciones contra este fenómeno. La última, bajo el lema #MadridNoSeVende, congregó a gente preocupada por los efectos que tiene en su vida cotidiana, por la pérdida de identidad de su barrio, o que se ve obligada a dejar su casa porque suben los alquileres. También los hoteleros que cumplen la regulación mientras sufren la competencia desleal de los pisos turísticos. Todos están pidiendo que actuemos. Y ahí nos van a tener. Defendiendo con ellos que Madrid no se vende.

José Manuel Calvo es concejal de Desarrollo Urbano Sostenible (Ahora Madrid).

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