Las heridas de IU en Madrid siguen abiertas después de su reconstrucción

La formación tenía en junio 5.000 afiliados, frente a los 1.723 actuales. Solo 745 votaron en la asamblea de constitución

Maurico Valiente vota durante la asamblea constituyente de IU Madrid.Claudio Alvarez

Las heridas de IU en Madrid siguen abiertas después de la asamblea de reconstrucción del pasado fin de semana, en la que solo votaron 745 de sus 1.723 afiliados. Y eso a pesar de que cabía la posibilidad de hacerlo de forma telemática (por Internet). Antes de que la dirección nacional les expulsara en junio, alegando el escándalo de las tarjetas opacas de Caja Madrid, el número de militantes...

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Las heridas de IU en Madrid siguen abiertas después de la asamblea de reconstrucción del pasado fin de semana, en la que solo votaron 745 de sus 1.723 afiliados. Y eso a pesar de que cabía la posibilidad de hacerlo de forma telemática (por Internet). Antes de que la dirección nacional les expulsara en junio, alegando el escándalo de las tarjetas opacas de Caja Madrid, el número de militantes superaba los 5.000. La mayoría no ha vuelto y algunos de los que lo han hecho denuncian trabas para participar en el cónclave. Varios de ellos se quedaron, incluso, sin participar, a pesar de que habían pagado las cuotas de filiación. Desde el comité organizador explican que la solución se corregirá en cuanto comience a funcionar la nueva cúpula regional.

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El pasado domingo 553 militantes de la remozada IU votaban, entre las tres candidaturas disponibles, la opción encabezada por Mauricio Valiente (tercer teniente de alcalde en la capital con Ahora Madrid) y María Jesús Alonso, alcaldesa de Ciempozuelos con una candidatura de unidad popular. La cifra no alcanza siquiera a un tercio del total de afiliados, lo que para algunos de los expulsados se traduce en un elemento significativo de que "la lucha de poder" sigue abierta en la formación. Cayo Lara, coordinador federal, ya pidió durante la asamblea “tender la mano a todos los que faltan, que son muchos”. Entre quienes no regresaron están la exalcaldesa de San Fernando de Henares, Montserrat Muñoz, o la exparlamentaria regional Libertad Martínez, para quien "hubo una necesidad, por parte de un sector que nunca había ganado en Madrid, de acabar con IU con el argumento de las tarjetas black. La voladura fue pactada por gente de dentro y de fuera (hoy en Podemos, explica) y la han ido perpetrando paso a paso".

Martínez cree que el discurso "envenenado" de las siglas que se dio antes de la crisis que terminó con todos los militantes expulsados de la formación fue "falso": "A mí me da igual que se llame IU o no, el problema es el contenido". La exparlamentaria no ha vuelto porque dice que no desea estar en una organización donde "el eje de su discurso no sea la defensa de los trabajadores". Y sentencia: "La libertad en IU se acabó cuando se saltaron los estatutos y expulsaron de forma caciquil a 5.000 afiliados que pagaron por algo que no debían. No existe parangón en la historia".

Tras las elecciones locales y regionales, en las que IU no logró representación en la Asamblea ni en el Ayuntamiento de la capital, la dirección nacional envió una carta a los afiliados alertándoles de que iba a proceder a su "desfederación". En los días siguientes se activó un proceso para que pudieran volver todos aquellos que así lo desearan. Habían sido meses intensos en los que, al escándalo de las tarjetas black, por las que el Consejo Federal expulsó a los portavoces de IU en el Consistorio de Madrid y en la Asamblea, se sumaron otros problemas. Entre ellos, el abandono de Tania Sánchez y del propio Mauricio Valiente, vencedores de las primarias de la formación a encabezar la lista a la Comunidad y al Consistorio de la capital. Sánchez abandonó IU y Valiente se presentó a las primarias de Ahora Madrid, cuyas listas terminó engrosando. A todo ello hay que sumar la desautorización que el Consejo Federal hizo a la candidatura municipal de Raquel López, sustituta de Valiente.

Raquel López durante la presentación de su candidatura a la alcaldía de Madrid.Luis Sevillano
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López es otra de las antiguas militantes que no han vuelto a pedir el alta como afiliada. "No lo he hecho porque se tiene que dar un proceso de reparación colectiva. Se manchó nuestro nombre. Fuimos purgados al no querer plegarnos a (presentarnos con) Podemos", asegura. En su opinión, "lo que llaman reconstrucción es una falsedad". La otrora candidata de IU en la capital apunta a la asamblea federal que se celebrará en mayo: "Madrid era la segunda federación más grande. Pensaban fusionarse con Podemos y los que no pensábamos así fuimos castigados. Si te cargas a 4.000 militantes críticos está solucionado, los números salen". López se indigna por algunos de los casos acontecidos el pasado fin de semana en la reconstitución de la que hasta hace un año era su formación: "Me parece inmoral que en la asamblea no se haya dejado participar a Víctor Díaz Cardiel, que es historia viva de la lucha antifranquista, por haber firmado un documento crítico".

El histórico militante (se afilió en 1956), de 80 años, nueve de ellos en prisión, quita hierro al asunto. "Me parece una chiquillada política. Creo que un voto no resuelve nada, no tiene más trascendencia". A Díaz Cardiel le explicaron que existía un problema entre su asamblea de base, Ciudad Lineal, y la comisión de credenciales y que no podía participar en el congreso de la nueva IU. Finalmente, asistió en calidad de invitado, pero no pudo ejercer sus derechos como afiliado, a pesar de estar a corriente de pago. "Es un mal sabor de boca, no lo voy a negar, pero a mí no me va a apartar nada ni nadie", afirma con voz suave al otro lado del teléfono. Un documento interno de la organización en su distrito aclara: "Cuando se nos preguntó [por parte de los organizadores de la asamblea regional] si teníamos alguna disconformidad con alguno de los compañeros que querían reafiliarse a esta asamblea, nos vimos en la obligación de presentar incidencias a la reincorporación de Víctor Díaz Cardiel a IU Ciudad Lineal". Desde el comité organizador, sin embargo, aseguran que la asamblea tenía "la voluntad de que participara el mayor número de personas posibles" y sostienen que hasta el alcalde de Rivas Vaciamadrid, Pedro del Cura, tuvo problemas para registrarse.

"La desfederación fue un error"

Dada las circunstancias, el histórico militante de IU en Madrid no pudo cerrar una de las candidaturas del cónclave, la de Lali Vaquero (145 votos). Su coportavoz, José Andrés Llamas, también estuvo cerca de quedarse fuera, aunque al final la mesa de credenciales le dejó participar con plenos derechos porque "su asamblea de base no puso objeción a la hora de inscribirse", certifican los organizadores. "Cuando llegué (a la asamblea), me dijeron que no estaba en el censo. Al final, algunos pudimos participar con voz y voto, pero otros no", certifica Llamas. En su opinión, "la desfederación fue un error" porque, como se ha demostrado en la asamblea, "hemos reducido la estructura". Ahora, Llamas pide "superar la situación" y "recuperar a todos los cargos públicos de IU repartidos por la región".

Esperanza Pardo, concejal de Algete (se presentó en mayo de 2015 bajo las siglas de IU-CM), cifra en 153 esos cargos públicos y sostiene que la mayoría, como ella, no han vuelto. "La dirección nacional actuó contra 5.000 afiliados que no tenían nada que ver. Esa acción se debió hacer con la dirección regional". Pardo, que en ese momento formaba parte del Consejo Federal, asegura que vivió "el momento más triste" de su vida. La edil subraya que sigue demandando "una respuesta para los expulsados sin explicación. Es ilógico que una federación tan importante como la de Madrid se quede en el limbo". Aclara que volverá a la formación cuando se reconozca que se hizo "algo inadecuado". De momento, lo que tiene claro es que "toda las personas de (la corriente de pensamiento) Izquierda Abierta que han querido reafiliarse, han tenido problemas para volver".

Cuota al corriente de pago de Yaiza García.

Es el caso de Yaiza García Reca, exconcejal de IU en Rivas Vaciamadrid entre 2003 y 2015 y miembro de Izquierda Abierta, la facción que lidera Gaspar Llamazares en España. "Envié mi ficha de reafiliación el 1 de febrero, como marcan los estatutos, y no me contestó nadie". Yaiza no pudo participar en la asamblea del pasado fin de semana, ni siquiera como invitada, a pesar de estar al corriente de pago con su recibo de militancia, por el que el 1 de abril pagó 60 euros, cuantía que cubre todo el año (2016).

En opinión de Yaiza "no se van a cerrar heridas tal y como se ha hecho porque, si fuese una asamblea abierta, no habrían impedido las reafiliaciones. Además, la gente de las candidaturas que no eran mayoritarias tuvieron problemas". Para la exedil de Rivas, el congreso celebrado "no refleja el sentir de la militancia" ya que es un "censo raquítico" en el que "solo el 27% de la militancia votó a Valiente". "El documento político solo fue ratificado por 248 personas, lo que no es muy representativo. Yo creo que (este número) no puede legitimar nada, aunque dependerá del objetivo que se tenga con esta asamblea", apostilla.

Influencia en la asamblea federal

Aunque en un principio no se le dejó, finalmente la eurodiputada Paloma López sí pudo participar en la asamblea de reconstitución de IU en Madrid. "Tuvimos un problema con la tramitación. Otros compañeros tuvieron otros problemas, que fueron mayoritariamente administrativos. Habría sido un acto de generosidad (dejarlos participar)", indica. En su opinión, el descenso de militantes "debilita la organización en peso y en cuotas, e incide en la participación y en lo político". Sin embargo, López cree que el proceso está legitimado: "Los porcentajes de participación en otras formaciones son iguales o menores". Sin embargo, la eurodiputada (que previsiblemente liderará una de las candidaturas en la próxima asamblea federal, en la que parte como favorito Alberto Garzón, del que es próximo Valiente) no cree que las expulsiones de junio sean movimientos de cara al congreso nacional, aunque "pasar de segunda a cuarta o quinta federación influye, evidementemente".

Del mismo pensamiento es Tasio Oliver, que encabezará, junto a Teresa Aranguren (que sí se ha reafiliado) la propuesta de Izquierda Abierta en el cónclave nacional: "Desconozco si hubo intención de influir, aparte de lo que se dijo en lo orgánico, pero es evidente que el peso de aquella organización era importante y ahora la XI asamblea se verá influenciada por la pérdida de peso de la militancia, con lo que pierde el colectivo". Para Oliver, "si no recuperamos músculo en Madrid, no lo haremos tampoco para el federal". Alberto Garzón declinó hacer declaraciones para este periódico al respecto y remitió a la nueva dirección regional.

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