Una opereta divertida en un París decadente

Natalia Millán encabeza el reparto de ‘La viuda alegre’, en una adaptación casi cinematográfica en los Teatros del Canal

Un momento del ensayo general de La Viuda AlegreJaime Villanueva

Una corte de galanes espera ante una vidriera en una escalinata recargada y majestuosa, cuando aparece desde lo alto una Natalia Millán con traje de gala y enjoyada como una estrella, recibida por flores blancas y varones que caen de rodillas a sus pies. Con esa sola escena se podría resumir lo que es La viuda alegre, que se estrena hoy en los Teatros del Canal. Una opereta con música de Franz Lehár magnética, divertida y muy elegante, Emilio Sagi, creó esta producción para los 125 años del Teatro Arriaga de Bilbao del que es director artístic y se inspiró en el musical que el cineast...

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Una corte de galanes espera ante una vidriera en una escalinata recargada y majestuosa, cuando aparece desde lo alto una Natalia Millán con traje de gala y enjoyada como una estrella, recibida por flores blancas y varones que caen de rodillas a sus pies. Con esa sola escena se podría resumir lo que es La viuda alegre, que se estrena hoy en los Teatros del Canal. Una opereta con música de Franz Lehár magnética, divertida y muy elegante, Emilio Sagi, creó esta producción para los 125 años del Teatro Arriaga de Bilbao del que es director artístic y se inspiró en el musical que el cineasta Baz Luhrmann —director de Moulin Rouge— hizo sobre La Bohème de Puccini en San Francisco. “Aquel montaje me encantó, y me pareció que La viuda alegre era perfecta para hacerla así, sin cambiar la partitura, pero adaptándola para que la pudieran cantar actores ajenos a la lírica y con menos instrumentos”, cuenta el director de escena.

Aunque la original fue escrita en alemán, en este montaje los personajes hablan en castellano, y se ha trasladado la acción de los albores del siglo XX hasta el periodo de entreguerras. “París era una ciudad despreocupada que vivía la decadencia de una manera particular. He exagerado esos aspectos: hay más glamur de la cuenta, tiene una estética muy marcada en la escenografía de Daniel Bianco, la viuda es mucho más rica que en el argumento y sus títulos son más grandes para la diversión del espectador”.

El creador, cuando tuvo que elegir a quién llevaría el peso de ser la viuda en la producción, pensó desde el primer momento en Natalia Millán. “Yo lo que quería es que esa mujer fuera excepcional y con mucha clase, y esa es Natalia desde luego”, dice Sagi. Millán encarna a una viuda a la que un trabajador de la embajada de un principado imaginario en París quiere seducir como sea. El diplomático no se apoya en argumentos románticos, sino que su plan viene motivado por la necesidad de mantener la fortuna de la viuda dentro de las fronteras del principado. En esta producción, se ha pensado en la opereta para que sea una verdadera fiesta cargada de derroche y muchas risas aderezadas con buena música.

La viuda alegre. Del 18 de diciembre al 17 de enero en la Sala Roja de los Teatros del Canal. Entradas: de 15 a 55 euros.

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