CON NIÑOS

Literalmente, para todas las edades

Obras para un público que va de los recién nacidos hasta adolescentes

La cartelera para el público de menos edad se renueva en un fin de semana en el que coincide una propuesta para bebés y otra para jóvenes. El llamado teatro para bebés y posteriormente teatro para primera infancia se consolidó hace algo menos de dos décadas, y actualmente cuenta con los favores de un público entusiasta; las funciones para estos espectadores precoces agotan localidades.

Snoejne (Ojos de Nieve), de la compañía danesa Gazart, se estrena en España de la mano del festival Teatralia. Con dos bailarinas y un músico en escena, traslada al lenguaje de la danza contempor...

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La cartelera para el público de menos edad se renueva en un fin de semana en el que coincide una propuesta para bebés y otra para jóvenes. El llamado teatro para bebés y posteriormente teatro para primera infancia se consolidó hace algo menos de dos décadas, y actualmente cuenta con los favores de un público entusiasta; las funciones para estos espectadores precoces agotan localidades.

Snoejne (Ojos de Nieve), de la compañía danesa Gazart, se estrena en España de la mano del festival Teatralia. Con dos bailarinas y un músico en escena, traslada al lenguaje de la danza contemporánea el asombro de los ojos infantiles y su mirada imparcial del mundo; la primera vez que se ve la nieve es el punto de partida. Está recomendada para público hasta cuatro años y se puede ver en Centro Danza Canal (en Teatros del Canal), el sábado y el domingo.

Más complejo resulta que el teatro para adolescentes llegue a sus destinatarios naturales, entre otras razones, porque demasiadas veces ha tendido más al afán formativo que a la conexión artística. No es el caso de la obra Tengo una muñeca en el ropero (teatro Guindalera, sábado), de Grupo de Teatro Buenos Aires, que habla de la identidad sexual, a través de un personaje, Julián, que en forma de monólogo intimista y cargado de humor cuenta el descubrimiento de su sexualidad y la forma en que la comunicó a sus seres queridos.

La coreógrafa francesa Nathalie Cornille presenta Il était une chaise (Érase una vez una silla), para público de a partir de cinco años, que reúne seis piezas, que constituyen un auténtico pas à deux, entre los bailarines y otros tantos cortometrajes proyectados del cineasta de vanguardia canadiense Norman McLaren. El que da título a la obra es una película cómica de cine mudo. Se puede ver el viernes en Teatros del Canal, y el domingo en el Teatro Villa de Móstoles. Y dentro del programa Titerescena, del Teatro Valle Inclán, este fin de semana actúa la compañía griega Merlin Puppet Theatre, con la obra Clown House’s, también para adolescentes.

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