“La independencia no me obsesiona, no caeré en un radicalismo estúpido”

El nuevo líder del BNG lleva una semana en el cargo y no ha pasado por la sede. “Vamos a estar pegados al terreno”, promete

Vence, el pasado jueves, en su despacho de la Facultade de EconómicasANDRÉS FRAGA

Los destrozos de la crisis superan incluso las peores pesadillas de quien lleva casi 30 años trenzando investigaciones económicas. “Nunca imaginé que en la Galicia de 2013 habría gente pasando hambre”, lamenta Xavier Vence (Rodeiro, 1961), sentado en su despacho de la Facultade de Económicas de la Universidade de Santiago. Recién ungido como líder del BNG, acaba de volver de una visita a Tomiño (Pontevedra). Impresionado, relata cómo el Ayuntamiento atiende allí a familias en las que los niños vadean el día comiendo solo leche con galletas.

Pregunta. ¿Por qué un respeta...

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Los destrozos de la crisis superan incluso las peores pesadillas de quien lleva casi 30 años trenzando investigaciones económicas. “Nunca imaginé que en la Galicia de 2013 habría gente pasando hambre”, lamenta Xavier Vence (Rodeiro, 1961), sentado en su despacho de la Facultade de Económicas de la Universidade de Santiago. Recién ungido como líder del BNG, acaba de volver de una visita a Tomiño (Pontevedra). Impresionado, relata cómo el Ayuntamiento atiende allí a familias en las que los niños vadean el día comiendo solo leche con galletas.

Pregunta. ¿Por qué un respetado catedrático se lanza a liderar una formación en crisis en un momento tan poco agradecido para la política?

Respuesta. Llevo desde joven comprometido con el nacionalismo y la izquierda y es el momento de comprometerse con quienes están padeciendo una de las crisis más devastadoras de las últimas décadas. Personalmente el paso no fue fácil porque quiero seguir siendo profesor e investigador.

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P. Tiene trato diario con jóvenes. ¿Por qué el BNG ha perdido apoyo electoral entre ellos?

R. El BNG tiene que replantearse su relación con la sociedad en general y con los jóvenes especialmente. En los últimos años he visto en la Universidad cómo el Bloque y sus organizaciones juveniles no conseguían conectar con la contestación a la crisis que se generó con el 15-M. No supieron entender esa reacción pegada al sentimiento que, sin embargo, era una reacción profunda contra la crisis. Hicieron quizás una lectura demasiado ideológica. Les pareció que el 15-M no era una respuesta suficiente a lo que estaba ocurriendo. Pero claro, era la respuesta de los hijos de una sociedad muy poco politizada, muy poco analítica, muy poco reflexiva, que se expresaban en forma de sentimientos. No se entendió que la fuerza de los sentimientos, si se encauza bien, también es una fuerza política.

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P. Los jóvenes del BNG tienen una formación política temprana.

R. Sí y creen que todo tiene que expresarse desde el principio con conceptos, ideas y estrategias políticas, algo imposible cuando el 99% de los jóvenes estaba al margen de la política antes del 15-M. Hubo gente del BNG y de sus organizaciones juveniles que sí lo entendió y que ya está trabajando de otra forma. Algunos están en la nueva Executiva y nos van a permitir conectar con esa nueva forma de ver la política.

P. ¿Qué otros factores provocaron la caída electoral?

R. El BNG tuvo un comportamiento errático en los últimos 13 años, dando giros en los mensajes que lanzaba a la sociedad. En cada movimiento dejó descontentos en el lado opuesto. Eso dio lugar a una división interna que no se gestionó bien por parte de nadie y destrozó la imagen social del BNG. Además, en las elecciones de octubre, quienes controlan la creación de opinión por la derecha alimentaron el descrédito de la política, interesados en extender esa sensación de que lo público no vale para nada, de que a la política solo van personas interesadas, que es un ámbito solo de corrupción. Se generó un ambiente de antipolítica contra las organizaciones ya existentes, incluido el BNG, que no era responsable de la crisis. Fue una situación muy excepcional que no define el panorama político real de Galicia.

P. Con la nueva dirección, ¿qué cambio percibirá quien dejó de votar al BNG en los ayuntamientos donde gobiernan?

R. Queremos que nuestros alcaldes y concejales desarrollen una labor muy vinculada a los intereses concretos de los vecinos, a sus necesidades del día a día. Los Ayuntamientos tienen que hacer de bomberos en las situaciones más dramáticas provocadas por la crisis. La idea no es que los Ayuntamientos sean plataformas de políticas más generales como la reivindicación de soberanía.

P. ¿Practicarán la insumisión a la política de recortes?

R. Lo de la insumisión es una metáfora. Mantendremos nuestro compromiso con los intereses de los vecinos más allá de las tendencias dominantes. Somos insumisos a las políticas liberales, a las políticas del PP. Forzaremos hasta el límite las cosas.

P. ¿Cómo hizo el Ayuntamiento de Pontevedra pagando la extra a los funcionarios?

R. Sí. Hay gente con problemas inmediatos de alimentos, pobreza, vivienda… Hay que forzar las cosas para obtener recursos y dedicarlos a estos problemas.

P. El BNG propugna rescatar concesiones municipales para prevenir la corrupción.

R. Ese es el horizonte. La presión corruptora aumenta cuanto mayor es el contacto entre lo público y lo privado. Las políticas europeas, estatales y autonómicas están orientadas a privatizar todos los servicios públicos. Es la radicalización del neoliberalismo: toca privatizar lo que queda. Frenaremos eso y lo revertiremos si tenemos poder.

P. ¿Cómo será la relación con los alcaldes integrados en la corriente crítica Abrente?

R. Los desencuentros son fáciles de corregir. En los últimos tiempos las distancias se fueron reduciendo y más lo harán en los próximos meses. Trabajamos para hacer más fluida la relación entre la dirección y los alcaldes. Tengo la esperanza de que dentro de poco no haya ningún motivo para que nadie se sienta incómodo. Ellos ya han expresado su voluntad de seguir trabajando dentro del BNG y en unos meses lo harán además con entusiasmo.

P. ¿Qué le dijo su suegro, Camilo Nogueira?

R. Me dijo que era un paso importante y me animó a darlo.

P. ¿Ha hablado con Beiras tras su proclamación?

R. Aún no, pero lo haré.

P. ¿Cómo va afrontar la relación con Anova, el nuevo partido del exportavoz nacional?

R. Intentaremos reconstruir la unidad del nacionalismo. Las diferencias reales son relativamente menores. La semana que viene empezaremos a hacer gestiones con todos los nacionalistas.

P. ¿Con Compromiso por Galicia al mismo nivel que Anova?

R. Vamos a hablar con todos pero a lo mejor acabamos haciendo cosas diferentes con cada uno.

P. ¿No es la reivindicación de la independencia un giro arriesgado en Galicia para una remontada electoral?

R. En la UE los países que más crecieron son los más pequeños. No aspiramos a ser una gran potencia sino un país que gestione eficientemente sus recursos de acuerdo con los intereses de la población para darle un buen nivel de vida. Planteo esta cuestión con absoluta normalidad dentro del contexto europeo, como los escoceses o catalanes. Pero sabemos que no está maduro entre los gallegos y no nos vamos a obsesionar. Lo importante es el concepto de soberanía, la capacidad de decidir sobre lo nuestro.

P. Pero ha roto un tabú al reclamar la independencia.

R. A lo mejor sí. Habrá que hacer pedagogía para que la sociedad entienda que no es una ruptura con el pasado del BNG ni es entrar en un camino de irresponsabilidad o radicalismo estúpido. Vamos a estar pegados al terreno. Es nuestro horizonte pero iremos al paso de la gente porque queremos ser una fuerza mayoritaria.

P. ¿Puede un cambio político ganarle la batalla a los mercados financieros?

R. Sin duda. Los que crean opinión son de momento capaces de tener a la población europea resignada. Pero creo que esto de un momento a otro y de forma inesperada estallará. Nunca imaginé que en la Galicia de 2013 habría gente pasando hambre, medicándose masivamente para soportar la degradación de su condición humana, pensando en el suicidio para escapar del infierno... O incluso niños yendo mal alimentados a la escuela.

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