¿M20 o 20.020?

La ambigüedad de los trazos del logotipo olímpico dispara en las redes la confusión y la mofa El estudiante que lo ideó sabía que se lo podían cambiar pero lamenta la pérdida de legibilidad "A mí me gustaba más mi logo pero no soy la persona más adecuada para juzgarlo", explica Peiret

Logotipo de la candidatura de Madrid para los Juegos de 2020.

La curiosidad que ha despertado en las redes sociales la publicación del nuevo logotipo olímpico de Madrid se ha transformado rápidamente en desconcierto gráfico y, a continuación, en un motivo de mofa que se ha extendido más allá de las fronteras de la capital y de España.

Los trazos que definen el logo, una combinación de una M y un 20, son tan ambiguos que también se asemejan a una cifra, 20.020. Y de esa confusión ha brotado, como suele ser habitual en las redes, una corriente de críticas y bromas sob...

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La curiosidad que ha despertado en las redes sociales la publicación del nuevo logotipo olímpico de Madrid se ha transformado rápidamente en desconcierto gráfico y, a continuación, en un motivo de mofa que se ha extendido más allá de las fronteras de la capital y de España.

Los trazos que definen el logo, una combinación de una M y un 20, son tan ambiguos que también se asemejan a una cifra, 20.020. Y de esa confusión ha brotado, como suele ser habitual en las redes, una corriente de críticas y bromas sobre el margen temporal con el que esta vez vuelve a aspirar la capital al sueño olímpico. La chanza se ha extendido a las figuras que evoca la gráfica entre los usuarios: una peineta, los dedos recortados del logotipo de 2016, unas lápidas y hasta un surtido de chanclas de colores.

Diseño original presentado al concurso por Luis Peiret.

El asunto ha estado toda la mañana entre lo más comentado en Twitter. Y prueba de que no hay unanimidad en la interpretación del diseño es que los trending topics surgidos de la cuestión son tantos como las posibles lecturas que ofrece. M20, 2M20, Madrid 2020 o Madrid 20020 se han alternado entre los asuntos calientes del día para poner de manifiesto que uno de los objetivos que persigue todo logotipo (fijar una marca y hacerla perdurable en el recuerdo) no ha terminado de cuajar en este caso.

Twitter también ha sido el canal a través del que se ha distribuido y comparado la versión original del logotipo ganador del concurso, creado por el joven aragonés Luis Peiret. El diseño final ha redondeado y modificado los elementos de color y ha limado la parte baja de la gráfica, lo que quizá ha contribuido a la confusión entre el trazo inicial de la M y el 2. El último retoque también  ha incorporado lo que parece una tilde en la "i" de Madrid, circunstancia que tampoco ha pasado desapercibida en Internet.

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Consultado por EL PAÍS, Peiret ha explicado que en las condiciones del concurso al que se presentó se estipulaba que "una empresa de prestigio podría alterarlo. Ellos sabrán por qué lo han cortado así y por qué le han puesto la tilde a Madrid", ha asegurado. “Yo no tengo nada que ver con el diseño final del logotipo, es distinto al que había presentado. A mí me gustaba más el mío. La legibilidad igual la han perdido un poco. Yo sabía que ponía M20, pero otras personas leen 20020. Pero no soy la persona más adecuada para juzgarlo", concluye.

En el capítulo de resultados no deseados, la promoción de la nueva candidatura se ha topado con que la cuenta de Twitter @madrid2020 ya existía desde hace tiempo y no precisamente para defender el sueño olímpico. Según fuentes de la candidatura, han presentado una denuncia ante los gestores de la red social por uso ilegítimo de la marca Madrid 2020. 

Mientras tanto, las únicas cuentas oficiales en Twitter del proyecto olímpico son @Madrid2020ES (español) y @Madrid2020EN (inglés) y no @madrid202O (con una "o" mayúscula en lugar del último cero), tal y como se recogió inicialmente en esta información. Lo cierto es que tanto la página web como las cuentas de Twitter no estuvieron activas en el momento del anuncio de la candidatura. Tardaron casi un día en funcionar, lo que dio pie a la aparición de emuladores fieles.

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