La poesía de los descampados

La actriz, vinculada desde niña al paisaje urbano de Madrid, estrena en el María Guerrero el monólogo 'protAgonizo', un ejercicio de desnudez con el que ha triunfado en salas pequeñas

La actriz Ester Bellver, en el Teatro María Guerrero de Madrid, donde estrena la obra " protAgonizo" . CLAUDIO ÁLVAREZ

1. El descampado de RENFE. Es auténtico, como los de antes, con escombros y restos de construcciones derruidas. El de la estación de Delicias tiene unas viejas vías de tren que le dan un punto poético. Me crié rodeada de un paisaje similar cerca del barrio de Hortaleza. Los descampados eran mi escenario de juego hasta que llegaron las excavadoras. Entonces tuvimos que irnos: nuestra casa fue demolida para construir pisos. En este lugar memoricé los textos de protAgonizo.

2. Retiro. He disfrutado de muchos paseos solitarios y de otros gratamente...

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1. El descampado de RENFE. Es auténtico, como los de antes, con escombros y restos de construcciones derruidas. El de la estación de Delicias tiene unas viejas vías de tren que le dan un punto poético. Me crié rodeada de un paisaje similar cerca del barrio de Hortaleza. Los descampados eran mi escenario de juego hasta que llegaron las excavadoras. Entonces tuvimos que irnos: nuestra casa fue demolida para construir pisos. En este lugar memoricé los textos de protAgonizo.

2. Retiro. He disfrutado de muchos paseos solitarios y de otros gratamente compartidos. Allí apago mi sed de árboles y de tierra. Me encantan sus charcos cuando llueve, las hojas a montones por sus caminitos en otoño, el olor de las celindas en primavera, el de las rosas de té que presiden la entrada a la Rosaleda, oír los tambores a lo lejos, tumbarme en el césped...

3. Cementerio de los fusilados del Dos de Mayo. Este lugar, en la montaña de Príncipe Pío, me lo descubrió mi padre. Siempre que paso por allí con él me recita una poesía que habla de ese lugar y de su historia: "Que no la llamen del príncipe / que la llamen bien llamada / que en la montaña de Madrid...". Cuando le escucho hacerlo, veo al niño que fue.

4. Ateneo de Madrid. Todos los miércoles desde hace casi 10 años participo en la tertulia de Agustín García Calvo. Es una cita sagrada, el sitio tiene una atmósfera muy singular: esos sofás, esos cuadros, esas salas grandes tan desoladas, esa biblioteca... Se respira un aire intelectual añejo que le da mucha solera.

5. Filmoteca Española. Me encantan las películas en blanco y negro, el cine mudo..., engancharme a ver un buen ciclo. Recuerdo uno bien largo de Lubitsch que disfruté muchísimo. También es un lugar muy agradable donde tomar un café.

De lo alternativo al CDN

Ha cumplido Ester Bellver (Madrid, 1965) el sueño de todo actor, saltar al CDN. Ha llegado con el montaje protAgonizo, escrito, dirigido y representado por ella. Detrás hay años de formación. Curtida en el teatro, ha hecho incursiones en cine y televisión.

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6. Callejón del Gato. Me gustan las patatas bravas y los espejos que devuelven la imagen de uno deformada. Aquellos a los que hacía alusión Valle-Inclán en Luces de bohemia .

7. Calle Mesena, 95. El lugar donde estaba mi casa, donde me crié, de donde fui arrancada. Un lugar demolido que sigue vivo en mi memoria y en mi corazón.

8. Teatro María Guerrero. Siempre lo he visto como un teatro muy importante y difícil de acceder para mí. No solo por ser un Nacional, sino por su estética, su nombre, no sé, por los espectáculos que suele programar... Es un teatro que impone. Vamos, que no contaba con ello.

9. La calle Argumosa. En la calle Argumosa tengo el recuerdo de una pareja de viejitos enamorados platónicamente que me contaron, entre horchata y horchata, su historia. Él había sido el mejor amigo del marido de ella (fallecido hacía 30 años), pero por respeto y cariño al difunto no habían consumado nunca su amor.

10. Dehesa de la Villa. De vez en cuando quedo con mi padre para andar. Nos encontramos en Moncloa y bajamos por Ciudad Universitaria hasta la Dehesa. Una vez allí cogemos el camino que va por encima del conducto del agua hasta la Residencia de Estudiantes. Subimos entonces la cuesta y nos sentamos un ratito en el poyete a descansar y a admirar el paisaje, después tiramos por Cuatro Caminos. Antes de tomar la caña de despedida, compramos unos tomates en una frutería. Luego, en el metro, cada uno tira para un andén.

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