Milei repone restricciones cambiarias para controlar el mercado de divisas
El Banco Central argentino restaura una de las limitaciones del llamado cepo y se ensancha la brecha entre las diferentes cotizaciones locales del dólar
Cuando parecía que el multimillonario salvataje prometido por Donald Trump a su aliado Javier Milei traería un período de calma y previsibilidad a los mercados de Argentina, una medida tomada este viernes por el Gobierno ultraderechista restauró la inestabilidad y la in...
Cuando parecía que el multimillonario salvataje prometido por Donald Trump a su aliado Javier Milei traería un período de calma y previsibilidad a los mercados de Argentina, una medida tomada este viernes por el Gobierno ultraderechista restauró la inestabilidad y la incertidumbre financieras, además de contrariar su credo liberal. El Banco Central argentino repuso una de las restricciones cambiarias que integraban el llamado “cepo”, levantado parcialmente por el Ejecutivo hace cinco meses, gracias al rescate que entonces le concedió el FMI.
Desde este viernes, rige una limitación para que las personas que compren dólares no puedan operar, por 90 días, en el mercado de cambios financiero. El objetivo de la restricción es evitar una operación especulativa conocida en el país como “rulo” o “puré”, que aprovecha las diferentes cotizaciones locales de la moneda de EE UU para obtener una ganancia fácil a costa de drenar las reservas del Banco Central, hoy bajo mínimos.
La medida —que ya regía para empresas y ahora alcanza también a los individuos— despertó malestar entre los operadores, inquietud entre los inversores y propició un alza de última hora en todos los tipos de cambio que operan en Argentina. También se registraron caídas en los bonos soberanos y en las acciones de empresas argentinas. Fue un cierre insólito para una semana que, a partir del anuncio del Gobierno de Trump, había mostrado una recuperación de la mayoría de las variables financieras de Argentina.
¿Cómo operaba el rulo o puré? La maniobra constaba de dos pasos, pasibles de ser repetidos infinidad de veces. Primero, el inversor compraba dólares al tipo de cambio oficial, en general el más barato del mercado: este viernes, la cotización era de 1.350 pesos por cada dólar. Después, vendía esos mismos dólares en operaciones con bonos o acciones, a través de la bolsa: así accedía a las cotizaciones del dólar MEP (mercado electrónico de pagos) o del dólar contado con liquidación, que este viernes fueron, respectivamente, de 1.431 y 1.470 pesos por cada dólar. Con la diferencia obtenida, el inversor reiniciaba el ciclo: compraba con sus pesos dólares al tipo le cambio oficial y así hasta completar la rueda. Ganancia inmediata, con escaso riesgo.
Para obturar esa maniobra, el Banco Central (BCRA) revivió una “restricción cruzada” eliminada cuando se quitó el cepo, en abril. Dispuso que todos los individuos que adquieran dólares en el mercado de cambios oficial no podrán acceder durante tres meses a los dólares financieros. Lo que busca el Gobierno con esa resolución es cuidar las reservas del BCRA y evitar nuevas presiones sobre la cotización de la moneda estadounidense. Al menos, hasta las próximas elecciones legislativas.
“Se cortó simplemente un quiosco de unos pocos que arbitraban los mercados”, defendió la resolución el ministro de Economía, Luis Caputo, en declaraciones al canal TN. El ministro consideró “un disparate” que eso implique un regreso del cepo. “La medida del BCRA no impide que las personas humanas compren dólares para ahorrar”, sumó Federico Furiase, integrante del directorio del Banco. “Lo que no permite es que con esos dólares abastezcan el mercado de dólares financieros”, agregó en su cuenta de la red X. “La decisión busca evitar distorsiones en el mercado de cambios”.
La resolución fue comunicada pasado el mediodía del viernes y por la tarde tuvo sus primeros efectos. La cotización de los dólares financieros subió y la brecha con el dólar oficial terminó cerca del 10%, una diferencia que se había logrado neutralizar con la salida del cepo. El riesgo país —el indicador que mide el diferencial que paga la deuda argentina respecto de la estadounidense— volvió a subir hasta los 1.058 puntos y cortó la caída iniciada el lunes, cuando se conoció el respaldo de Trump a Milei. También bonos y acciones interrumpieron la tendencia al alza de los últimos días.
Operadores e inversores dejaron trascender su malestar por las idas y vueltas del Gobierno. La oposición a la ultraderecha también se pronunció contra la decisión del BCRA. Para la diputada kirchnerista Julia Strada, la medida es “un nuevo parche del Gobierno para acumular los dólares que hasta ahora venían a un ritmo inferior al deseado por el mercado”. El legislador socialista Esteban Paulón apuntó que “el Gobierno es un barco a la deriva” y que “el presidente gobierna para un mercado que ya le tomó el tiempo, mientras la gente se endeuda porque no llega a fin de mes. Este modelo fracasó”.
Durante los últimos dos meses, la volatilidad cambiaria fue creciente en Argentina. Pese a su rechazo inicial, tras el fracaso de la subida de tasas y un apretón monetario, el Tesoro comenzó a intervenir la semana pasada en el mercado de cambios para defender al peso. Tampoco resultó y el BCRA debió utilizar sus reservas para sostener el sistema de flotación de divisas entre bandas, acordado con el FMI. En tres días, el Banco Central erogó más de 1.100 millones de dólares y, cuando esta semana la situación amenazaba con complicarse aún más, ante la proximidad de vencimientos de deuda, se acordó el auxilio de Estados Unidos: la promesa de un swap de monedas por 20.000 millones de dólares y de un crédito e inversiones, si fueran necesarios. La aparente calma duró hasta este viernes. A partir del lunes se sabrá si fue solo una turbulencia pasajera o el arribo de otra tormenta.