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Jorge Macri, jefe de Gobierno de Buenos Aires: “Yo voté a Milei, pero tengo diferencias”

El primo del expresidente Mauricio Macri habla de los desafíos de gobernar la capital de Argentina y las coincidencias y diferencias que desde el centro derecha mantiene con el presidente

Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el barrio de Recoleta.Mariana Eliano

A principios del siglo, el empresario Jorge Macri (Buenos Aires, 60 años) se inició como político profesional. Tenía 36 años y pesaba más de 120 kilos. En los recorridos por la provincia de Buenos Aires aquellos votantes que iba a buscar veían en él, recuerda, un morochón con sobrepeso y descreían que fuera un Macri, más asociado a la figura esbelta y los ojos color claros de su primo Mauricio, entonces presidente del club Boca Juniors. En algunos casos debió mostrar su documento de identidad. “Me divierte que en la redes ahora me digan blackcri o el Macri negro”, cuenta durante la primera semana de marzo en un café enclavado en el Museo de Arte Decorativo en Palermo Chico, una de la zonas más onerosas de la ciudad que gobierna desde diciembre de 2023.

El orígen de la dinastía política y empresarial de los Macri es en la Italia de la posguerra. Giorgio, abuelo de Jorge y Mauricio, participó en la fundación del breve Frente Liberal del Hombre Común, qué sacó un 5 % de los votos en 1946 y dio origen al cualunquismo, un movimiento anticomunista y crítico de los partidos establecidos. ”[Mi abuelo] quería ser una expresión nueva y diferente de los ideales libertarios”, escribió Jorge Macri en un libro Nuevo Cambio publicado en tiempos en que Javier Milei se dedicaba a la divulgación económica en programas de televisión.

Como jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Macri gestiona un distrito de 107 kilómetros cuadrados que aporta el 20% del PBI argentino. También, la crisis interna del PRO, el partido de su primo Mauricio, en declinación desde el triunfo electoral de Milei. El PRO apoya a Milei en el Congreso, aunque el presidente ha prescindido todo lo posible de los primos Macri y hoy aspira a arrebatarles el control legislativo de la ciudad en las elecciones del 18 de mayo.

En la división del trabajo de primos, Mauricio Macri se ha vuelto más crítico de Milei y su hermana Karina (secretaria general de la Presidencia), con señalamientos sobre dos temas espinosos como la estafa de las moneda cripto $Libra y la designación del opaco juez Ariel Lijo para la Corte Suprema. Su primo Jorge evita el conflicto y la esgrima pública con los Milei aún en la temporada electoral.

Pregunta. En el debate interno del PRO, ¿usted en qué lugar se para frente a La Libertad Avanza?

Respuesta. Tenemos una coincidencia con La Libertad Avanza: no queremos volver al pasado. Esta es una elección legislativa y los que entren al Congreso deben creer en ese futuro y en no volver atrás. El PRO ha demostrado una responsabilidad para con el presidente, con muchas de sus ideas. Si nos votan, vamos a estar defendiendo esas mismas cosas, pero también buscando un equilibrio, una mirada distinta. La Libertad Avanza tiene su identidad y tiene su liderazgo. El PRO tiene su identidad y tiene su liderazgo y tenemos dos objetivos: disputamos poder y cuando accedemos al poder gestionamos y transformamos. Esta ciudad, de manera innegable, es muy distinta a lo que era hace 17 años.

P. ¿Cómo va a conseguir que funcione la estrategia de hacer que el votante a nivel nacional de Milei vote al PRO en la ciudad?

R. Yo gané la Ciudad y después Milei ganó la Nación. El elector de Buenos Aires es sofisticado. Quiere una ciudad cosmopolita, respetuosa, con diversidad, multicultural, multicredo, donde la libertad individual se ejerce, se respeta, una ciudad vibrante, con cultura, con desarrollo, pero profundamente humana.

P. Pero no respondió sobre la estrategia.

R. La estrategia no se cuenta. El objetivo es discutir los temas de la Ciudad y por eso hemos desdoblado la elección [con la nacional] Todo está muy politizado a nivel nacional, con temas como inflación y déficit, y quiero discutir temas de Buenos Aires como el puerto.

P. ¿Cuáles son las prioridades de su gestión?

R. Hay dos capas. Una de los servicios básicos: limpieza, iluminación, parques. Después hay una capa por arriba que es un planeamiento de la ciudad de acá a 10, 15 años. La inversión en movilidad es uno de los desafíos grandes, porque en ese rubro Buenos Aires está rezagada y número 50 en el ranking de ciudades. Hace 25 años que no hacemos un metro nuevo y ahora lanzamos la obra del F, una línea que será muy importante. Además, todos los trambuses en superficie, es decir, un metro en superficie.

P. Todo esto requiere de una inversión pública importante. Milei está en contra de la obra pública porque cree que es una fuente de inflación, déficit y corrupción.

R: Yo no creo que haya que trabajar sin Estado. Uno tiene que tener un Estado eficiente, ágil, presente. No creo que tenga que hacer todo el Estado y por eso nos hemos enfrentado al populismo kirchnerista. En la obra pública, en la medida que sos un Estado ordenado y sano, podés hacer una sana combinación de inversión pública y privada. No creo que al Estado haya que romperlo. El presidente tiene un punto de partida muy distinto: recibe un país devastado económicamente, con 15 puntos de déficit. En la ciudad nosotros ya tenemos 8, 9 años de equilibrio fiscal. Pero yo también llegué y empecé a revisar el Estado.

P. Usted se ubica en una centro derecha moderada, ¿qué quiere decir exactamente?

R. Para España, es fácil: el Partido Popular (PP). Es la diferencia entre el PP y Vox.

P. Esa derecha moderada, trasladada a la Argentina, ¿qué características tiene?

R. Lo que hacemos en el PRO es gestionar, ser respetuosos de la opinión del otro, respetar libertades individuales, no tener un pensamiento único, no querer imponerlo, defender las instituciones. En nuestro espacio conviven miradas más tradicionales y más progresistas, inclusive, respecto de las libertades individuales.

P. Volviendo a su analogía española, no parece posible una alianza entre Vox y el PP.

R. Bueno, esas son las realidades de España. Acá hemos trabajado en lo legislativo, pero también en la Ciudad.

P. La Libertad Avanza no le aprobó el presupuesto, por ejemplo.

R. Pero están cumpliendo con el fallo de la Corte Suprema y pagando, de manera parcial, la coparticipación [los fondos que el gobierno nacional distribuye entre las provincias y la Ciudad de Buenos Aires]. Nos sentamos a ver la transferencia de 31 líneas de colectivo de la Ciudad y se concretó. Como en toda relación política y de gestión, hay claroscuros. Mis prioridades no son necesariamente las mismas que tiene el Gobierno nacional.

P. Dice tener un discurso institucionalista. ¿Qué le pareció la designación de Lijo y Manuel García Mancilla por decreto a la Corte Suprema?

R. Hay miradas distintas en el PRO.

P. ¿Cuál es la suya?

R. Creo que hubiera sido mejor que el Senado trate esos pliegos que están presentados hace tiempo. Me parece que ahora el Senado tiene una oportunidad para manifestarse rápido.

P. ¿Qué otras cosas le preocupan del Gobierno?

R. Hay un estilo en el presidente que es muy de confrontar; ganó con eso. Yo lo voté a Milei y creo en muchas de las cosas que él plantea, pero tengo diferencias.

P. ¿Cuáles son esas diferencias?

R. La utilización del verbo, el cómo nos manejamos. Hay un estilo en el mundo —y es parte del desafío para la centro derecha moderada— que tiene mucho que ver con lograr captar la atención. Esta atención muchas veces requiere posturas extremas, más llamativas, más disruptivas. El problema es cómo prende eso en la sociedad y qué clima instala respecto de cómo resolvemos diferencias. Cuando uno lidera y tiene responsabilidad, tiene que ser cauto. Es como ser padre. Yo soy padre y mis hijos observan lo que hago y digo y después, de alguna manera, se mueven en ese marco. Entonces, hay que tener un poco de cuidado. La gente la está pasando mal, está haciendo un gran esfuerzo, con mucha esperanza, con ganas de que valga la pena.

Durante la sesión de fotos de interiores Macri expone sus conocimientos sobre fotografía y cuenta una vieja afición por una cámara Leica.

-Soy un Macri no previsible —dice.

P. ¿En que sentido?

R. Me gusta mucho el arte, la fotografía, la cocina. No es lo primero que la gente imagina en los Macri. Asumen que vienen más del mundo empresario.

P. ¿Qué tomó de Franco y de Mauricio Macri?

R. Mi padre, también empresario, Antonio Macri, Tonino, se distanció de Franco, separó sus negocios y decidió tomar un camino más vinculado a la comunidad italiana en Argentina. Franco era un hombre muy enfocado en los negocios y mi padre tenía una mirada más integral. Cuando se enfermó yo tenía 21 o 22 años y me hice cargo de muchas cosas de la familia. Me convertí en empresario e industrial pequeño y mediano: servicios, concesionarias de autos, construcción, desarrollo forestal e industrial, distribución de películas. Estuve en mil rubros. Estuve arriba, abajo, como suele ocurrir en este país. Con mi papá entendí que la vida tenía que ver con el trabajo, pero también con los otros, si a los que están cerca tuyo les va bien. Mauricio, cuando habla de mi papá, que era su padrino, dice que era un tipo mucho más abrasador que el suyo.

Primero diputado provincial por la provincia de Buenos Aires, luego alcalde de Vicente López, pretendió competir por la gobernación bonaerense en varios turnos electorales hasta que, en un giro inesperado, pasó a la ciudad como ministro y luego fue electo jefe de Gobierno.

P. Su antecesor, Horacio Rodríguez Larreta, también del PRO, acaba de decir que ve mal a la ciudad.

R. Sí, dijo que la gente le decía eso en la calle. A mí me lo dicen todo el tiempo. El vecino cuando se te acerca no se te acerca para ponderarte. Me sorprendió la actitud de Horacio, porque seguramente Mauricio tuvo muchas veces miradas críticas respecto de lo que hacía y nunca lo criticó públicamente. Tengo el mismo teléfono de siempre, vivimos a pocas cuadras. Además, el 80% de la gente que está trabajando en el Gobierno de la ciudad es de su equipo.

P. En el largo plazo, y pensando en las gestiones de su primo y Rodríguez Larreta, ¿cuál quiere que sea su impronta como jefe de Gobierno ?

R. Mucho respeto al concepto de ley y orden y mucha sensibilidad con el otro. Creo que en un mismo liderazgo pueden convivir la firmeza de ordenar, hacer cumplir la ley, y la sensibilidad para no dejar a nadie atrás. Ese es mi rol y mi característica. La moderación, la previsibilidad, no son buenas pagadoras en el corto plazo. Tengo del otro lado de la General Paz y del Riachuelo a un kirchnerista [en referencia al gobernador Axel Kicillof] y como presidente a un libertario. No tengo un presidente de mi mismo espacio político que quiera venir a hacer transformaciones juntos.

P. La cuestión del orden y la seguridad es central en su Gobierno. Acaba de reemplazar al Ministro de Seguridad en el contexto de las fugas reiteradas de presos en distintas comisarías de la ciudad.

R. La decisión no tiene que ver con la fuga de presos. La idea es que [el ex ministro] Waldo Wolff se incorpore a la campaña electoral. Hizo un gran trabajo y es un buen momento para incorporar a un profesional de la seguridad, como es Horacio Giménez, creador de la Policía Metropolitana, hoy denominada Policía de la Ciudad.

P. ¿Cómo explica esas fugas reiteradas? ¿Cree que hubo un sabotaje interno?

R. Hay una investigación. Todas las provincias de la Argentina tienen su sistema penitenciario, pero la Ciudad todavía no lo tiene. Estamos avanzando en la solución profunda, que es la construcción de una cárcel de la Ciudad en Marcos Paz [provincia de Buenos Aires] en el marco de un acuerdo con el Gobierno nacional que se había suspendido en la gestión de Alberto Fernández.

P. La ministra Bullrich le endilga la fuga de presos y se atribuye uno de sus logros: el fin de los piquetes en la capital.

R. A mí me eligieron para resolver problemas, no para pelearme con políticos. El 90% de los piquetes, acampes y cortes no fueron marchas en las que participaron las fuerzas federales y en el otro 10% trabajamos en equipo. Bienvenido que nos disputemos un éxito. Cuando levantamos manteros [vendedores callejeros] en varios puntos de la ciudad hubo firmeza y decisión de mi parte.

P. En lo que usted describe como una mafia hay mucha gente desesperada que estaba vendiendo.

R. Qué raro: agarrás las causas y encontras una mafia.

P. No es una dicotomía de mafia o gente desesperada.

R. Es que siempre lo ilegal aprovecha la necesidad de alguien para utilizarlos. Es lo mismo que pasa con muchos de los movimientos sociales. Es cierto que detrás de muchos de esos movimientos sociales hay una necesidad real. La intermediación, el uso del otro, es mafioso porque genera una dependencia. Lo mismo se nota en esto: que la gente que estaba ahí, tratando de vender lo que podía vender, necesita trabajar, no hay duda.

P. ¿Cuáles son los rubros más afectados por el enfriamiento de la Economía?

R. En el comercio minorista, en el servicio profesional o no profesional pequeño. Ese tejido social de clase media, que es muy identitario de la Ciudad de Buenos Aires, no levanta. Por otro lado, hay más tranquilidad porque ya no tenemos inflación del 30% mensual. Yo creo que la mejora de la Economía va a ir llegando a distintos sectores.

P. En la reciente inauguración de las sesiones de la Legislatura habló de su discapacidad.

R. Después de hacerme un bypass gástrico en 2008 —tenía bastante sobrepeso— se manifestó más esta discapacidad, que es una neuropatía periférica. Hay un nervio de la pierna que no funciona, un músculo que no activa. Cuando llegué a la ciudad me di cuenta que uno de los problemas que tiene la discapacidad es que es un tema del que no se habla. Y cuando no se habla o no se conoce crece mucho la discriminación y el prejuicio. Estoy aprendiendo a hablar del tema.

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