Milei recibe al presidente de Uruguay tras su desplante en la cumbre de Mercosur
Lacalle Pou y el paraguayo Santiago Peña visitan Buenos Aires para asistir a un seminario sobre terrorismo en la víspera de los 30 años del atentado a la AMIA
El presidente de Argentina, Javier Milei, recibió este miércoles en la Casa Rosada a su par de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y tenía previsto un encuentro con el de Paraguay, Santiago Peña. Milei y Lacalle Pou llevaban sin verse desde la jura del ultraderechista en diciembre pasado, pese a dos invitaciones del uruguayo para que el argentino lo visitase en Montevideo. La tensión escaló en abril, durante un encuentro en la conservadora Fundación Libertad, donde Lacalle Pou pidió por “un Estado fuerte” ante la arenga de Mieli por exterminarlo. Y escaló aún más con la decisión del argentino de no participar de la cumbre de mandatarios de Mercosur celebrada en Asunción el 8 de julio pasado. “Acá deberían estar todos los presidentes”, le espetó Lacalle Pou a la canciller argentina, Diana Mondino, presente en Paraguay.
Lacalle Pou y Peña viajaron a Buenos Aires para participar de un seminario sobre terrorismo organizado por el Congreso Judío Mundial y el Congreso Judío Latinoamericano, en vísperas del 30 aniversario del atentado contra la mutual judía AMIA, que dejó 85 muertos y 300 heridos. Peña se quedará además para sumarse al acto de conmeración que cada año se realiza frente a la sede de la AMIA en el barrio de Once, en la capital argentina. A las 9.53 sonará una sirena que recordará a las víctimas del estallido de un coche bomba contra el edificio. El atentado continúa impune.
El encuentro entre Milei y Lacalle Pou se celebró a puertas cerradas en la Casa Rosada y duró una hora. La oficina de prensa del presidente argentino difundió la foto de ambos abrazados y sonrientes. Milei trató de saldar así el desplante a sus pares en la cumbre de Mercosur. El argentino prefirió viajar a Brasil para sumarse a un acto de la ultraderecha brasileña encabezado por Jair Bolsonaro. La decisión fue evidencia de la pésima relación que Milei mantiene con Luiz Inácio Lula da Silva, al que insiste en llamarlo “comunista corrupto”. Cuando el brasileño le exigió una disculpa, Milei redobló los ataques: se reunió con Bolsonaro y se ausentó de Asunción.
La cancillería brasileña incluso llamó el fin de semana pasado consultas a su embajador en Buenos Aires, Julio Bitelli. El diplomático se reunió el domingo con el canciller, Maurio Vieira, y con el propio Lula da Silva. Ante el revuelo en la cancillería argentina, que no estaba enterada del llamado a consultas del brasieño, Itamaraty aclaró que solo se trató de una reunión informativa sin consecuencias en la calidad de las relaciones bilaterales.
Peña, el anfitrión de la aquel encuentro de presidentes, evitó, en cambio, una escalada diplomática. Ya había visitado a Milei en marzo y muestra buena sintonía ideológica con el argentino. Con la reunión en Buenos Aires de este martes, Lula da Silva ha quedado excluído definitivamente de las prioridades diplomáticas de Milei.
Pese a las rispideces presidenciales, la llegada de Mieli a la Casa Rosada alineó por primera vez a Argentina con los reclamos de Uruguay sobre el futuro de Mercosur. Uruguay considera que el bloque es un corsé para su pequeña economía. Y exige desde hace años que se le permita celebrar acuerdos bilaterales extra zona, en particular con China, sin la anuencia del resto de los socios, algo que hoy está prohibido por los estatutos fundacionales del bloque. Brasil y Argentina se opusieron históricamente a una apertura semejante, con el argumentos de que atentaría contra el comercio dentro del bloque y permitiría triangulaciones de importaciones sin arancel difíciles de controlar. La llegada de Milei produjo un giro en Buenos Aires. Así lo hizo saber la canciller Mondino en Asunción, cuando habló de la necesidad de “modernizar” Mercosur.
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