Venezuela rompe acuerdos de gas con Trinidad y Tobago por su “complicidad” con Estados Unidos  

El Gobierno de Nicolás Maduro ha denunciado este lunes que Trinidad y Tobago participó en el decomiso del buque cargado con 1,9 millones de barriles de petrolero que Estados Unidos interceptó la semana pasada frente a las costas de Venezuela. Caracas ha considerado esta operación un acto de “piratería”, por lo que ha decidido romper de manera inmediata todas las negociaciones y contratos que haya para el suministro de gas natural, inscritos dentro del Acuerdo Marco de Cooperación Energética suscrito con Trinidad y Tobago hace una década.

“Esta funcionaria ha convertido el territorio de Trinidad y Tobago en un portaviones estadounidense para agredir a Venezuela, en un acto inequívoco de vasallaje”, ha respondido en un comunicado la Vicepresidencia de Venezuela en referencia a la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar. “Ante la complicidad para robar petróleo, el Gobierno Bolivariano del presidente Nicolás Maduro extingue cualquier contrato o negociación que suponga el suministro de gas a este país vecino”.

Las hostilidades con el país insular vecino han venido creciendo. Maduro ha señalado directamente a Kamla Persad-Bissessar como impulsora de una “agenda hostil contra Venezuela” desde su llegada al Gobierno, en mayo de 2025. Esta medida sigue a la denuncia previa del Acuerdo Marco de Cooperación Energética suscrito con Trinidad y Tobago, tomada por Maduro a finales de octubre.

Entonces, el canciller de Venezuela, Yván Gil, aseguró que estaba en curso una “operación de falsa bandera” sobre instalaciones y equipos militares estadounidenses en el país vecino, con la intención de “culpar a Venezuela y ofrecer a Washington un pretexto para iniciar ataques directos sobre territorio venezolano”.

Este acuerdo energético entre Caracas y Puerto España fue suscrito en 2015 y se renovó automáticamente este año. Contempla, entre otros asuntos, el desarrollo de infraestructura para la explotación conjunta de yacimientos de gas como Campo Dragón, ubicado en aguas venezolanas. A principios de octubre, Estados Unidos otorgó una licencia por seis meses a Trinidad y Tobago para negociar un acuerdo de gas con la vecina Venezuela sin enfrentar sanciones de Washington, según informaron las autoridades trinitenses.

El chavismo ha señalado que la confiscación del buque petrolero es una “franca transgresión a los principios de libre navegación y de comercio”. El petrolero, de nombre Skipper, navegaba con falsa bandera y fue incautado el 10 de diciembre por orden de un juez estadounidense por sus vínculos previos con el contrabando de petróleo iraní. El buque ya había sido sancionado por Washington, aunque en esta ocasión transportaba crudo venezolano, según The New York Times.

El incremento de la vigilancia de Estados Unidos sobre los llamados buques fantasma con los que Venezuela logra comercializar su petróleo en medio de las sanciones ha hecho que algunos cargueros se estén desviando de las rutas, reveló este lunes la agencia Reuters.

También este lunes, el Gobierno de Trinidad y Tobago confirmó que permitirá el tránsito de aeronaves militares estadounidenses por aeropuertos locales en las próximas semanas, como parte de la cooperación bilateral en materia de seguridad entre ambos países. De acuerdo con las autoridades trinitenses se dieron las aprobaciones para los movimientos, que Estados Unidos ha descrito como de “naturaleza logística”, para el reabastecimiento de suministros y las rotaciones rutinarias de personal, como parte del extendido despliegue militar que ha ordenado Donald Trump en el Caribe y que desde agosto mantiene en creciente tensión a la región.

Ambos países mantienen una estrecha cooperación en defensa que en los últimos meses ha incluido ejercicios de entrenamiento militar conjuntos, mejoras en las capacidades de vigilancia y la instalación de un sistema de radar avanzado, que ha apoyado en las operaciones antinarcóticos.