La intentona golpista de Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura de Brasil, paso a paso
EL PAÍS reconstruye cronológicamente el caso por el que el expresidente afronta una pena máxima de 28 años de cárcel y 30 de inhabilitación junto a otros 36 sospechosos, la mayoría militares
Jair Messias Bolsonaro, el militar retirado que presidió Brasil entre 2019 y 2022, siempre alardeó de ser un nostálgico de la dictadura. Los retratos de los generales del régimen militar decoraban el despacho parlamentario del ultraderechista cuando aún era diputado raso. Ahora, la Policía Federal le acusa formalmente de intentar emularlos al ...
Jair Messias Bolsonaro, el militar retirado que presidió Brasil entre 2019 y 2022, siempre alardeó de ser un nostálgico de la dictadura. Los retratos de los generales del régimen militar decoraban el despacho parlamentario del ultraderechista cuando aún era diputado raso. Ahora, la Policía Federal le acusa formalmente de intentar emularlos al urdir un golpe de Estado para anular la victoria electoral del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, en 2022, e impedir por la fuerza que asumiera el poder dos meses después. Esta semana se supo que los golpistas sopesaron incluso asesinar a Lula cuando ya era presidente electo. La mayoría de los acusados con Bolsonaro, 25 de los 37, son militares, incluidos siete generales y un almirante. Unos están en la reserva. Otros, en activo.
Si la Fiscalía acepta la denuncia y lo procesa, el anterior mandatario afronta una pena máxima de 28 años de cárcel y 30 años de inhabilitación. Se sumarían a la condena que ya pesa sobre él y le impide concurrir a unos comicios hasta 2030. Los sospechosos se declaran inocentes.
Esta es una reconstrucción cronológica del caso.
La acusación
21 de noviembre de 2024. Tras dos años de investigaciones, la policía acusa a Bolsonaro y a sus supuestos cómplices, en un pliego de acusaciones aún secreto, de planificar una asonada para que el ultraderechista se mantuviera en el poder tras perder los comicios. Celebraron reuniones en la residencia presidencial, elaboraron unos borradores de decreto para imponer un estado de sitio que el entonces presidente presentó a la cúpula castrense. Solo la negativa de los jefes del ejército y de la aeronáutica a embarcarse en la aventura golpista impidió, según los investigadores, que esta prosperara.
La Fiscalía General de la República deberá decidir si acepta la denuncia y procesa a los acusados, si la desestima o pide más pruebas. El expresidente tiene vetado salir de Brasil como medida cautelar. Por eso no pudo acompañar a su hijo a celebrar en Mar-a-Lago junto a Donald Trump su reciente victoria en Estados Unidos.
El plan de asesinato
19 de noviembre de 2024. Los mandatarios más poderosos del mundo están reunidos en la cumbre del G-20, en Río de Janeiro, con Lula como anfitrión, cuando la policía revela que los golpistas intentaron matarlo. Cinco uniformados, algunos entrenados en los cuerpos de élite de las Fuerzas Armadas, son detenidos por una trama que lideraba un alto cargo del Ministerio de la Presidencia con Bolsonaro que imprimió el plan operativo en el palacio de Planalto, donde despachan los presidentes.
Entre los objetivos, también el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, y el juez del Supremo Alexandre de Moraes. La confesión del secretario particular de Bolsonaro cuando era presidente, el coronel Mauro Cid, es la pieza clave de la investigación.
Ataque suicida en Brasilia
13 de noviembre de 2024. Un simpatizante bolsonarista que fue candidato a concejal en 2020 se hace estallar frente al Tribunal Supremo. El autor, cuyas motivaciones se desconocen, es la única víctima de este ataque suicida en la plaza de Brasilia donde late el corazón de la democracia brasileña, el lugar donde en enero de 2023 miles de bolsonaristas asaltaron las sedes de los tres poderes con intención de desencadenar una intervención militar que sacara a Lula del poder.
El atentado hacer saltar todas las alarmas sobre los efectos de la radicalización entre el núcleo duro de los seguidores de Bolsonaro. También neutraliza el impulso político de una iniciativa parlamentaria para amnistiar a los condenados por el asalto golpista del 8 de enero. Más de 200 personas han sido condenadas como autores materiales de aquel intento de asonada, muchos huyen a Argentina en busca de refugio. Pero ninguno de los señalados por organizarlo, financiarlo o instigarlo se han sentado en el banquillo por ahora.
Victoria de Trump en EE UU
5 de noviembre de 2024. El magnate republicano Donald Trump consigue una contundente victoria electoral que Bolsonaro interpreta como una señal de que él podría seguir el mismo camino, aunque el brasileño está inhabilitado. Saluda la victoria en términos grandilocuentes: “Hoy somos testigos del resurgimiento de un verdadero guerrero, un hombre que, incluso después de enfrentar un brutal proceso electoral en 2020 y una persecución judicial injustificable, ha vuelto a levantarse como pocos en la historia lo han logrado”.
El resultado estadounidense da al bolsonarismo oxígeno político. El diario Folha publica un artículo del expresidente en el que se presenta como un defensor de la democracia. Pero ese impulso queda cortado en seco días después con el ataque suicida de Brasilia.
La derecha vence las municipales
28 de octubre de 2024. Los resultados dibujan un panorama en el que dominan los partidos de la derecha clásica y de la derecha más escorada hacia el bolsonarisrmo aunque la mayoría de los candidatos apoyados por Bolsonaro fueron derrotados, con São Paulo como notable excepción. Más allá de los vaivenes, el movimiento político que abandera mantiene una fuerza notable, sobre todo, en el Congreso.
Lula, que ganó las elecciones al frente de una amplia coalición en defensa de la democracia, sufre para aprobar proyectos parlamentarios mientras presume de la situación económica.
Asalto golpista
8 de enero de 2023. Miles de seguidores de Bolsonaro que durante dos meses han estado acampados ante el cuartel general del ejército en Brasilia marchan hasta la plaza y asaltan violentamente la Presidencia, el Congreso y el Supremo. Las imágenes recuerdan al asalto al Capitolio perpetrado por los seguidores de Trump dos años antes.
Lula toma posesión
1 de enero de 2023. Lula, fundador del Partido de los Trabajadores, asume su tercer mandato en una resurrección política tras ser acusado de corrupción. La posterior odisea judicial conllevó casi dos años de cárcel. Los casos contra él son anulados o archivados. Bolsonaro viaja a EE UU para no dar el relevo a su gran rival político, que dos meses antes, el 30 de octubre, le ganó las elecciones por menos de dos puntos.
La conspiración
Noviembre de 2022. El día 1 Bolsonaro rompe dos días de silencio tras las elecciones sin reconocer la victoria de Lula. Está moralmente hundido y quiere permanecer en el poder como sea. Reúne a la cúpula militar y al abogado general de la Unión y les plantea si se puede hacer algo contra el resultado. Días después, el general Walter Braga Netto, uno de los principales acusados de la conspiración con el general Eduardo Heleno, reúne a militares de alta graduación para preparar estrategias y buscar adhesiones en los cuarteles.
El presidente intenta reclutar a los jefes del Ejército de Tierra y de la Fuerza Aérea para romper el orden constitucional mediante decretos de tenor golpista. Estos dos generales, a diferencia del almirante que encabeza la Marina, dejan claro a Bolsonaro, jefe del Estado y de las Fuerzas Armadas, que el resultado electoral debe ser respetado y rechazan explícitamente sumarse a la intentona golpista. La policía sostiene que el no de ambos generales es lo que impide que el golpe cuaje.