Brasil planea legalizar los casinos y el juego de apuestas más popular entre los pobres
La propuesta, debatida durante 30 años en el Congreso, pretende aumentar la recaudación de impuestos en 4.000 millones de dólares anuales
¿En que se parecen Brasil y Corea del Norte? A primera vista en nada, pero el dúo pertenece a esa minoría de países donde los casinos y los juegos de azar son ilegales. El país más rico y poblado de América Latina se prepara para abandonar ese club, levantar un veto de 78 años y abrazar el mundo de las apuestas con la vista puesta en el dinero. Necesita aumentar la recaudación de impuestos. Tras tres décadas de debate parlamentario, la propuesta legislativa para legalizar el juego se abre paso, acaba de ser aprobada en comisión en el Senado. Si el pleno de la Cámara alta la respalda, significará la apertura de casinos y legalizar o jogo do bicho, un juego de apuestas creado hace 130 años que triunfa hace décadas entre los brasileños más pobres y tiene una relación estrecha con el carnaval.
Las autoridades brasileñas prohibieron el juego en 1946, precisamente el mismo año en que nació el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, que ya ha anunciado su intención de sancionar la ley en cuando sea aprobada por el Senado. Por ahora el pleno no ha sido convocado, pero tampoco el debate sobre la legalización había llegado tan lejos.
Si la ley finalmente es aprobada, los juegos de azar, las apuestas en las carreras de caballos y el jogo do bicho (juego de los animales, en portugués) dejarán de ser irregularidades castigadas con multas. También permitirá abrir casinos (uno por Estado y alguno más en los más poblados y los amazónicos), pero solo en zonas turísticas y complejos hoteleros con más de un centenar de habitaciones. También están previstos los casinos fluviales y las casas de bingo.
El jogo do bicho ya no tiene tantos aficionados como antaño, pero sigue siendo parte de la cultura popular de muchos brasileños entre los más pobres, según explicó al diario Folha de S.Paulo el historiador Luiz Antonio Simas, que prepara un libro sobre el arraigado juego . Muchos brasileños ni siquiera son conscientes de que es una práctica irregular. Como en Brasil no hay regla sin excepción, es legal en un Estado, Paraíba.
Creado en 1892 por el barón que fundó el zoológico de Río de Janeiro, este juego donde cada número está representado por un animal fue prohibido hace más de un siglo, como ocurrió con el samba y otras manifestaciones culturales de los antiguos esclavos. Tanto la una como el otro sobrevivieron a la persecución. Prueba de su influencia, solo en el último Mundial la selección masculina de fútbol brasileña alineó a un jugador con el 24 (el número del venado) porque está asociado con la homosexualidad.
El objetivo prioritario es aumentar la recaudación en un momento en que el Gobierno busca nuevas vías de aumentar la entrada de fondos a las cuentas públicas. El autor de la propuesta parlamentaria estima que puede suponer unos 22.000 millones de reales anuales (4.000 millones de dólares) en impuestos, tanto para las empresas como para los ganadores de los premios, a repartir entre las arcas de la Unión, del Estado y los municipios. Calcula que, además, se crearían 1,5 millones de empleos.
La prohibición del juego no es total, existen algunas loterías que organiza el Estado. Y luego, las muy populares apuesta por Internet. Este viernes proliferaban en redes sociales los anuncios para apostar por Internet al Brasil-Paraguay de la Copa América. Gracias al sistema de pagos instantáneos Pix es bien sencillo, ya no hace falta colocar la tarjeta de crédito. Eso ha facilitado la veloz expansión de esta modalidad de juego en el que presume ser el país del fútbol. Las empresas de apuestas, como en otros países, patrocinan a buena parte de los clubs.
Y todo ese movimiento se ha traducido en un negocio que ronda en Brasil los 150.000 millones de reales al año (27.000 millones de dólares), según estimaciones. Cada año se abren 200 empresas en un sector regulado desde 2018, pero que hasta ahora ha logrado no pagar impuestos en este país. Este 2024 será la primera vez.
La propuesta de ley para legalizar los juegos de azar salió adelante por 14 votos frente a 12 en la comisión de Constitución y Justicia del Senado.
Entre los contrarios a la legalización, el bolsonarismo, las Iglesias evangélicas y organizaciones de la sociedad civil. Existe en miedo de que dispare la ludopatía, por lo que se creará un registro de las personas vetadas de apostar. Pero existe también el temor a que el crimen organizado se haga fuerte en el sector y lo use para blanquear dinero o evadir impuestos.
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