Lula retira al embajador en Israel en plena crisis diplomática por la guerra de Gaza

La decisión de Brasil coincide con el reconocimiento de Palestina como Estado por parte de Noruega, España e Irlanda y el avance de las tropas israelíes en Rafah

El presidente Lula este miércoles en un acto oficial en Brasilia.Andre Borges Andre Borges (EFE)

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha retirado definitivamente a su embajador de Israel a los tres meses de que la relación diplomática bilateral tocara fondo y le ordenara regresar a Brasilia. El anuncio fue de lo más discreto. Trascendió este miércoles al publicar el Diario Oficial de la Unión que el diplomático Frederico Meyer, embajador en Tel Aviv, ha sido nombrado para un cargo de asesor ante la ONU en Ginebra. Al frente de la legación queda el encargado de negocios y no hay ningún plazo para nombrar el próximo embajador, según ha confirmado un portavoz del Ministerio de Exteriores brasileño. Israel no tiene constancia formal de la decisión, según un comunicado de su cancillería. En febrero, Israel declaró a Lula persona non grata después de que comparara la actuación de Israel en la franja de Gaza con el Holocausto judío.

“No hemos recibido aún ninguna notificación oficial sobre el asunto”, ha señalado el Ministerio de Exteriores en un escueto comunicado en el que informa de que ha convocado al encargado de negocios este jueves a una reunión para abordar el asunto.

El hasta ahora embajador brasileño en Tel Aviv ha sido nombrado asesor especial ante la conferencia del Desarme de la ONU. Su retirada y la consiguiente rebaja del nivel de interlocución diplomática se enmarcan en el creciente aislamiento diplomático que sufre Israel cuando la guerra en Gaza entra en su octavo mes, los palestinos muertos superan los 36.000, los tribunales internacionales fallan en su contra y Noruega, España e Irlanda han reconocido simultáneamente a Palestina como Estado.

En tierras latinoamericanas también ha habido gestos recientes. El ministerio de Defensa brasileño aplazó la firma de un contrato con la empresa israelí Elbit Systems para la compra de 36 blindados, según Folha de S.Paulo, después de que ganaran la licitación a finales de abril, en plena crisis bilateral.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel aunque ambos países mantienen estrechas relaciones militares. Y, este martes, México ha pedido incorporarse a la demanda por genocidio presentada por Sudáfrica ante el Tribunal de Justicia Internacional.

Lula encendió la mecha de la crisis diplomática con Israel en febrero: “Lo que está ocurriendo en la franja de Gaza con el pueblo palestino no ha ocurrido en ningún otro momento de la historia. En realidad, ha ocurrido: cuando Hitler decidió matar a los judíos”, declaró el presidente brasileño en una conferencia de prensa Adís Abeba (Etiopía). “No es una guerra, es un genocidio”, remarcó.

El Gobierno de Netanyahu respondió con furia, convocó al embajador Meyer pero no en el ministerio sino en Yad Vashem, el museo del Holocausto en Jerusalén, donde fue sometido a una reprimenda pública. Brasil se sintió profundamente ofendido. “Él [el embajador Meyer] fue personalmente humillado y, como resultado, Brasil fue humillado. La intención era humillar a Brasil”, subryó hace unos días a O Globo el asesor en asuntos internacionales de Lula, Celso Amorim. El también exministro dijo que, por ese motivo, el diplomático no regresaría al puesto en Tel Aviv y que desconocía si habría nombramiento de un relevo. Oficializada la retirada, Brasil no tiene por el momento prisa por nombrar un nuevo embajador.

Lula y su Goobierno han condenado de manera reiterada el ataque de Hamás el 7 de octubre, que causó 1.200 muertos en Israel. El cuerpo de Michel Nisenbaum, un israelo-brasileño rehén de los islamistas en Gaza desde entonces, fue rescatado hace unos días.

La cancillería israelí ha saludado que el club de los países que reconocen a Palestina se amplíe y desea que otros países de sumen a la iniciativa. En cambio, mantuvo un llamativo silencio ante la decisión de la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional de solicitar el arresto de Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, de su ministro de defensa, Yoav Gallant, y de tres líderes de Hamás.

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