Leonel Fernández: “Quieren convertir la República Dominicana en un campo de refugio”
El expresidente y candidato de Fuerza del Pueblo critica a Luis Abinader, mandatario y favorito en los comicios del domingo: “Procura imitarnos; no tiene visión propia”, asegura, mientras propone un modelo “socialmente inclusivo”
Es raro el dominicano que no tenga una opinión sobre él. Es el precio de haber sido presidente de la República Dominicana durante tres mandatos; el primero hace ya 28 años. Unos hablan de Leonel Fernández (Santo Domingo, 70 años) como el dirigente que trajo la modernidad a la isla y otros critican fervientemente los casos de corrupción que salpicaron al grupo político que lideró durante décadas: el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Doctor en Derecho y heredero de la izquierda dominicana, Fernández fundó en 2020 la Fuerza del Pueblo (FP) con unas ideas que describe como progresistas, p...
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Es raro el dominicano que no tenga una opinión sobre él. Es el precio de haber sido presidente de la República Dominicana durante tres mandatos; el primero hace ya 28 años. Unos hablan de Leonel Fernández (Santo Domingo, 70 años) como el dirigente que trajo la modernidad a la isla y otros critican fervientemente los casos de corrupción que salpicaron al grupo político que lideró durante décadas: el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Doctor en Derecho y heredero de la izquierda dominicana, Fernández fundó en 2020 la Fuerza del Pueblo (FP) con unas ideas que describe como progresistas, pero con un discurso abiertamente antiaborto y tan contundente con la migración haitiana como el del actual presidente, Luis Abinader: “Quieren convertir la República Dominicana en un campo de refugio, pues no. Tenemos el derecho a decir que la crisis de Haití no es nuestro problema”. A escasas 48 horas de los comicios presidenciales y legislativos en el país caribeño, las encuestas le dan menos del 25% y una victoria arrolladora a Abinader; un porcentaje que le hará arquear varias veces las cejas durante la entrevista. “La gente me dice: en las encuestas, Abinader. En el pueblo, Leonel”, espeta sonriente.
Si bien durante su primer mandato (1996) se convirtió en uno de los presidentes más jóvenes de la región, este domingo volverá a las urnas siendo el mayor de los favoritos pero “más que preparado” para una cuarta ronda. “Hay siempre tareas inconclusas del pasado y desafíos del futuro”, dice este jueves en la biblioteca de la Fundación Global Democracia y Desarrollo. Las prioridades en esta larga lista son fomentar la producción agrícola nacional, enfocar la educación superior en los retos tecnológicos actuales y “buscar un modelo que sea más socialmente inclusivo”. Aunque la isla es el noveno país de América Latina y el Caribe que más rápidamente está creciendo, tiene una de las tasas de desigualdad más altas y uno de los salarios mínimos más bajos.
Minutos después de la entrevista con EL PAÍS, el candidato aguarda sonriente a que terminen de tomarle las fotos, mientras tararea la canción de su campaña: E pa’ fuera que van. “Ya las ponen en las discotecas, presidente”, le dice uno de los de su equipo. “El dominicano es así, se baila hasta la política”, responde zarandeando los brazos en alto. “Esta la pondremos en la toma de posesión”.
Pregunta. Usted gobernó República Dominicana en tres ocasiones. ¿Por qué se sigue presentando?
Respuesta. Porque hay siempre tareas inconclusas del pasado y desafíos del futuro. En el caso nuestro tienen que ver con temas de electrificación, agua potable, vivienda digna, carreteras, puentes... Todo eso que está en la dinámica de desarrollo de los pueblos, pero al mismo tiempo tenemos los desafíos de la actualidad que tiene que ver con inteligencia artificial, robótica… Hay que buscar un modelo que sea más socialmente inclusivo. Tenemos una visión sobre cómo hacerlo, que otros no tienen. Necesitamos un nuevo paradigma social y de conocimiento y de mayor progreso y justicia social.
P. En el debate electoral, hubo muchas críticas hacia los tres candidatos principales por el discurso tan similar entre ustedes. ¿En qué se diferencia de Abinader?
R. Lo primero es que nuestro mandato ha sido exitoso, el de otros no tanto. O en menor grado. Nosotros logramos multiplicar por tres el PIB dominicano. Nuestro modelo funcionó. El modelo actual de Abinader no funciona.
P. ¿Por qué?
R. Porque la economía no está creciendo. Él dice que crece a 6,5%. Nosotros decimos que es pura manipulación estadística; el crecimiento real es de 1,8%, si le damos el beneficio de que no gobernó meses del 2020, creció un 3,8%. No ha creado empleos, prometió un millón, generó 8.000. Son grandes las diferencias entre lo prometido y lo cumplido. Por otra parte, en materia de infraestructuras, no hay ninguna obra que pueda presentar…
P. Entonces, ¿por qué las encuestas le dan a la Fuerza del Pueblo menos del 25% de los votos? ¿Cuál es la autocrítica que hace?
R. Las encuestas pagadas por el Gobierno nos dan eso. Las más independientes nos están dando un 36% o 37%. Hay que entender que venimos de un partido que se fragmentó y que la Fuerza del Pueblo es relativamente joven y está luchando. No creo que haya muchos antecedentes en América Latina de partidos que se hayan formado recientemente y que tan rápidamente sea opción de poder. La gente en la calle dice: “En las encuestas, Abinader. En el pueblo, Leonel”.
P. Una de las grandes banderas del Gobierno de Abinader es su crecimiento económico. Sin embargo, según el BID, el 1% de la población controla el 42% de la riqueza total. Algo que usted ha criticado. ¿Cómo redistribuiría la riqueza en esta sociedad tan desigual?
R. Con un modelo progresivo. Hay que aumentar el crecimiento económico y que el Estado pueda recibir mayores ingresos en un modelo que no afecte a los de abajo. Si no que pague siempre el que más puede. Y en ese contexto, tenemos que hablar de un modelo socialmente incluyente, algo que no sucede en la actualidad. ¿Qué es lo que crece en República Dominicana? El turismo, las remesas en el exterior y las exportaciones en las zonas francas… Solo crece el sector externo de la economía. Vamos al interno. ¿Manufactura local? En decrecimiento. ¿Sector agropecuario? En rojo. La construcción, la minería, todo anda mal. Lo que funciona viene de fuera, que no depende de las acciones de Gobierno. Lo que depende del Gobierno no se está dando. Estamos importando alimentos en un país que los produce. Él [Abinader] lo hace para favorecer a quienes reciben licencias de importación y en detrimento de la mayoría. Esa es nuestra diferencia de modelo: nosotros creemos en la producción nacional. Él en las importaciones.
P. ¿Por qué dice usted que Abinader tiene un modelo de copia y pega?
R. Porque Abinader procura imitarnos. No tiene una visión propia. Cuando nosotros creamos el Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA), dentro del marco del ecosistema de desarrollo de alta tecnología, él dice que creó diez. Primero, nos está copiando. Y segundo, lo que hace es decir que hace más sin entender el concepto, le falta la visión.
P. ¿Y no la tiene?
R. No veo que la tenga. No tiene sello de identidad. Él está ansioso por inaugurar cosas, como lo que está haciendo con el muro fronterizo. El proyecto es construir 181 kilómetros y fue a inaugurar dos kilómetros de una primera etapa de 54. ¿A quién usted está tomando el pelo?
P. Amnistía Internacional publicó una carta abierta que tildaba la política migratoria actual de racista. ¿Cómo lo considera usted?
R. Hay que entender la coyuntura. Toda política de migración es una expresión de la soberanía de un país y obedece a su realidad. Con el asesinato del presidente Jovenel Moïse, Haití entró en una etapa de inestabilidad política crónica. El territorio haitiano está controlado por bandas criminales que secuestran, torturan, asesinan… Sueltan presos de las cárceles…
P. También migran mujeres, niños y jóvenes de la clase trabajadora…
R. En Haití hay de todo. Es tierra de nadie. Incluso, en autobuses dominicanos que cruzan la frontera ha habido choferes nuestros secuestrados. No hay ley ni orden, es puro caos. Ante una coyuntura de esa magnitud, el riesgo de seguridad se incrementa. Sobre todo cuando hay criminales sueltos, que ellos se encargaron de sacar de las cárceles. Cualquier país en el mundo tomaría medidas para proteger a sus ciudadanos. Las cosas que ocurren en Haití generan terror en la República Dominicana.
P. El año pasado, el país deportó 251.000 haitianos. ¿Son todos criminales?
R. Se deporta al que está ilegal de manera indocumentada en el país.
P. Las organizaciones sociales denuncian que tampoco hay vías legales para solicitar asilo…
R. Claro que sí, dan visas de sobras. Eso es parte del problema. Incluso en tiempos de la pandemia, con los consulados cerrados se dieron muchas visas de forma irregular. También operan mafias, hay corrupción, se les paga al ejército de frontera para penetrar ilegalmente al país…
P. Entonces su propuesta migratoria sería similar a la de Abinader.
R. No. Es la del pueblo dominicano. Ante una coyuntura de colapso total del Estado haitiano es necesario establecer mecanismos de seguridad. Cuando eso ceda, entonces se va a examinar. Esto es al revés de lo que sucedió en 2010, cuando ocurrió el terremoto. ¿Quién fue el país más solidario con Haití? República Dominicana. Pero son cosas distintas; una cosa es una catástrofe de la naturaleza y otra es una cosa creada en el propio país. Hay que detener en la frontera para no tener que deportarlos después.
P. ¿La reforzaría más?
R. Sin duda. Y luego, cuando la comunidad internacional manifieste sensibilidad con lo que está ocurriendo en Haití y contribuya a mantener el orden y a una transición democrática, las cosas cambiarán. Lo que hemos visto es el interés de países de fuera de que República Dominicana se encargue del territorio haitiano. Quieren convertir la República Dominicana en un campo de refugio, pues no. Tenemos el derecho a decir que la crisis de Haití no es nuestro problema.
P. Uno de los argumentos que los sectores conservadores dan para mantener la penalización absoluta del aborto en el país, es la Constitución de 2010 que reconoce la vida desde la concepción. Una Constitución impulsada por usted… Si fuera presidente, ¿aprobaría las tres causales?
R. El hecho de que se estableciera la prohibición del aborto fue una decisión del pueblo dominicano. No lo decidí yo. Ahora, las causales. ¿Se tienen que meter en el Código Penal? La última palabra la tendría el Tribunal Constitucional.
P. Mientras, el Estado es el que sigue asumiendo que la mujer que por una violación o incesto quiera interrumpir un embarazo es una criminal.
R. Pero no se necesita tener causales eximentes a la responsabilidad. Existe una figura jurídica que es la de fuerza mayor y donde los médicos, que conocen el protocolo, en caso de que vean una peligrosidad pueden decidir. Y están protegidos.
P. Sin embargo, no conocemos apenas casos en los que se haga uso de esta figura de la que habla. En febrero, falleció Adilka Feliz, asistente legislativa de Yvan Lorenzo, senador de su antiguo partido (PLD), porque le negaron el aborto. Anualmente, cerca de 90.000 mujeres practica abortos inseguros en la isla. ¿No está el Estado ignorando los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres?
R. Si no hubiese una posibilidad médica cuando esté en riesgo la vida de la madre… Lo entendería.
P. Y en el caso de violación, ¿qué figura jurídica cabe?
R. Yo creo que tendría que certificarse que se produjo la violación y antes de la gestación se tendrían que tomar medidas facultativas.
P. ¿Entonces no lo despenalizaría?
R. El aborto está prohibido, sigue siendo penalizado y eso continuaría.
P. ¿Creen que pasen a segunda vuelta?
R. Varias encuestas le dan el 47% a Abinader y dicen que lo más probable es que haya segunda vuelta. El olfato de la experiencia me dice que se ha consolidado un voto duro a nuestro favor.
P. Sin embargo, Abinader se da por ganador e incluso ha planteado un pacto nacional con la oposición. ¿Se sentaría en esa mesa para aprobar reformas necesarias de la isla?
R. Cuando lo convoquemos nosotros.