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El Congreso cierra un semestre de derrotas para Petro

El Legislativo hundió la reforma a la salud y la tributaria, principales apuestas del presidente, y dejó en vilo la ley de jurisdicción agraria y el proyecto que mantiene con vida el Ministerio de la Igualdad

Este martes terminaron las sesiones ordinarias del Congreso de Colombia para el segundo semestre de 2025. El balance para el presidente Gustavo Petro es negativo. Las mayorías del Senado y la Cámara de Representantes hundieron sus principales apuestas y dejaron en vilo los otros proyectos de ley bandera del Ejecutivo de izquierdas. Ese bajo desempeño contrasta con los logros que obtuvo el presidente en las legislaturas pasadas, sobre todo con la aprobación de las reformas laboral y pensional, que avanzaron pese a la negativa de amplios sectores de la oposición.

La derrota más fuerte del semestre para el Gobierno llegó este martes, último día de sesiones. En la mañana, la comisión Séptima del Senado decidió por mayoría absoluta hundir la reforma a la salud. El proyecto que buscaba transformar de raíz el sistema sanitario actual por uno sin la intermediación de las EPS entre el Estado y las clínicas y hospitales naufragó por segunda vez, después de meses de aplazamientos y dilaciones.

Los ministros de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, y del Interior, Armando Benedetti, rechazaron con vehemencia la decisión del Legislativo. “Durante siete meses dilataron el debate, escondieron la discusión y esperaron el último día para archivar la reforma a la salud. Quienes votaron por hacerlo votaron en contra del pueblo colombiano”, dijo el primero al salir del recinto, en medio de gritos y peleas entre senadores oficialistas y opositores. “Creen que el daño se lo hacen al Gobierno de Gustavo Petro. Se equivocan. El daño se lo hacen a millones de colombianos que siguen atrapados en un sistema que ya fracasó”. Benedetti fue más agresivo. “La comisión séptima del Senado ha actuado como siempre lo ha hecho, de forma baja, cochina y rastrera”, dijo en un video. Más de 12 horas después del hecho, un inusual silencio del presidente frente a la derrota.

Días antes, el Gobierno sufrió otro golpe, del que todavía no se recupera. Las comisiones económicas hundieron la reforma tributaria en la que Petro insistió durante meses, y en la que fincaba las esperanzas para terminar de financiar su presupuesto para 2026. La proyecto de ley de financiamiento buscaba recaudar 16,3 billones de pesos, mediante el aumento de los impuestos a las bebidas alcohólicas y el tabaco, un gravamen a los patrimonios superiores a 2.600 millones de pesos y un aumento de la carga tributaria de las empresas de los sectores financiero y energético. Fueron las mayorías de la comisión cuarta del Senado las que le propinaron otra derrota al presidente, que rechazó con dureza la decisión: “Lo que han hecho los congresistas de oposición es suicida (...) Poner en el suelo el interés nacional por el odio político es digno de aquellas épocas en dónde mandaban a la gente a matarse entre sí. El odio se les vuelve la más absoluta displicencia por la ciudadanía”. Incluso aprovechó el revés para insistir en una hipotética convocatoria de una asamblea nacional constituyente que de vía libre a sus reformas.

Además del hundimiento de sus dos principales reformas, el Gobierno también sufrió por el aplazamiento sistemático del debate sobre la ley que mantendría con vida el Ministerio de la Igualdad y las estrategias de dilación que han usado los congresistas de oposición para no debatir la ley de jurisdicción agraria, otra apuestas clave de Petro. Al inicio de la legislatura, cuando el Gobierno logró incidir en la elección de los presidentes de la Cámara y el Senado, ambos proyectos parecían tener el respaldo mayoritario, incluso entre las bancadas independientes y de oposición. Sin embargo, con el paso de los meses se fue diluyendo el aparente control que tenía el ministro Benedetti sobre partidos como la U, el Liberal o el Conservador. Al final, el Ministerio de la Igualdad se salvó de naufragar en la última semana, pero falta discutir todos los artículos del proyecto de ley que permite su existencia. Por su lado, la jurisdicción agraria no avanzó nada y todavía enfrenta los debates en ambas plenarias.

El mal periodo se complementa con la grave derrota que sufrió el Gobierno en el Senado al principio de la legislatura con la elección del magistrado Carlos Camargo para la Corte Constitucional. El presidente movió toda su maquinaria para elegir a Patricia Balanta, pero perdió por 61 votos contra 42. “El Senado decidió no hacer avanzar al país, hacerlo retroceder al abuso. ¿Recuerdan acaso que en medio de los crímenes contra los jóvenes, el defensor del pueblo haya siquiera alzado la voz?”, escribió en ese entonces. Esa derrota fue determinante meses después, cuando la alta corte dejó en vilo la validez jurídica de la reforma pensional tras un empate entre ocho magistrados -el voto de Camargo fue decisivo. En los próximos meses un conjuez elegido al azar, Pablo Márquez, definirá la suerte de la otra ley bandera del presidente.

Además, otros dos proyectos que eran importantes para el Gobierno ni siquiera comenzaron su trámite legislativo: la ley de paz total, que busca establecer las reglas para el sometimiento de las bandas criminales, y un proyecto para reducir las tarifas de energía. Quizás la única victoria importante del presidente, que compartió con senadores y representantes independientes y de oposición porque todos votaron a favor, fue la reforma a la ley 30 o de educación superior, aprobada el lunes en su último debate por la plenaria de la Cámara. El proyecto, que debe ser firmado por Petro en los próximos meses para entrar en vigencia, ampliará el presupuesto para las universidades públicas.

El Gobierno ha convocado a sesiones extras durante todo el receso legislativo, hasta el 15 de febrero, pero solo para tramitar los ascensos de los oficiales de las Fuerzas Armadas. Los proyectos seguirán su trámite después de eso, pero será en medio de semanas de alta tensión política por las elecciones legislativas del 8 de marzo y las presidenciales del 31 de mayo. Con un Gobierno de salida, y los políticos enfocados en los comicios, el margen para que Petro saque adelante sus proyectos es mínimo.

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