Pablo Beltrán, jefe del ELN: “Con Petro ya no nos da tiempo a desmovilizarnos”

La guerrilla espera implementar algunos acuerdos antes de que acabe el actual periodo, pero da por hecho que no se llegará a un acuerdo de paz tal y como esperaba el presidente

Pablo Beltrán, miembro del Comando Central del Ejército de Liberación Nacional (ELN).Rodrigo Oropeza

Gustavo Petro dijo durante la campaña electoral que lograría desmovilizar al ELN en tres meses si llegaba a ser presidente de Colombia. Petro y los líderes de esta guerrilla de inspiración católica comparten muchos de los diagnósticos sobre el país, por lo que no parecía descabellado que se consiguiera un acuerdo rápido y el Gobierno pudiera apuntarse así una victoria en un asunto en el que han fracasado los presidentes anteriores. El pronóstico, a la luz de hoy, era demasiado optimista. Las negociaciones, que arrancaron ya hace dos años, se estancan cada poco tiempo y surgen diferencias que se antojan irreconciliables. La opinión pública se ha agotado de un asunto demasiado complejo, aunque de él dependa evitar muchas muertes.

Pablo Beltrán, el jefe negociador del ELN, se encuentra este lunes al otro lado de la pantalla, durante una conversación por videollamada. De fondo, una cama de hotel, junto a una mesita de noche sobre la que hay dos astas que sostienen las banderas en miniatura de Colombia y la guerrilla. Beltrán (San Gil, 70 años) hace la maleta después de haber mantenido en Caracas una reunión con los delegados de Petro. En ella se buscaba proclamar un nuevo alto el fuego, un acto esperanzador y previo a tratar de cerrar un acuerdo definitivo. Los tres meses se han convertido en 25, que se podrían alargar 20 más, el nuevo plazo que se han dado. Es decir, no habrá un cierre antes de que se vaya Petro, antes de que se posesione un Gobierno que, si no es de izquierdas, podría no mostrar interés en implementar un acuerdo. La realidad es que casi no hay tiempo, cada hora que transcurre el reloj devora el proceso.

Pablo Beltrán, durante la llamada de esta mañana.

P. Acaba de terminar una nueva ronda de negociaciones en la capital de Venezuela. ¿Es optimista?

R. Avanzamos en unas cosas, pero siguen sin solución los problemas fundamentales.

P. ¿Es posible un nuevo alto el fuego?

R. Para que haya un nuevo cese, el Gobierno debe respondernos por unos hechos que nosotros llamamos un acto de guerra. Tal acto nos coloca en el congelamiento. (una operación de inteligencia militar que golpeó duramente al ELN).

P. A eso se suma que Petro negocia también con una facción que se ha escindido de su guerrilla, al margen de la mesa.

R. Están metidos con el grupo de Nariño en una negociación que se llama de paz territorial. Resulta que los protocolos que acordamos prohibían hacer eso. Ese grupo lo conforma un amasijo de excombatientes del ELN, grupos residuales de las disidencias de las FARC, y un tercero, las Autodefensas Unidas de Nariño. Dicen que están en un proceso de paz, pero en el fondo es una disputa por títulos mineros y petroleros de esa zona. Ahí ha habido dineros de la cooperación internacional para hacer desminados del territorio, que le interesa a las empresas extranjeras, las colombianas e incluso al Gobierno. Detrás de todo esto están intereses comerciales. Para encontrar la lógica de un problema hay que seguir la ruta del dinero.

P. No va a transigir en este punto.

R. Por supuesto que no.

P. ¿De quién depende que el Gobierno pare de negociar con ese grupo?

R. De Petro. Nosotros les decimos que tiene que haber solo una cabeza, los negociadores en la mesa o el presidente, pero ellos dicen que es así.

P. Usted habla de que se cometió un operativo contra ustedes, pero también hubo un ataque en Puerto Jordán en el que murieron dos soldados y fueron heridos otros 25.

R. Eso ocurrió en septiembre, el cese al fuego había acabado en agosto. El operativo contra nosotros se hizo cuando había cese.

P. Nos encontramos, por tanto, en una situación de parálisis.

R. Sí, sigue la parálisis.

P. ¿El senador Iván Cepeda no puede asegurarle que podrán convencer al presidente?

R. Eso es lo que van a hacer ahora en Navidad, confío en que para enero se arregle. Han prometido el comienzo de una nueva fase en enero, trayendo unas garantías que nosotros solicitamos. Petro tiene bastante presión para entregar resultados inmediatos.

P. ¿Presión de quién?

R. De él mismo. Dijo que esto se iba a hacer en tres meses.

P. Se dice siempre que un proceso de paz debe estar acordado antes de que empiece la campaña electoral.

R. Yo digo que sí se puede trabajar durante la campaña. Aunque es costumbre en Colombia que en las campañas (las elecciones al Congreso serán en marzo de 2026; dos meses después las presidenciales) arrecien los ataque contra la izquierda. Tendríamos a un interlocutor que se está defendiendo de esos ataques.

P. Supone un obstáculo más.

R. Sí, porque esos ataques van debilitando al Gobierno y le van negando posibilidades de que cumplan acuerdos de esta mesa.

P. ¿Me quiere decir que estamos casi sin tiempo?

R. Estamos tratando de rehacer el rumbo de la mesa.

P. ¿Cuánto tiempo se dan?

R. 20 meses.

P. Casi acabando el periodo de Petro.

R. El acuerdo es terminar el conflicto armado, pero concretar transformaciones. Si solo se cumplen metas en un solo carril, no habrá acuerdos. Se pueden acordar transformaciones, pero que una primera fase lo logre hacer este Gobierno. Por eso hablamos de transiciones.

P. Temería un gobierno de derechas tumbe todo lo acordado.

R. Es lo que hacen ellos. Lo que acordamos con el presidente Juan Manuel Santos llegó Duque y lo negó.

P. Cuáles son esas transformaciones que se pueden acordar.

R. Un proceso de participación de la sociedad en construcción de paz. El diseño está hecho para que la gente diga cuáles son esas transformaciones y en qué transición se van a cumplir. Ese es el objetivo de la participación de la sociedad en el proceso de participación política que desarrolla esta mesa.

P. Entiendo entre líneas que no hay tiempo para que se dé una desmovilización del ELN.

R. Le explico dos visiones distintas frente a esto: una es la de la transición de Colombia hacia la paz y la segunda es la de la transición del ELN hacia la paz. En la mesa trabajamos la primera visión en la mesa, no es solo el ELN el que debe cambiar.

P. Eso va a ser difícil de entender para la gente.

R. Es un cambio de modelo, se llama paz con transformaciones. Mire todas las guerrillas que se han desmovilizado y el país no cambia.

P. Me está diciendo que no da tiempo a una desmovilización del ELN con Petro.

R. No, no da. Porque en últimas lo que se hace en ese campo del conflicto armado es hacer un cese progresivo con el ELN mientras se desarrolla la mesa de negociaciones, esa es la lógica. Mientras se desarrolla un acuerdo de paz, las fuerzas contrarias matan a los que se desmovilizan. El ELN no tiene vocación de mártir.

P. ¿Cómo afecta al proceso la inestabilidad de Venezuela?

R. Venezuela es garante de esta mesa desde 1999, con Chávez. El 4 de febrero de ese año se posesionó Chávez, y el 5 ya había delegados del ELN y del presidente Andrés Pastrana. Venezuela Ha sido un acompañante clave, es un factor de estabilidad de esta mesa.

P. ¿El chavismo cometió un fraude en las elecciones presidenciales?

R. No tengo elementos para decir que sí ni que no.

P. ¿Ve a la izquierda con fuerza para mantener el Gobierno?

R. Ha tomado una vía, que es ampliar sus alianzas para tratar de gobernar. Pero eso, en la población donde yo nací, eso es tragarse un frasco de amebas. Si te alías con quienes no quieren los cambios, quedas con dos oposiciones, la de fuera y otra dentro que frena. Se mantiene la gobernabilidad a costa de que nada cambie y eso desprestigia el gobierno progresista.

P. ¿Puede haber de nuevo un gobierno de izquierdas en 2026?

R. Si Petro cumple lo que prometió y hace méritos, pues sí. Si no, se desprestigia.

P. ¿Ve un escenario en el que pueda ganar las elecciones Vicky Dávila, la periodista que ahora se ha metido en política?

R. Dios me libre, decía una tía mía. Vicky representa dos cosas: alianzas con los clanes y con el capital parasitario financiero. Los primeros mandan en las regiones de Colombia. Los segundos, en el ámbito nacional. Esa alianza no es despreciable por su poder de intimidación y de compra de conciencias.

P. ¿Cómo evalúa el Gobierno de Petro?

R. Muestra realizaciones, pero no tantas como las que se esperaban.

P. ¿Qué puede significar la victoria de Donald Trump para el proceso de paz?

R. A nosotros nos preguntó la delegación del Gobierno eso y dijimos que aspirábamos a que el Gobierno de Estados Unidos no objetara este proceso de búsqueda de la paz por la vía pacífica. Esa es la aspiración.

P. Lleva 50 años en el ELN. ¿No se ha agotado de esta pelea?

R. Toca persistir, lo que hace viable a Colombia es la paz.

P. Hay una discusión sobre si la paz total ha llevado más violencia a los territorios. ¿Cuál es su percepción?

R. El problema está en que las fuerzas militares hacen operaciones en cuerpo ajeno, ponen a otros a hacer lo que no quieren hacer. Hay una alianza de grupos residuales con las fuerzas armadas. ¿Por qué el Cauca es tan complejo? Porque los grupos de exFARC se aliaron con el ejército y no dejaron realizar el proceso de sustitución de cultivos. Petro intentó frenarlo, pero no pudo. No es un asunto de manzanas podridas, es una política de Estado.

P. ¿Iván Márquez, jefe de la Segunda Marquetalia, está vivo?

R. Al parecer, sí. Escuché una carta que él hizo como hace 8 o 10 días. En el Gobierno nos dijeron que había llegado de buena fuente. No parece que la haya hecho la inteligencia artificial. Jajaja.

P. Su desaparición complicaría todo.

R. La complicación ya está hecha. La política de la paz total es fraccionar y ya ha comenzado ese fraccionamiento y va a proseguir. Habrá mini acuerdos. Esa es la paz total.

P. ¿Cuántos combatientes tiene ahora mismo el ELN?

R. El Ejército dice que 5.000, otras veces que 7.000.

P. ¿Y usted qué me dice?

R. Que no están tan despistados.

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