El enroque que puso a votar a la oposición con el Gobierno
La tesis de que el centralismo ha fracasado, con la que se busca reformar el Sistema General de Participaciones, es falsa. La verdad es que lo que no alcanza es el presupuesto
La reforma al Sistema General de Participaciones es un proyecto de Acto Legislativo que busca aumentar la proporción de transferencias a departamentos y municipios con la tesis de que el centralismo ha fracasado en atender las necesidades de los territorios apartados de la capital, Bogotá, cuando la verdad es que lo que no alcanza es el presupuesto para llegar a la totalidad del espacio nacional con los recursos que tenemos. No alcanza la plata y los políticos han r...
La reforma al Sistema General de Participaciones es un proyecto de Acto Legislativo que busca aumentar la proporción de transferencias a departamentos y municipios con la tesis de que el centralismo ha fracasado en atender las necesidades de los territorios apartados de la capital, Bogotá, cuando la verdad es que lo que no alcanza es el presupuesto para llegar a la totalidad del espacio nacional con los recursos que tenemos. No alcanza la plata y los políticos han resuelto echarle mano a los recursos de la Nación.
El partido de los economistas considera que no se apoya el proyecto en una redistribución clara de las competencias entre la Nación y las entidades territoriales, asunto que se deja para que leyes posteriores, de incierto tránsito, resuelvan esa situación. Pero en el caso que se diera esa ley, habría que pasarle a los territorios los pagos de pensiones, de la seguridad nacional, del Ejército y las entidades territoriales de la Policía, lo cual sería inviable, le dijo el director de Fedesarrollo a María Isabel Rueda. Es evidente que el Congreso y el Gobierno (con excepción del ministro de Hacienda) están del lado del proyecto. Es el enroque político perfecto para poner a la oposición a coincidir con el Gobierno.
Es cierto que se bajó el porcentaje del 46,5% por ciento al 39,5%, pero a los expertos les parece que aún así el riesgo de sufrir una crisis fiscal, económica y social, es muy grande.
El ministro Cristo, director del enroque, ha subestimado la opinión del partido de los economistas afirmando que son unos personajes que, desde sus oficinas, desconocen la realidad de las regiones y que no se han leído el proyecto.
Otro de los argumentos que invocan los economistas es que la mayor parte de los departamentos y municipios no tienen la capacidad institucional para la rendición de cuentas, con la excepción de las grandes capitales. Hay ineficiencia en la ejecución de recursos en el funcionamiento del Sistema General de Regalías. Habría que hacer un esfuerzo de transferir ciertas competencias de forma diferenciada, haciendo un acompañamiento a aquellos departamentos y municipios donde hay retos en materia de ejecución, agregó Fedesarrollo.
Esta semana, como estaba previsto, el proyecto avanzó en su sexto debate con una votación de 75 votos a favor y 2 en contra, lo cual le da un aire al ministro Cristo con su Acuerdo Nacional. La trampa que conlleva el avance del proyecto fue la disminución del 46,5% al 39,5% que, como ya lo dije, no resuelve el riesgo fiscal.
Lo más grave es que toda esta pantomima condiciona su existencia futura a una ley posterior que debería tramitar en un plazo máximo de dos años después de haber aprobado la reforma constitucional. Una ley muy difícil que se perfeccione; si la ley no pasa volvemos a la proporción actual de participaciones y como dijo el ministro: habremos fracasado como sociedad en la búsqueda de consensos y en avanzar en autonomía territorial.
La otra pata que le sale al cojo es la forma que se usó para darle aprobación al proyecto sin la participación del ministro de Hacienda y del director de Planeación Nacional. Además, se votó en bloque, lo que puede generar un vicio de procedimiento.