Israel, Maduro, Milei y Trump: Gustavo Petro encara cuatro frentes diplomáticos
La Cancillería colombiana ha tenido un protagonismo inusitado en la Semana Santa. Cada día trajo un nuevo desafío: desde la creciente tensión con Venezuela hasta insultos furibundos del presidente argentino
La Cancillería de Gustavo Petro ha vivido una Semana Santa particularmente difícil. No ha tenido el descanso de los tres días festivos —lunes, jueves y viernes— que redujeron la actividad del resto de Colombia. En cambio, varios frentes diplomáticos se recalentaron y llevaron al Palacio de San Carlos a ser protagonista de una semana sin grandes novedades en otras áreas. El Ministerio de Exteriores israelí y el mandatario argentino, Javier Milei, insultaron al presidente Petro y la Cancillería reaccionó. La congresista estadounidense María Elvira Salazar, ferviente simpatizante de Donald Trump,...
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La Cancillería de Gustavo Petro ha vivido una Semana Santa particularmente difícil. No ha tenido el descanso de los tres días festivos —lunes, jueves y viernes— que redujeron la actividad del resto de Colombia. En cambio, varios frentes diplomáticos se recalentaron y llevaron al Palacio de San Carlos a ser protagonista de una semana sin grandes novedades en otras áreas. El Ministerio de Exteriores israelí y el mandatario argentino, Javier Milei, insultaron al presidente Petro y la Cancillería reaccionó. La congresista estadounidense María Elvira Salazar, ferviente simpatizante de Donald Trump, apoyó a Milei, y Colombia marcó un precedente de que tampoco tolerará insultos desde Norteamérica. Y, como si fuera poco, las relaciones con Venezuela llegaron a su punto de mayor tensión en meses.
Las estrategias de la diplomacia colombiana variaron en cada caso. Con Argentina y Venezuela, Exteriores tomó la iniciativa y Petro reaccionó después en redes sociales. Con Israel, el presidente tuvo un protagonismo inicial, al salir en defensa del cese al fuego en Gaza que estableció la ONU; luego vino la respuesta del Gobierno de Benjamín Netanyahu y el comunicado oficial de la Cancillería colombiana. La situación más extrema se presentó en el caso de Argentina, con medidas que fueron más allá de expresiones de repudio o preocupación. El Ejecutivo ordenó la expulsión de los diplomáticos del país sureño y consiguió el apoyo de amplios sectores de la clase política colombiana, algo poco frecuente en los últimos meses.
Israel
El nuevo capítulo del largo enfrentamiento entre el Gobierno de Petro y el de Bejamín Netanyahu comenzó el lunes en la mañana, minutos después de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ordenara un cese al fuego en Gaza durante el mes del Ramadán. El mandatario colombiano celebró en su cuenta de X que “por fin” se tomara la decisión y llamó a “las naciones del mundo” a romper relaciones diplomáticas con Israel si el Gobierno de Netanyahu no cumple con la resolución. Reiteró su postura al día siguiente y el ministro israelí de Exteriores le respondió en la misma red social. “El apoyo del presidente de Colombia a los terroristas de Hamás (...) es una deshonra para el pueblo colombiano”, remarcó. “Israel va a continuar protegiendo a sus ciudadanos y no va a ceder ante las amenazas”, agregó.
El Gobierno de Petro no se echó para atrás. “Colombia no apoya genocidios. Punto”, replicó el mandatario, que suele compartir en X sus opiniones sobre el conflicto en Gaza. La Cancillería, en tanto, se pronunció en la tarde del martes a través de un comunicado que no menciona la posibilidad de romper relaciones diplomáticas, pero sí condena las declaraciones del canciller israelí y reitera el apoyo a la resolución del Consejo de Seguridad. “La posición de Colombia no puede ser tergiversada como apoyo al terrorismo sino todo lo contrario, un llamado a seguir los mandatos de la Carta [de las Naciones Unidas]”, subrayó el Palacio de San Carlos.
En noviembre, el presidente Petro ya había llamado a consultas a su embajadora en Israel y amenazado con suspender las relaciones diplomáticas. Pero el conflicto no escaló hasta dinamitar los vínculos. Petro se limitó a acciones como anunciar la apertura de una embajada ante Palestina, pedir que la ONU admita al Estado árabe como miembro pleno y apoyar la denuncia de Sudáfrica contra Israel en el Tribunal Internacional de Justicia. Para Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, el mandatario no ha retirarado a su embajadora en Tel Aviv porque todavía tiene margen de maniobra. “No quiere entregar todo tan rápido. Siente que puede hacer más presión disuadiendo y amenazando”, dice. La nueva promesa ante el cese al fuego, sin embargo, hace que un rompimiento sea más probable.
Venezuela
Colombia se pronunció el martes sobre la exclusión de Corina Yoris como candidata opositora en las elecciones presidenciales en Venezuela. La Cancillería fue más contundente que en sus comunicados anteriores sobre la crisis en el país vecino: expresó “su preocupación” por la dificultad para inscribir candidaturas opositoras y alertó de que esto podría “afectar la confianza de algunos sectores de la comunidad internacional” en los comicios. El canciller venezolano, Yván Gil, no ocultó su disgusto y escaló la tensión en cuestión de minutos. “Empujada por la necesidad de complacer los designios del Departamento de Estado de los EEUU, la Cancillería colombiana da un paso en falso y comete un acto de grosera injerencia en asuntos que solo le competen a los venezolanos”, declaró.
El enfrentamiento llegó hasta los presidentes. Nicolás Maduro criticó durante un acto a una “izquierda cobarde” que no condenó un presunto atentado contra él que orquestaron “dos individuos del movimiento terrorista Vente Venezuela [la agrupación de María Corina Machado]”. “Callan los gobiernos de derecha y calla la izquierda cobarde. No son capaces de condenar los golpes”, dijo. Esos calificativos, hasta entonces dirigidos al Gobierno de Gabriel Boric en Chile —más crítico con Maduro desde hace años—, fueron recibidos en Bogotá como una indirecta a Petro. Horas después, en X, el colombiano respondió: “No hay izquierda cobarde. Hay la probabilidad de, a través de profundizar la democracia, cambiar el mundo”.
El caso de Venezuela exige “un equilibrio casi imposible” para el Gobierno de Petro, según explica Jaramillo. Por un lado, Maduro es un actor clave en las negociaciones de paz del Estado colombiano con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en las cuales el país vecino es garante. “No creo que Petro haga un comunicado más duro porque a Venezuela la necesitamos. No quiere arriesgar el proceso con el ELN y su liderazgo regional como posible mediador entre la oposición y Maduro”, señala el experto. Sin embargo, las maniobras del presidente venezolano contra sus adversarios y las críticas en Colombia a la postura mesurada de Petro limitan el margen de maniobra.
Argentina
El siguiente desafío llegó a última hora del martes, cuando el canal estadounidense CNN difundió fragmentos de una entrevista con el presidente argentino que se emitirá este domingo. Desde su despacho en la Casa Rosada, Javier Milei no tuvo tapujos en expresar su desprecio por su homólogo colombiano. “La carnicería que es Venezuela es algo verdaderamente inaudito, lo mismo que la isla cárcel de Cuba. Después hay otros que van en camino. Como el caso de Colombia con el señor Petro que, bueno... mucho no se puede esperar de alguien que era un asesino, terrorista, comunista”, declaró. No era la primera vez que Milei se expresaba así —ya lo había hecho en enero y durante la campaña presidencial del año pasado—, pero la reiteración de sus agravios fue la gota que colmó el vaso.
La primera respuesta fue a través de la Cancillería colombiana. A última hora de la tarde del miércoles salió un comunicado del Palacio de San Carlos que condenó las declaraciones y anunció la expulsión de diplomáticos del país sureño. “Las expresiones del presidente argentino han deteriorado la confianza de nuestra nación, además de ofender la dignidad del presidente Petro, quien fue elegido de manera democrática”, se lee en el texto. Al día siguiente, el jueves, el mandatario colombiano respondió en X a un mensaje de apoyo que recibió del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. “Creo que Milei busca destruir, o al menos aplazar, el proyecto de la integración latinoamericana. (...) Nosotros, a pesar de los insultos, debemos preservar el proyecto de la unidad, en la diversidad, de América Latina y el Caribe”, subrayó.
Los insultos de Milei tocaron una fibra sensible en Colombia, un país que aún recuerda como la estigmatización de la izquierda llevó al exterminio de más de 6.000 militantes de la Unión Patriótica en los ochenta y los noventa. Aunque el presidente perteneció a la guerrilla del M-19, hace más de 30 años que dejó las armas y apostó por la política representativa. Por eso, dirigentes de varios sectores salieron a respaldar a Petro y apoyaron la expulsión de los diplomáticos argentinos. Milei, por su parte, no se ha pronunciado y ha delegado el control de daños en su canciller, Diana Mondino, que enfatizó en una entrevista televisiva que la expulsión no implica una ruptura de las relaciones diplomáticas.
Estados Unidos
El último incidente fue el jueves, en Estados Unidos. La política republicana María Elvira Salazar, miembro de la Cámara de Representantes por Florida, expresó su apoyo a las declaraciones de Javier Milei. “Completamente de acuerdo”, dijo en un mensaje en X que recordaba cuando ella misma calificó a Petro como un “ladrón, terrorista y marxista” en la campaña presidencial colombiana de 2022. Aunque se trataba de una funcionaria de un rango menor a los otros casos, la Embajada de Colombia en Estados Unidos decidió no dejar pasar el comentario. En un comunicado, llamó a la legisladora a retornar “al nivel de debate constructivo” que corresponde a dos países que son “aliados de larga data”. “El presidente Gustavo Petro fue elegido democráticamente por los colombianos y tanto su dignidad como la de su cargo deben ser respetadas”, apuntó la misión diplomática.
El caso de Salazar parece menos complejo que los demás, pero refleja las dificultades que puede enfrentar la Cancillería si Donald Trump regresa al poder en las elecciones de este año —la congresista, hija de exiliados cubanos, es una de las políticas latinas que apoya al expresidente—. Una relación tensa con Estados Unidos implicaría dificultades mayores que las que presenta Argentina, al menos en términos económicos: el país norteamericano es el principal socio comercial de Colombia, con alrededor del 25% de las exportaciones. Sin embargo, Jaramillo explica que no necesariamente habrá un escenario semejante al de Milei. Puede que Petro cuente con el apoyo de un Congreso con sectores demócratas que “lo ven bien”. Y puede, incluso, que tenga “una química sorpresiva” con Trump, como fue el caso de López Obrador en México.
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