Oscar Iván Zuluaga renuncia al Centro Democrático repudiado por el uribismo
El excandidato y miembro fundador abandona el partido del expresidente Álvaro Uribe por la puerta de atrás
Caído en desgracia ante la justicia y la opinión pública, Óscar Iván Zuluaga ha concluido su tránsito de miembro fundador a excandidato repudiado del Centro Democrático. El que fuera el ministro de Hacienda de Álvaro Uribe Vélez ha renunciado en una escueta carta de una sola línea al partido que creó junto a su mentor político. Salpicado de pies a cabeza por el caso Odebrecht, tras la revelación de unos audios comprometedores en que s...
Caído en desgracia ante la justicia y la opinión pública, Óscar Iván Zuluaga ha concluido su tránsito de miembro fundador a excandidato repudiado del Centro Democrático. El que fuera el ministro de Hacienda de Álvaro Uribe Vélez ha renunciado en una escueta carta de una sola línea al partido que creó junto a su mentor político. Salpicado de pies a cabeza por el caso Odebrecht, tras la revelación de unos audios comprometedores en que se escucha al propio Zuluaga reconocer que la corrupta multinacional brasileña financió su campaña a la Presidencia en el 2014, el uribismo intenta a toda costa contener la crisis.
“Como consecuencia de hechos que son de conocimiento público, el doctor Óscar Iván Zuluaga ha renunciado al Centro Democrático. Aceptamos su decisión y aceptamos el sentimiento y la indignación de nuestros militantes y de muchos colombianos ante lo sucedido”, anunció el partido este jueves a primera hora en un comunicado. El sábado pasado, la revista Semana divulgó los audios en los que queda en evidencia que Zuluaga sí sabía que Odebrecht había pagado 1,6 millones de dólares al brasileño Duda Mendonça para asesorar a su campaña.
“Efectivamente la plata la recibió y eso no se puede ya tapar”, llega a afirmar en uno de los pasajes Zuluaga, a quien la Fiscalía le imputará el próximo lunes los delitos de falsedad en documento privado, fraude procesal y enriquecimiento ilícito de particular. El propio expresidente Uribe, que siempre había manifestado admiración y afecto hacia Zuluaga, definió su caso en esta semana turbulenta como “una tragedia” para su partido, “todo un engaño a tantos que lo han hecho bien y creen en estas tesis”.
El exministro había asegurado hasta ahora que solo se enteró de los vínculos con la constructora brasileña hasta enero de 2017, cuando los reveló la revista brasileña Veja, y los uribistas no renegaban de su figura, al punto de que volvió a ser el candidato del partido en la campaña presidencial del año pasado. Después de un proceso que consistió en varias encuestas, los militantes de la agrupación del entonces presidente Iván Duque optaron por Zuluaga, por encima de la senadora María Fernanda Cabal, la representante del ala más radical. El candidato prometía recoger las alicaídas banderas de mano dura de Uribe. Pero el Centro Democrático, a pesar de ser para entonces el partido de Gobierno, encaró esa campaña en sus horas más bajas. Zuluaga nunca fue recibido en la coalición de derecha, que acabó por encumbrar a Federico Gutiérrez, y su aspiración nunca despegó.
Además de dos veces candidato presidencial y ministro de Hacienda, Zuluaga ha sido senador, concejal y alcalde de su natal Pensilvania, una población de 26.000 habitantes en el céntrico departamento de Caldas, en el llamado eje cafetero. Fue justamente en 2014 cuando alcanzó su techo, pues estuvo a punto de frustrar la reelección de Juan Manuel Santos en una disputada segunda vuelta, después de haber sido el candidato más votado en la primera.
Uribe, el más férreo opositor al Gobierno de Santos y al acuerdo de paz que selló con las FARC, además de adversario histórico del presidente Gustavo Petro, ha sido el único mandatario colombiano elegido en primera vuelta, con más de la mitad de los votos. Y lo consiguió en dos ocasiones, después de haber reformado la Constitución para presentarse a la reelección. Cuando se encontraba en el poder, los analistas solían referirse al “efecto teflón” para explicar que la popularidad de Uribe era a prueba de escándalos y controversias. Pero ya no. La impopularidad de Duque lastró al Centro Democrático, y la imagen de Uribe, que enfrenta un dilatado caso de manipulación de testigos ante la justicia, se ha erosionado hasta despertar recelos en la mayor parte de la sociedad.
En medio de ese declive, y a cuatro meses de las elecciones regionales, el partido ha optado por soltar la mano de Zuluaga. “La justicia tiene la responsabilidad con los colombianos de clarificar todas las dudas y los gravísimos cuestionamientos que recaen sobre la financiación de las campañas presidenciales del 2014, 2018 y la actual de 2022″, concluye el comunicado. Esa frase arroja de paso una sombra de duda sobre los demás candidatos de esas elecciones, que incluyen a Santos y Petro, pero también a Duque, que en su momento acompañó a Zuluaga en uno de los viajes que hizo a Brasil para contactar con Duda Mendoça. “¿Se investiga la presunta responsabilidad del expresidente Iván Duque, quien acompañó a Óscar Iván Zuluaga en sus tratos con Odebrecht? ¿O eso se omite?” le ha preguntado públicamente a la Fiscalía el senador Iván Cépeda, que tiene un historial de enfrentamientos judiciales con Uribe.
La referencia a las tres campañas presidenciales también provocó tensiones internas en el uribismo, y el movimiento del expresidente Uribe publicó poco después del comunicado original una breve “nota aclaratoria”: “La campaña del presidente Iván Duque 2018 y el partido Centro Democrático han sido severamente escrutados y validados en su transparencia”. Con o sin notas aclaratorias, el escándalo no amaina para el otrora partido de Gobierno.
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