Cuando el periodismo llega al teatro
El medio colombiano Rutas del Conflicto hace ‘stand up journalism’ para mostrar sus investigaciones y atraer a nuevos públicos. Esta semana presenta una obra sobre la deforestación y otra sobre los menonitas en los llanos orientales
En medio de información que abruma, de tuits, hilos, notificaciones de whatsapp, datos y artículos por millón, un nuevo formato de periodismo se abre espacio en los escenarios y plantea otra manera de acercar las investigaciones e historias al público. Se le conoce como stand up journalism, o periodismo vivo, y en Colombia tiene su expresión a través del portal Rutas del Confli...
En medio de información que abruma, de tuits, hilos, notificaciones de whatsapp, datos y artículos por millón, un nuevo formato de periodismo se abre espacio en los escenarios y plantea otra manera de acercar las investigaciones e historias al público. Se le conoce como stand up journalism, o periodismo vivo, y en Colombia tiene su expresión a través del portal Rutas del Conflicto.
El medio especializado en periodismo de investigación presenta la segunda temporada de su puesta en escena Rutas en Vivo, en Bogotá y Medellín. Esta vez, sus periodistas se suben a las tablas con dos obras que “abordan los conflictos por la tierra entre comunidades indígenas y empresarios en los Llanos Orientales”.
Indígenas desplazados por la palma y Menonitas en el Llano: deforestación y acumulación, son las investigaciones en las que trabajaron durante cerca de dos años. Este jueves 22 de junio en el Teatro Barajas de Bogotá presentan Menonitas, que trata sobre la historia de varias comunidades sikuani que reclaman su territorio ancestral, hoy en manos de colonias menonitas que desarrollan un proyecto agroindustrial de más de 40.000 hectáreas en Puerto Gaitán, Meta. Y el 12 de julio en el Teatro Camilo Torres de la Universidad de Antioquia presentarán la historia sobre el desplazamiento de indígenas por la palma de aceite.
Esta fusión entre periodismo y teatro no pretende que los reporteros sean actores, sino que utilicen las herramientas narrativas del teatro para atrapar a las audiencias frente a historias que usualmente se quedarían en una misma burbuja y leídas por un público muy pequeño. Los antecedentes se pueden encontrar en Pop Up Magazine, una revista en vivo para el escenario, creada por los periodistas Douglas McGray y Derek Fagerstrom; y más adelante en el Diario Vivo en España o el Live Magazine en Francia.
“Nuestro trabajo implica meses y meses de teléfonos, visitas a campo, revisión de papeles. No nos pegamos de explosivos testimonios, sino que hacemos una contrastación enorme”, dice Óscar Parra, su fundador. Usualmente de ese trabajo de investigación salen textos largos y sesudos que, admite él, no siempre llegan a públicos más amplios. “Nos pusimos a pensar que era importante buscar formatos para contarle a la gente lo que hacemos, a nuestra audiencia, y salió este stand up journalism”.
La puesta en escena no solo presenta los hallazgos de la investigación sino el detrás del trabajo periodístico: las anécdotas que surgen en la reportería, los retrocesos y hasta las amenazas, los miedos de los periodistas, como una manera de que el público entienda cómo se hace este tipo de periodismo. Cosas de terror como recibir un correo electrónico de un narco o las peripecias de una reportera en una comunidad indígena para comunicarse; hasta los golpes de suerte como viajar con el investigado en un avión taxi y aterrizar en la finca que es objeto de su trabajo periodístico, entre otras.
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