Vicky Dávila y Daniel Coronell: la pelea periodística detrás del choque político entre Benedetti y Sarabia
La directora de la revista ‘Semana’ dice que el presidente de la revista ‘Cambio’ publicó un chat para desprestigiarle, un episodio más en una larga trama entre los dos periodistas
Detrás del drama que ha sacudido los cimientos de la presidencia de Colombia, entre Armando Benedetti y Laura Sarabia, hay otra tensión, esta vez periodística, entre dos directores de medios que han liderado la producción de noticias de esa crisis: la directora de la revista Semana, Vicky Dávila, y el presidente de la revista Cambio, Daniel Coronell. Los dos h...
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Detrás del drama que ha sacudido los cimientos de la presidencia de Colombia, entre Armando Benedetti y Laura Sarabia, hay otra tensión, esta vez periodística, entre dos directores de medios que han liderado la producción de noticias de esa crisis: la directora de la revista Semana, Vicky Dávila, y el presidente de la revista Cambio, Daniel Coronell. Los dos han tenido acceso a Benedetti, y suelen tenerlo a personajes poderosos, ya sea por su influencia digital o su premiada trayectoria investigativa. Pero a una misma primicia se acercaron, en este caso, desde esquinas muy distintas.
En el drama del momento en la Casa de Nariño, la primicia inicial fue de Dávila: publicó, el último fin de semana de mayo, una controversial entrevista a la exniñera de Laura Sarabia, entonces jefe de gabinete, revelando que esta última la acusó de robar miles de dólares y la presionó para responder ante un polígrafo en un sótano de las oficinas de la presidencia. Pocos días después ripostó Coronell con un reporte que hace para la radio La W. La primicia no era esa, explicó, porque Dávila dejó de lado que la exniñera era cercana al entonces embajador en Caracas, Armando Benedetti, especialmente en los días que la niñera hacía su denuncia ante Semana. Coronell añadió que el político, quien había peleado con Sarabia, se reunió con Dávila justo después de que la niñera le diera su versión a la periodista. En el reporte, publicó un chat de Benedetti a Sarabia para demostrar que la reunión había ocurrido.
Que Coronell revelara su encuentro con el embajador fue algo que no le agradó nada a Dávila, quien le reclamó a Benedetti que hubiera compartido con una imagen de ese chat. “Coronell ha usado el chat para tratar de desprestigiar a Semana y a mí, y defender a Laura Sarabia y a Gustavo Petro”, dice molesta Dávila a Benedetti en una entrevista que publicó este el lunes en Semana. “Para forzadamente dejar en el aire que usted sí estaba chantajeando a Laura Sarabia con la niñera”. El ex embajador le admitió en esa entrevista que “sí, de alguna u otra forma” eso fue lo que quedó en el aire, porque el chat es tan corto que da para muchas interpretaciones.
La interpretación más noble es que Benedetti solo fue a Semana para corroborar datos sobre la exniñera, que ya había trabajado para él (y ya había sido acusada por él de otro robo, contó Coronell). La menos noble es la que explica Dávila: que el entonces embajador la usaba a ella como un instrumento en su chantaje político contra Sarabia, y que ella accedió a ser el vehículo en esa pelea usando a Semana como plataforma. En cualquiera de las dos interpretaciones, la primicia de Semana estaba incompleta, y Coronell reveló que Dávila sabía que Benedetti era parte de la trama. El exembajador ha dado entrevistas solo a ellos dos: primero a Cambio y luego a Semana, así que la tensa trama política del momento que vive en la presidencia pasa justamente por esos dos medios.
No es la primera vez que Dávila y Coronell se enfrentan desde dos esquinas del periodismo político. Antiguos amigos, trabajaron juntos hace varios años en RCN, y desde hace unos tres años mantienen una pelea sobre cómo cubrir el poder. El choque empezó entre 2019 y 2020, después de la revista Semana canceló la columna semanal de Coronell en ese medio, y de que Dávila fuera elegida como directora por el nuevo dueño de la revista, el empresario Gabriel Gilinski. Semana había sido el ícono del periodismo investigativo colombiano, pero con los cambios estaba perdiendo a sus periodistas con mayor prestigio: además de Coronell se fueron el investigador Ricardo Calderón o la columnista María Jimena Duzán, entre muchos otros.
Coronell escribió en 2020 que Gilinski, quien lo había sacado del medio, quería hacer de Semana un Fox News colombiano privilegiando los clicks y con una línea abiertamente conservadora. Y para eso le apostó a Dávila. Fue un éxito desde esa perspectiva: Semana ha logrado ganarle a todos los medios en viralidad, siendo desde mediados de 2022 el medio digital más visitado de Colombia, de acuerdo a Comscore, muy por encima de Cambio y desplazando del liderato al diario nacional El Tiempo.
Pero el costo de la transformación ha sido alto, insiste Coronell. “El señor Gabriel Gilinski convirtió la Revista semana en un arma corporativa para tramitar sus intereses empresariales”, decía en enero del 2022, en medio de la operación de esa familia de hacerse con las empresas del GEA. “Doña Vicky Dávila llegó a Revista Semana y, de la mano de Gilinski, la convirtió en lo que es ahora. Un arma política de la extrema derecha y un arma corporativa de los intereses de los dueños”, dijo un mes después. En abril ya contaba más infidencias, dando una señal clara de la temperatura de esa pelea: “El señor Gabriel Gilinski que, pasado de tragos, me manda a amenazar con destruirme va a seguir intentándolo”.
Coronell ha argumentado que la revista ha hecho un cubrimiento parcializado de las elecciones presidenciales de 2022 pero también de la pelea empresarial de los Gilinski con el grupo empresarial antioqueño (GEA). Dávila, por su lado, no tolera esos señalamientos. “Mentiroso, odiador, inescrupuloso, manipulador, envidioso, malvado, mala sangre, receptor profesional de filtraciones, mala persona”, le respondió cuando Coronell señaló que una de las periodistas de Semana estaba siendo investigada por la justicia. “Opino que Daniel Coronell está usando La W para sus ajustes de cuentas”, añadió señalando una venganza por la columna que él perdió en Semana. En junio ella especulaba, en forma de pregunta, si Coronell señalaba un cubrimiento parcializado a favor de los Gilinski porque él era un “instrumento de administradores de un GEA arrinconado”.
Esta semana de drama político, Dávila y Coronell lideraron las revelaciones que tienen con la tensión alta a todo un país. Pero el país no siempre sabe que detrás de una competencia por la primicia, hay también una tensión ya vieja entre dos antiguos amigos que hoy ya no juegan en el mismo equipo.
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