La Cámara de Representantes deja en suspenso el Plan de Desarrollo de Petro
El Senado aprueba la ponencia por mayoría absoluta, pero la Cámara aún tiene que debatir 38 artículos. La discusión se reanudará este jueves en la mañana
Los abrazos y las celebraciones tuvieron que aplazarse. Todo estaba planeado para que en la noche de este miércoles el Congreso de Colombia aprobara por unanimidad el Plan de Desarrollo propuesto por el Gobierno de Gustavo Petro. Con 71 votos a favor y 10 en contra, la plenaria del Senado liderada por Roy Barreras aprobó a las siete de la noche la ley Colombia potencia mundial de la vida, la hoja de ruta para el país durante los próximos cu...
Los abrazos y las celebraciones tuvieron que aplazarse. Todo estaba planeado para que en la noche de este miércoles el Congreso de Colombia aprobara por unanimidad el Plan de Desarrollo propuesto por el Gobierno de Gustavo Petro. Con 71 votos a favor y 10 en contra, la plenaria del Senado liderada por Roy Barreras aprobó a las siete de la noche la ley Colombia potencia mundial de la vida, la hoja de ruta para el país durante los próximos cuatro años. Sin embargo, unas horas después, el presidente de la Cámara de Representantes, David Racero, se vio obligado a suspender la sesión antes de aprobar el texto y anunció que se retomaría en la mañana del jueves: “Representantes, vamos a seguir debatiendo, pero ya no hoy”, sentenció Racero a las diez de la noche, después de dos días de discusión.
El aplazamiento de la aprobación del plan permite que las decisiones de los representantes a la Cámara sean tenidas en cuenta en la discusión de la ponencia. “Es una decisión arriesgada porque lleva al límite el tiempo que tiene el Congreso para aprobar el texto final”, afirma una fuente del Gobierno, pero insiste en que “es una apuesta por sacar el texto conciliado y dar tranquilidad a todos los sectores y bancadas”
Sin embargo, esta determinación demuestra que al gobierno de Petro le falta el control en la Cámara de Representantes que tuvo durante los primeros meses de mandato y deja muy pocos días para la conciliación de los artículos entre Senado y Cámara. Según la ley, si el domingo 7 de mayo el legislativo no ha definido el Plan de Desarrollo, el presidente Petro puede aprobarlo por decreto. En este caso no se incluiría ninguno de los cambios y modificaciones hechas por los senadores y representantes durante todo el proceso de discusión, y quedarían en vilo las facultades extraordinarias que el Gobierno había pedido al Congreso que le concediera.
Esto sería una derrota para Petro porque sus propuestas de cambio perderían legitimidad y, al tiempo, un fracaso para el Congreso y para la oposición, que hasta el momento han logrado modificar varios de los artículos originales del Plan que más controversia generaban. La senadora del Centro Democrático Paloma Valencia explica que durante la discusión del Senado pudieron quitar algunas de las facultades extraordinarias para el presidente que estaban presentes en el plan: “Eliminamos la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Digital y Asuntos Espaciales. También quitamos las facultades con las que el presidente pretendía crear nuevas entidades en el sector ambiental”.
Nada de esto es definitivo porque la aprobación del plan quedó en suspenso. La discusión en la Cámara, sin embargo, sí ayuda a saber qué tan sólidas están las mayorías en el legislativo tras el revolcón del gabinete en el que salieron ministros del Partido de la U, del Conservador y del Liberal, y después de que los congresistas conservadores se alejaran de la coalición de Gobierno y pasaran a ser independientes.
Todavía es posible que los tiempos no alcancen para aprobar el plan y le toque al Gobierno aprobarlo por decreto, “sería muy malo para la legitimidad del presidente porque dejaría de lado un proceso de construcción colectiva de más de tres meses en el que han participado muchos senadores”, reconoce al EL PAÍS un funcionario que participó en la formulación del plan.
No sirvió de mucho la alegría de Jorge Iván González, director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), al celebrar lo que parecía una victoria contundente cuando el Senado aprobó el plan que él había diseñado. Tampoco fue suficiente la presencia continua del nuevo ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, y de su viceministro, Diego Guevara, durante las plenarias. Ni siquiera las marchas de la Guardia Nacional Indígena frente al Congreso de la República en apoyo al Plan de Desarrollo surtieron el efecto deseado.
Incluso, las palabras que pronunció Roy Barreras al terminar la votación han perdido certeza porque aún no se sabe muy bien cuáles artículos pasarán y cuáles no, y todavía está la posibilidad de que se caiga la conciliación, se tenga que aprobar el Plan por decreto y se pierdan todos los aportes de los congresistas: “Hemos cumplido con nuestro deber. Aprobamos la hoja de ruta para Colombia en los próximos cuatro años, con las líneas vocacionales más importantes que implican el cambio hacia la justicia social”, dijo Barreras tras la votación en el Senado.
Entre las modificaciones más importantes propuestas por los congresistas están la eliminación del artículo 218 del Plan, que planteaba que Ecopetrol podría vender energía; el retiro de la propuesta que abría la puerta para la expropiación exprés de tierras; y la inclusión de un parágrafo que protege a las EPS, pues mantiene como excepcional el giro directo de recursos estatales de la salud a las clínicas y hospitales. Estas y muchas otras propuestas quedan en vilo hasta que la Cámara termine de discutirlas, apruebe el Plan y pueda conciliar los textos finales con el Senado.
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